COMARCAS

El aumento de población estival satura los servicios básicos en los pequeños municipios

El refuerzo en la recogida de basuras y las dificultades de abastecimiento de agua son los principales problemas

La población de Cerveruela en verano supera los 150 habitantes. La cifra no es alta, pero aun así es hasta cuarenta veces más que la que reside en invierno. El caso de este pequeño municipio de la comarca Campo de Daroca no es el único. En la época estival, los pueblos aumentan su población debido sobre todo a la llegada del retornante rural, término con el que se define a los descendientes de un lugar que vuelven a la casa familiar o a su segunda residencia, pero también con los turistas. Y este aumento exponencial del número de vecinos provoca que los servicios se saturen y deterioren.


Las redes de abastecimiento no tienen suficiente capacidad para asumir las grandes variaciones de población y eso causa, en ocasiones, problemas de suministro. Además, se refuerzan servicios como la recogida de basuras. Sin embargo, la adaptación de los servicios a la población estival sigue siendo "la asignatura pendiente", como lo define la abogada Amparo Gracia Bernal, profesora de la Escuela Universitaria de Turismo.


Esta experta sostiene en su tesis doctoral que solo en Zaragoza capital puede haber unas 80.000 personas que en sus días libres vuelven a su pueblo o al de sus padres. Según datos del Instituto Aragonés de Estadística (IAE), el número de nacidos en Aragón residentes en otras comunidades autónomas era de 261.536 en 2007. No obstante, esta cifra no garantiza que todos ellos vuelvan a sus lugares de origen en época estival.


El director del IAE, José María Campo, sostiene que no hay datos oficiales sobre los movimientos de población temporal ni sobre los picos de población estacional. Además, señala que los problemas con los servicios no se dan en los municipios más turísticos, que ya tienen una infraestructura adecuada, sino que son los más pequeños los que tienen verdaderos problemas.


La escasez de recursos económicos en las localidades con poca población es clave para entender las dificultades con las que se encuentran las administraciones locales. En el caso de Cerveruela, por ejemplo, los presupuestos del Ayuntamiento dependen de las subvenciones que reciben del Gobierno de Aragón y de la Diputación Provincial de Zaragoza. De hecho, las aportaciones por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el de circulación son mínimas: unos 800 euros por la primera tasa y unos 1.800 euros por los vehículos. A eso hay que sumar unos 3.200 euros más por el agua y las basuras. Las 83 tomas de agua que hay en el pueblo no tienen contador y pagan una cuota básica de 36 euros anuales.


Pocos ingresos, muchos gastos


"Los ingresos son pocos, pero los gastos muchos", comenta el teniente de alcalde de Cerveruela, Javier Andrés Cebollada. "Cuando tenemos un proyecto, hay que esperar a obtener subvenciones. Si no, no podemos hacer nada", añade. El presupuesto para renovar las tomas de agua, la red de abastecimiento, que es muy antigua, y arreglar la pavimentación de las calles es de unos 600.000 euros, una cifra que ven inalcanzable si no cuentan con ayudas.


El último dato que hay sobre viviendas secundarias es del censo de 2001, en el que se registraban unas 30.000. Algunas de las zonas en las que más casas de este tipo hay son las comarcas pirenaicas de Jacetania, Sobrarbe y Ribagorza. Estos también son destinos muy turísticos y que cuentan con multitud de establecimientos hosteleros. Sin embargo, según detalla el director del IAE, los alojamientos de pago suponen aproximadamente el 10% de las camas que utilizan los visitantes. Eso significa que las segundas viviendas y casas de familiares son fundamentales en el aumento de población estival.


Precisamente, la profesora Amparo Gracia sugiere que haya deducciones fiscales para aquellos que rehabiliten sus segundas viviendas, algo que se hace en otras comunidades. "El tema de los servicios sigue siendo la gran asignatura pendiente. No hay un plan de reorganización", comenta Gracia. No obstante, insiste en que la llegada de inmigrantes de los últimos años ha aumentado el número fijo de habitantes en los municipios más grandes y eso ha adaptado los servicios generales.