AGUA

El PAR de Zaragoza reconoce el trasvase, pero Biel se resiste para evitar una crisis

El comité local del partido critica la rapidez en esa obra y la lentitud para conectar Yesa con la capital aragonesa. El vicepresidente de la DGA plantea pedir al Estado la gestión de la reserva hídrica del Pacto del Agua

El Partido Aragonés (PAR) continuó ayer su complicada travesía por la polémica del trasvase a Barcelona con el mismo planteamiento de los últimos días -intentar mostrar oposición al proyecto sin cuestionar su pacto de gobierno con los socialistas- pero aumentando la confrontación visual al huir de subterfugios y reconocer por primera vez en un comunicado oficial que el proyecto se trata de un trasvase en toda regla.


El elegido para sacar ayer a la palestra la palabra que hasta ahora se prefería evitar en declaraciones oficiales mediante la perífrasis de "proyecto de abastecimiento a Barcelona" fue el presidente del comité local de Zaragoza, Alberto Contreras. El también número tres del departamento de Medio Ambiente y uno de los más estrechos colaboradores de Alfredo Boné, denunció en una nota de prensa que "Zaragoza espera desde los años 70 la solución definitiva a sus problemas de abastecimiento con agua del Pirineo, que llevan una lentitud inaceptable, sobre todo si la comparamos con la celeridad de vértigo con que se ha tramitado el trasvase del Ebro a Barcelona".


Contreras recordó "los enormes esfuerzos" que han hecho los aragoneses "para consensuar los mejores acuerdos para regular" sus ríos, lo que debería "encontrar su compensación inmediata por parte del Estado, y en las mismas condiciones que contempla el Real Decreto Ley aprobado este viernes en Consejo de Ministros respeto al principio de recuperación de costes o los procedimientos seguidos".


El dirigente aragonesista apuntó también las "iniciativas de ahorro de agua emprendidas por los zaragozanos y todos los aragoneses, mediante la participación de varias instituciones, que han permitido reducir el gasto por habitante hasta los 109 litros, muy por debajo de la media nacional, lo que demuestra nuestro compromiso colectivo e individual".


Sin embargo, la firmeza de las afirmaciones de Contreras sobre la auténtica naturaleza de la transferencia hídrica a Barcelona no se ven todavía respaldadas por los máximos líderes del PAR, muy preocupados por mantener el pacto de gobierno con el PSOE aragonés, que en buena lógica debería romperse si se acepta que los socialistas apoyan un nuevo trasvase del Ebro.


Al mismo tiempo, Boné y Biel se ven obligados tanto a salvar la cara frente a la opinión pública, donde ha calado la idea de traición por parte del PSOE, que basó su campaña en la Comunidad en el no al trasvase, como a frenar internamente a quienes desean una postura abiertamente contraria y sin ambages al acuerdo rubricado por los gobiernos central y catalán.


Elusión por elevación


Biel, que ayer estuvo en Teruel para presidir el acto institucional del día de San Jorge, optó por elevar la mira en busca de un objetivo hidráulico que sortease la realidad trasvasista que atenaza a su formación. El tiro le salió un tanto desviado, ya que planteó la posibilidad de solicitar a la Administración central la transferencia a la Comunidad Autonóma de la gestión de la reserva hídrica de 6.550 hectómetros cúbicos fijada en el Estatuto. La medida rompería por el eje el principio de unidad de cuenca, precisamente uno de los argumentos que se esgrimen para criticar el acuerdo entre Zapatero y Montilla.


El vicepresidente señaló que lo más probable es que esa competencia se reclame en la comisión bilateral de cooperación en su próxima reunión, prevista para antes de antes del verano. Biel aseguró que existe "una amplia base jurídica, legal y constitucional" en otros territorios para hacerlo. Como ejemplo, citó la transferencia de la gestión de parte del Guadalquivir a la Junta de Andalucía, o el planteamiento similar de Castilla y León. "La sentencia del Tribunal Constitucional respecto al Estatuto de Valencia nos da pie a pensar que esa posibilidad podía ser real, así como el informe de la Abogacía del Estado en relación con el famoso decreto ley para Barcelona", dijo.


José Ángel Biel reconoció el conflicto existente en la actualidad con la cuestión del agua. "Llevamos treinta años apareciendo en los medios de comunicación con este tipo de asunto; es evidente que tenemos un problema y que hay que resolverlo".