AGUA

El nuevo plan de cuenca prevé recortar "sustancialmente" la expansión de regadíos

El documento acepta incrementar la superficie de riegos tecnificados, pero avisa de que es "clave" no generar expectativas de nuevos desarrollos que sean irrealizables

El nuevo Plan Hidrológico del Ebro que el Gobierno central deberá aprobar para finales del año que viene también revisará "la viabilidad y el interés" de las ampliaciones de regadío pendientes. El documento que ordenará toda la planificación de la cuenca prevé modernizar los regadíos existentes y un crecimiento del regadío "tecnificado", pero advierte de que "incrementar en exceso la superficie actual de riego (…) aumentará el número de regadíos infradotados de escaso valor productivo a la vez que incrementará enormemente la presión extractiva sobre los recursos hídricos".


Para evitar que eso ocurra, el nuevo plan de cuenca detallará los criterios con los que deben revisarse esas ampliaciones aún pendientes, criterios que se concretarán "para cada subcuenca" y que se traducirán en restricciones a las nuevas extracciones de caudal. Según la CHE, esto reducirá "sustancialmente" las previsiones actuales de regadío. "Es clave que el nuevo plan no genere expectativas de nuevos desarrollos que no puedan cumplirse con los criterios expuestos", destaca la CHE en clara referencia a lo que ocurrió con el plan vigente.


Ahora mismo, en la demarcación del Ebro hay unas 908.000 hectáreas con derecho concesional, aunque solo unas 700.000 son de riego efectivo la mayor parte de los años. El actual plan de cuenca -elaborado en 1996-, el Plan Nacional de Regadíos del 2001 y otros programas autonómicos previeron transformaciones que elevarían esa extensión por encima de 1.300.000 hectáreas, cifra que para la Confederación es inviable.


Los condicionantes


La CHE recuerda que actualmente más de dos terceras partes de los regadíos de la cuenca -hasta 500.000 hectáreas- sufren ya un déficit estructural de suministro debido, fundamentalmente, a la falta de regulación. Siempre según este organismo, los embalses que se están construyendo o se encuentran en fase de tramitación -incluidas todas las grandes obras reclamadas por Aragón- solucionarán esa escasez de dotaciones en los grandes sistemas de la margen izquierda. Sin embargo, para seguir ampliado la superficie de regadío haría falta construir más pantanos en una cuenca en la que el nivel de regulación se encuentra "cerca de su límite".


Además, la Confederación subraya que a esa "imposibilidad" de construir nuevos embalses -que le lleva a revisar también el listado de pantanos pendientes- hay que sumarle la insuficiencia "ya manifiesta" de recursos hídricos que sufren varias zonas -sobre todo las subcuencas de la margen derecha-, las perspectivas del cambio climático -que hablan de una reducción de caudales de entre el 10 y el 20%- y los nuevos requerimientos de caudales ecológicos -que serán de obligado cumplimiento y sensiblemente superiores a los actuales-.


Todos estos argumentos aparecen reflejados en el esquema de temas importantes que la CHE ha elaborado como paso previo a la aprobación del nuevo Plan Hidrológico del Ebro. Tras un amplio proceso de participación que ha reunido a todas las partes implicadas en la gestión y el uso del agua, el organismo de cuenca ha sacado a información pública un documento en el que se resumen los 24 problemas principales a los que se enfrenta la demarcación del Ebro y también sus posibles soluciones.


En el apartado de usos agrícolas, el esquema de temas importantes apuesta por revisar los techos para la expansión del regadío fijados por el plan de 1996, por el Plan Nacional de Regadíos y por otros programas regionales como el Plan Estratégico del Bajo Ebro Aragonés (Pebea).


Como proyectos más destacados en los que habrá transformaciones se citan la culminación de los regadíos de Bardenas II, Monegros II y el Canal de Calanda-Alcañiz; el propio Pebea; el regadío del Canal de Navarra y otras actuaciones del Plan Foral de Regadíos; y el canal Segarra-Garrigues y otras actuaciones de Riegos de Cataluña. También se resalta que habrá proyectos de modernización para mejorar la eficiencia de los regadíos actuales.