Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

JULIÁN RUIZ MARTORELL

"Creo que los bienes retornarán pronto"

El actual vicario general de Zaragoza confía en una rápida solución del litigio del arte sacro.

¿Cómo ha recibido la noticia?

Con sorpresa y agradecimiento. Con sorpresa porque estadísticamente no era muy probable que después de un reciente nombramiento, en la persona de don Carlos Escribano, en junio, del mismo consejo episcopal saliese otro obispo. Y con agradecimiento por la confianza que el Santo Padre deposita en mí.


¿No ha estado la diócesis demasiado tiempo vacante?

Seguramente para estas diócesis habrá sido un periodo excesivamente largo. Sin embargo ha contado con el buen hacer y la disponibilidad absoluta del señor administrador apostólico.


¿Cómo va a ser su episcopado?

Pues tiene que ser de continuidad, porque un nuevo obispo no significa la emergencia de una nueva iglesia. Debo aprender, porque soy novato en muchos aspectos, no solo como obispo, sino que también me desplazo a unas diócesis vecinas, que conozco, estimo, aprecio y valoro, pero de las cuales todavía no tengo muchos datos de primera mano.


Los dos últimos obispos que han conocido los oscenses han marcado estilos muy diferentes. ¿Se identifica más con el de Javier Osés o con el de Jesús Sanz?

Ambos se identifican con la línea de Jesucristo, son partícipes de una misma línea que viene irradiando la fuerza del Espíritu Santo. He apreciado mucho a don Javier Osés y a don José María Conget, que fue obispo de Jaca, y valoro muchísimo el trabajo realizado por don Jesús Sanz.


Parece que Roma no ha escuchado la petición de Sanz, que siempre ha advertido de la necesidad de nombrar un obispo para Huesca y otro para Jaca...

Me parece una petición lógica y acertada, pero la decisión del Santo Padre ha sido que mi humilde persona continúe con esta figura de las dos diócesis unidas en la persona del obispo. En principio, habrá algunas reticencias legítimas, justas, porque tanto Jaca como Huesca merecen obispos que sirvan a la Iglesia.

¿Qué opina de la actitud del obispo de Lérida tanto con los bienes de las parroquias de Berbegal y Peralta como en el de las 112 obras de Barbastro-Monzón?

Desde mi condición de vicario general de Zaragoza no me corresponde todavía valorar la actuación de un hermano en el episcopado, porque no he tenido oportunidad de contrastar personalmente ningún parecer con él.


¿Cómo valora la situación en la que está en la actualidad el conflicto entre la diócesis de Huesca y la de Lérida?

En una actitud de sana expectativa. Creo, con los datos que tengo en mis manos, que no son muchos, que la solución está en el horizonte y hay que caminar con paciencia hacia ella. En mis visitas a la diócesis de Barbastro he podido comprobar cómo los sacerdotes consideran que es un problema serio, pero las prioridades pastorales nos movilizan. Lo que nos apremia es que Jesucristo sea conocido y amado. El hecho de que Jesucristo no sea conocido y apreciado es nuestro principal problema pastoral.


¿Qué le parece la decisión de los alcaldes de Peralta y Berbegal de llevar este asunto a los tribunales civiles y denunciar al obispo Piris por apropiación indebida?

Me imagino que se pondrán en contacto con un servidor, pero tendremos que decirles lo mismo: que hasta marzo no tengo ningún poder de decisión, aunque les escucharé con mucha atención.


¿Confía en que algún día retornen los bienes?

Creo que sí, pronto. La trayectoria de las decisiones de los tribunales así lo indican y creo que está suficientemente maduro el asunto para que se pueda dar una solución satisfactoria y justa.


¿Los cambios en la Generalitat pueden suponer un giro en la evolución de este conflicto?

Desconozco la línea que puede seguir la nueva orientación de la Comunidad Autónoma, pero creo que también hay una nueva predisposición para afrontar los asuntos desde una recta final.


¿Entonces, el año 2011 puede ser el del retorno de los bienes?

2011 tiene que ser un año de gracia del Señor y esperamos que el Señor continúe bendiciendo con abundantes frutos a la Iglesia que peregrina en todo Aragón.