Hacer un recorrido por la parte este de Zaragoza con los planos de la zona que ha elaborado el Ayuntamiento para implantar la Expo Paisajes 2014 -y la operación urbanística que la impulsaría- basta para intuir el gran cambio que sufrirá este costado de la ciudad si los planes salen adelante. Para ello, los grupos municipales de la oposición deben aceptar la idea que hoy sostiene el Consistorio, que incluye un desarrollo urbanístico con alrededor de 10.000 viviendas.

El argumento del Ayuntamiento es que pretende que lo que hoy es un paso radical de la ciudad al campo, fuertemente marcado por el corte que hacen la Ronda Hispanidad y la vía del tren, sea una transición más suave. Así, ha proyectado que la Ronda quede rodeada de edificios y como una calle más de la ciudad; mientras, para la vía del tren contempla dos opciones: desviarla mediante un viaducto que permita el paso permanente por abajo o hacer el actual trazado más permeable, realizando intervenciones más concretas.

Sin embargo, los colectivos que se oponen a la expansión urbanística de la ciudad por el este argumentan que se edificará en tierras que hoy están cultivadas, y que meter 10.000 viviendas en la zona va a suponer una fuerte presión para la zona de más valor ecológico, el Soto de Cantalobos, a pesar de que el proyecto municipal prevé respetar e incluso aumentar este espacio a orillas del Ebro.

El punto que suscita más debate es la conveniencia o no de construir 10.000 viviendas -más de las que se hicieron en Valdespartera- al este de Las Fuentes. Irían en la zona que rodea a la vía del tren y en el borde de la carretera de Castellón, en unas 130 hectáreas que el Ayuntamiento quiere recalificar para destinar a usos residenciales. En la actualidad este espacio está ocupado por campos con cultivos diversos, desde huerta de hortalizas hasta espacios vacíos, pasando por lo más mayoritario, que son los terrenos con alfalfa.

Hay quien calcula que en el espacio que hay entre Las Fuentes y el Ebro hay un 10% de huerta y un 90% de cultivos de secano, "una proporción parecida a la que puede haber en el resto de Aragón", afirma Mariano Mérida, miembro de la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar). Esta organización observó en 2006 que hay 195 parcelas en cultivo, que están en manos de 161 personas, 29 de ellas con más de un terreno. En la llamada zona de transición -lo proyectado entre la parte residencial y el soto- el Consistorio planea hacer huertos familiares de titularidad pública.

¿Y el recinto de la Expo? La parte sur (40 hectáreas) irá junto a la vía del tren en una zona que, como gran parte de este espacio, tiene una mezcla de huerta y secano. El recinto norte (20 hectáreas) aprovecha la desembocadura del Gállego, un espacio que ya ha sido mejorado con el Plan de Acompañamiento de la Expo de 2008. Hoy es un agradable paseo ciudadano en un entorno natural como es una desembocadura, pero a las puertas de la ciudad. Con el fin de la Expo, todo el recinto será un cierre del anillo verde. El resto de la zona este aún está en el aire. De momento solo es una ciudad imaginaria.