ENTREVISTA

Eduardo Bandrés: "Los aragoneses superaremos la crisis porque sabemos resistir los embates"

Por primera vez desde que abandonó la Consejería de Economía de la DGA, hace ya tres años, acepta hablar de política y de la realidad aragonesa

El Real Zaragoza acaba de atravesar su particular desierto. ¿Es buen ejemplo de que se puede salir de la crisis reforzados?

Creo que sí, pero no voy a decir que no hay mal que por bien no venga porque no es así. Hubiera sido mucho mejor no descender a Segunda División ni tener esta gravísima crisis económica. Quedan heridas sociales, económicas, deportivas que cuesta mucho sanar definitivamente. Pero hay que tratar de apreciar que van a surgir nuevas oportunidades, lo que el economista Schumpeter decía un proceso de destrucción creadora.

 

¿A qué se refiere?

Aquí tenemos un capital humano muy cualificado. Habría que apoyar mucho más a los emprendedores, que es la asignatura pendiente en Aragón y en España.

 

¿Y los aragoneses tenemos capacidad como sociedad para superar esta situación?

Sin ninguna duda. Viene de una crisis internacional muy severa y profunda, la más grande del último siglo, pero tenemos capacidad, empuje e iniciativa. Sobre todo, somos un pueblo que sabe resistir los embates. Lo hemos demostrado.

 

¿Cuánto tiempo cree que costará remontar la crisis económica?

La coyuntura en Aragón va absolutamente ligada a la española. Es impensable que salgamos antes de que lo haga el país. En este momento se están apreciando síntomas, no de mejoría, porque las cosas siguen muy mal, pero sí al menos se puede empezar a ver en qué momento se puede recuperar. Calculo que a finales de 2010 empezaremos a tener tasas de crecimiento positivas en Aragón.

 

¿En qué se basa?

En que la caída de la actividad económica tiene menor velocidad. Las tasas negativas se terminarán, pero estaremos creciendo a tasas muy bajas unos cuantos trimestres.

 

¿La actual coyuntura política, con el PSOE y el PAR enfrentados, puede retrasar la solución?

Confío en que después del verano las aguas vuelvan a su cauce y se pueda de nuevo afrontar la situación económica y la segunda parte de la legislatura con la estabilidad que ha sido tan importante para Aragón en los últimos años. Es un valor que se percibe y se nota cuando se pierde o está en riesgo.

 

El recorte de Opel acaba con el monocultivo del automóvil y la logística tiene sus limitaciones. ¿En qué sector productivo está el futuro de Aragón?

Se debe insistir aún con el sector del automóvil. El problema de Opel se ha trasladado a los despachos de los políticos y, en este sentido, hay que reclamar un mayor activismo del Gobierno de España en todos los órdenes. Tiene que poner toda la carne en el asador. Respecto a otros sectores, el de las nuevas energías es clarísimo que tiene un potencial enorme en Aragón, al igual que la agroindustria.

 

¿Qué haría de estar al frente de la economía aragonesa?

Las cosas se están haciendo muy bien. El Gobierno aragonés tuvo unos reflejos enormes desde el principio con el caso de General Motors y de otras empresas. Los consejeros de Economía y de Industria se están aplicando con las herramientas a su disposición. Evidentemente son insuficientes para afrontar una crisis de esta dimensión. Y me tranquiliza la situación de las entidades financieras aragonesas, que es de solvencia.

 

¿Había que fusionar las cajas aragonesas como en Cataluña?

No tiene sentido una fusión de cajas con tantísima implantación en Aragón. No creo que fuera bueno para el sistema financiero aragonés ni para los agentes económicos y sociales. Vamos inevitablemente a alianzas estratégicas de colaboración. Las fusiones se están centrando principalmente en entidades con problemas, que no es el caso de las aragonesas.

 

¿Qué pasa en Aragón para que una alcaldesa imputada por 11 delitos, nada más salir en libertad bajo fianza, vuelva a la Alcaldía?

No es un problema de Aragón, sino de la legislación española. No contempla la inhabilitación de un cargo público hasta que no existe condena firme. Por lo tanto, poco puede hacerse más allá de pedir sentido común a los partidos.

 

¿Hay una crisis de valores?

No. Siempre se habla de ello a lo largo de los periodos históricos. Sí es verdad que hemos vivido unos años de desarrollo económico galopante, donde parecía que todo valía en aras de los resultados. Y no importan solo los resultados, sino cómo se consiguen. En ese sentido, las instituciones sí deben hacer una reflexión e implantar mecanismos que permitan anticiparse a estos problemas antes de que exploten de esta manera.

 

¿Tiene alguna solución?

Tiene que haber unos códigos de buen gobierno en las instituciones, al igual que se está hablando en las empresas. Y, sobre todo, transparencia en el sector público para que los ciudadanos conozcan cómo se hacen las cosas.

 

Un equipo requiere un líder. Marcelino Iglesias ha anunciado su renuncia. ¿Atisba uno a corto plazo?

Hay que respetar los tiempos. Quedan dos años de legislatura y estoy seguro de que en el PSOE hay mucha gente con capacidad para afrontar el relevo. Pero aun así, no será un liderazgo como el de Iglesias. Se lo ha ganado a lo largo de muchísimos años y hay que entender que llevará un cierto tiempo de adaptación.

 

No solo me refiero al PSOE.

Alguien tomará el relevo, no hay porqué eternizarse en política. Lo que pasa es que a todos nos duele que un liderazgo tan consolidado como el de Marcelino Iglesias, en la cúspide de su carrera y con su credibilidad y reputación, pueda terminar demasiado pronto.

 

¿Echa de menos estar en los entresijos del poder político?

No. Esto del fútbol es muy absorbente también. En el fútbol te examinas cada semana y eso obliga a un esfuerzo de trabajo y dedicación muy grande. No lo echo de menos, pero sigo leyendo las páginas de información política y económica con la misma avidez.

 

Visita otras ciudades y coincide en los palcos con autoridades y personalidades. ¿Cómo se percibe Aragón fuera de sus fronteras?

Aragón ha ganado muchísimo en su proyección. El desarrollo de los últimos años lo ha colocado en una situación de privilegio que se ha mirado en muchas ocasiones con envidia. Primero, por la estabilidad y segundo, por el clima social de entendimiento. Los inversores se han dado cuenta de que en Aragón se trabaja y que somos capaces de reivindicar y mantener la identidad como pueblo y, al mismo tiempo, tener el suficiente pragmatismo como para amoldarnos y facilitar todo tipo de inversiones.

 

Se ha quejado más de una vez del trato que recibe el club en la prensa nacional. ¿Aragón pinta algo en el conjunto de España?

No podemos aspirar a representar una posición en España derivada del peso demográfico. Debemos compensarlo haciendo las cosas bien y ganándonos el aprecio de los demás con lealtad institucional, como así ha sido. A Aragón no le ha ido mal: los niveles de crecimiento de los últimos años han estado siempre por encima de la media española y se ha creado más empleo que en ningún sitio. Se han llevado a cabo inversiones muy importantes en infraestructuras, que son la envidia de otras muchas comunidades.