El caso Cordón se reabre en la Provenza

Aunque las últimas confesiones del ex dirigente del GRAPO Fernando Silva Sande ofrecen una credibilidad condicionada, el hecho de que por primera vez asegure que enterró a Publio Cordón en el Mont Ventoux ha reabierto el caso en la Provenza. La búsqueda llevada a cabo por miembros de la Guardia Civil, que se hicieron pasar por topógrafos, durante al menos 12 días, ha convulsionado la vida de los pequeños pueblos de la falda de esta montaña. La mayoría de los vecinos nunca hasta ahora habían oído hablar de la banda terrorista.

A toro pasado, algunos habitantes reconocen que sabían que los que estaban rastreando en la montaña eran policías españoles, pero nadie imaginó que querían encontrar un cadáver. Michel Mestre, un guarda forestal, se cruzó con ellos en diciembre. Diariamente patrulla por las laderas. "Les pregunté qué hacían y me mostraron sus carnés. Les acompañaba un policía francés y me pidieron mucha discreción", explica. Le pidieron detalles sobre los años de los árboles que había por esa zona.

Ya entonces trabajaban entre la nieve. Con las precipitaciones caídas en enero se han acumulado hasta 20 centímetros y la tierra está helada. Aún así se vislumbran en árboles y piedras señales rojas y verdes en los puntos de prospección. El manto blanco está cubierto de cientos de pisadas que se cruzan, fruto de la curiosidad que ha suscitado el lugar.

De la presencia de los funcionarios españoles también estaban al tanto en la cercana estación de esquí 'Chalet Reynard'. "Me encontré los coches con matrícula de España en la carretera parados y les pregunté si necesitaban algo, amablemente me dijeron que no", recuerda Christophe Dubertrand, uno de los camareros del restaurante del centro invernal. Por rumores ya sabía que eran "policías". La publicación del reportaje en la revista 'Ventoux magazine' los confirmó.

"Pensé que buscaban armas"

El alcalde de Bedoin, Luc Reynard, que se enteró en noviembre, nunca se acabó de creer lo de las labores topográficas. "Pensé que intentaban localizar armas, explosivos, no sé qué, pero jamás pude imaginar que un cadáver", confiesa cuando se encuentra algo más tranquilo después de marcharse de la localidad la gran parte de los medios de comunicación. Cuenta que el gigante de la Provenza (como también se conoce al Mont Ventoux) albergó los entrenamientos de islamistas, incluidos ejercicios de tiro. Fue antes de perpetrar el atentado de Marrakech (Marruecos) en 1994.

Desde que conoció el asuntoLuc Reynard no se ha cansado de mostrar su malestar por no haber sido informado "oficialmente" del motivo real de las labores. Virginie Giudici, el gendarme de la brigada territorial de Mormoiron (de la que depende Bedoin) aplicaba estos días las consignas recibidas desde la prefectura de Aviñón: "No hay ningún comentario al respecto". Cuando tuvo conocimiento de la presencia del grupo de españoles le dijeron que se olvidara del asunto.

¿Pudo estar secuestrado Publio Cordón en alguna casa de los alrededores? De ser ciertas la manifestaciones de Silva Sande, se cree que habría permanecido retenido entre Lyon y Marsella, lo que no es decir demasiado, ya que ambas ciudades están separadas por casi 500 kilómetros. El primer edil de Bedoin se muestra escéptico al respecto. "Muy cerca de aquí es difícil, no hay habitaciones entre el pueblo de Sainte-Colombe (donde arranca el monte) y los chalés cercanos a la estación de esquí", recalca.

La lógica lleva a pensar que si realmente el grapo Silva dice la verdad, el inmueble debería situarse a pocos kilómetros. Se trata de una zona turística y abundan las casas y apartamentos de alquiler. En los escaparates de las inmobiliarias de Bedoin cuelgan un sinfín de anuncios. En invierno solo una oficina está abierta, ya que hasta el verano no llega la avalancha de turistas. Su responsable no recuerda si en 1995 se produjo algún tipo de problema en un inmueble.

La búsqueda de Publio Cordón ha centrado los comentarios en tertulias alrededor de las mesas de los bares. Frente al ayuntamiento, los parroquianos que ocupan la terraza del albergue de Ventoux asistían al ir y venir de periodistas. "¿Qué es el GRAPO? ¿Un grupo terrorista de extrema izquierda como han dicho en la radio? Aquí solo hemos conocemos los atentados de ETA", se interesaba Eugéne. Lo que sí conoce bien es la historia de los alemanes muertos por la resistencia francesa contra las tropas de ocupación, desde 1940 hasta la liberación en 1944, que fueron sepultados en el Mont Ventoux.

"Hay alemanes enterrados"

"Nadie sabe cuántos puede haber, se dice que entre 50 y 100, pero tampoco los sitios donde se hicieron las fosas", explica Eugéne. "Pueden aparecer huesos en cualquier sitio, porque también se han perdido montañeros, como un belga hace tres años, cuyos restos nunca han aparecido", añade.

Quien se ha recorrido muchos rincones del Mont Ventoux, que se extiende a lo largo de 6.000 hectáreas, es el presidente de la Asociación de Cazadores, Dennis Rasselet. La temporada terminó a finales de enero. Sin embargo, asegura que no vio a los funcionarios españoles. "Por lo que he sabido después estaban en una zona muy frecuentada, y en la que no solemos hacer batidas precisamente porque hay muchos caminantes", recalca. Por el Mont Ventoux llegan a pasar cada año dos millones de personas.

El ir y venir de coches, bicicletas y senderistas es continuo en un día de invierno como el pasado jueves. Luc Verstrepen, un belga que regenta un pequeño hotel en Mormoiron, recorría la carretera principal junto a varios clientes compatriotas ajeno al revuelo. "No nos hemos enterado de nada, porque solo vemos la televisión belga, pero suelo venir muy a menudo por mi negocio y no me he dado cuenta de nada. No abundan los españoles y te llama la atención un coche con esa matrícula", indica.

Los agentes rastrearon cerca de 30 hectáres del Mont Ventoux muy localizadas a apenas medio kilómetro de la carretera principal y al sur del antiguo hotel Perrache, un edificio en ruinas emblemático para Bedoin. "¿Cómo catorce años después puede alguien acordarse exactamente del lugar donde cavó una apresurada fosa?", se pregunta el fotógrafo Christophe Constant, el único que consiguió captarlos. Tiene su propia teoría al respecto: "En esa época este era el único lugar en el que había una pista abierta de esta anchura, completamente limpia de árboles".

En abril, la nieve desaparecerá. A partir de entonces la búsqueda se podrá retomar. De ser verdad la confesión de Silva, la larga y angustiosa espera de casi 14 años de la familia de Publio Cordón estaría más cerca del fin.