El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, considera necesario limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora en amplias zonas de los cascos urbanos, especialmente en Huesca y Teruel, y mantener el máximo de 50 km/h en las grandes vías.

García Vicente, que participó en un curso de la Universidad de Verano de Teruel organizado por el Colegio de Ingenieros de Caminos sobre seguridad vial, señaló que el límite de velocidad debe ser respetado de forma estricta y no con la laxitud que se hace en España. También insistió en que las sanciones no siempre tienen un sentido de concienciación de seguridad vial y lo ejemplificó con el caso de un conductor al que multaron en Zaragoza por parar delante de una farmacia de guardia, una multa que en su opinión solo tenía carácter recaudatorio.

Es preciso, afirmó, la concienciación de los conductores en temas como la velocidad pero también con el consumo de alcohol, cuya permisividad debería ser cero. Y se mostró satisfecho por el resultado del carné por puntos.

Además, expresó su preocupación por los jóvenes del ámbito rural en las provincias de Huesca y Teruel que se desplazan para a las fiestas de los pueblos en transporte privado por carecer de otro medio.

García Vicente apostó por desdoblamientos de vías como la N II o la N-232, donde se registran numerosos accidentes a causa de la gran intensidad del tráfico, sobre todo de transportes pesados. Asimismo, manifestó que si bien se reducen los accidentes de los vehículos de cuatro ruedas aumentan los de moto de gran cilindrada, por lo que apostó por limitar la potencia a cien caballos.