EXPO 2008

Camps envía a su vicepresidente para exigir el trasvase del Ebro en Zaragoza

El presidente de Valencia ha sido el único en no asistir a la celebración del Día de Honor de su comunidad. El Gobierno central elude posicionarse en contra de la ofensiva trasvasista del Ejecutivo valenciano

No vino a celebrar el Día de Honor de la Comunidad Valenciana y en su lugar, el presidente del Ejecutivo autonómico, Francisco Camps, envió a su vicepresidente, Vicente Rambla, a exigir el trasvase del Ebro en la Exposición Internacional de Zaragoza. Camps ha sido el único líder autonómico en no asistir a este acto. Ni Castilla-La Mancha, ni Castilla y León, ni el País Vasco, ni Navarra, ni Islas Baleares han enviado a sus consejeros para sustituir al máximo mandatario autonómico.


Fuentes del Gobierno valenciano aludieron "motivos de agenda" para justificar su ausencia, aunque no tenía ningún acto oficial programado a esa hora. "Puede tener una agenda privada", argumentaron. Precisamente, la noche anterior sí asistió -de incógnito- al concierto de The Police con su esposa en Valencia.


En su lugar, fue el vicepresidente Vicente Rambla, junto a otros consejeros, el que se encargó de defender el trasvase en su discurso y "exigir desde la más firme lealtad institucional y con el derecho constitucional de la solidaridad interterritorial como principio básico, el trasvase de las aguas sobrantes del Ebro a las cuencas deficitarias de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Almería con todas las garantías de sostenibilidad medioambiental".


Sin embargo, su alocución comenzó en un tono más amistoso y con alusiones constantes a los lazos históricos de unión con Aragón, "esta tierra hermana". "Compartimos, por tanto, pasado, presente y futuro", dijo el popular. Pasado por compartir al rey Jaime I en la Corona de Aragón; presente, "porque valencianos y aragoneses tenemos aspiraciones que requieren de una colaboración común"; y futuro, porque "compartimos la preocupación por el futuro de nuestros territorios y, con ello, también por el uso del agua".


A partir de ahí, su exposición se basó en explicar la situación de la Comunidad Valenciana, "ejemplo en el uso racional y responsable del agua". Rambla destacó el esfuerzo inversor de su gobierno en la gestión del recurso hídrico y enumeró todas las políticas acometidas, aunque concluyó que no son suficientes "para garantizar las demandas actuales y mucho menos las futuras". "Nuestra región necesita de todas las herramientas existentes para poder ahorrar y garantizarse los recursos necesarios", reclamó. Entre ellas, el trasvase, "principal actuación sostenible y eficiente frente a las políticas de escasez de agua".


Defendió su exigencia con referencias al Comité de las Regiones Europeas (órgano consultivo), que "respalda la solidaridad entre los que tienen agua excedentaria y los que carecen de ella" y "aboga por los trasvases frente a las desaladoras, como principal solución de futuro". Insistió en que el regadío valenciano se encuentra en "una situación crítica" (en la sala estaba presente la Federación de Regantes de Valencia y del Turia) y en que la dotación de agua per cápita está por debajo de los 1.000 metros cúbicos por habitante y año que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

La Expo, la mejor plataforma


Y tras bombardear con datos, el vicepresidente de la Generalitat valenciana fue más allá y llegó a decir que "no sería leal" ni con su conciencia, ni con su comunidad, ni con la institución a la que representa, ni con España, si "en la capital mundial del desarrollo sostenible que en estos momentos es Zaragoza, no siguiera defendiendo y abogando por restablecer la solución hídrica que desde un amplio consenso y el diálogo habíamos conseguido y nos garantizaba a todos el agua necesaria para el futuro, sin perjudicar ni menoscabar los derechos de nadie". "Es la mejor plataforma para trasladar al mundo la preocupación y la necesidad de prevenir y corregir la situación del cambio climático", incidió.


Al final, ya en un tono más conciliador, deseó el mayor de los éxitos a la Expo, que según dijo, con su tema -agua y desarrollo sostenible- está contribuyendo "a la construcción de un futuro mejor para todos". Por su parte, el ministro de Justicia, Mariano Fernández-Bermejo, que tomó la palabra después como representante del Gobierno central, lejos de manifestar su oposición firme al alegato trasvasista que minutos antes había escuchado de Rambla, se dedicó a nadar entre dos aguas. Dijo que la solución pasa por la cooperación entre las administraciones y el diálogo entre instituciones. "La lealtad, la colaboración y el diálogo son los principios fundamentales y el mejor camino para avanzar en mecanismos sostenibles", señaló.


También defendió que "el Gobierno de España ha trabajado en el máximo aprovechamiento del recurso para garantizar el agua para siempre y para todos de forma sostenible". Y no tuvo ni una sola mención al trasvase. Ni siquiera lo nombró. Se dedicó a hablar de generalidades como que "el agua es la parte esencial de la ecuación de la vida" y que millones de personas mueren cada año por escasez de agua potable.