El ministro de Fomento, José Blanco, volvió a dejar de lado las aspiraciones aragonesas en relación a que la UE mantenga financiación para la TCP en el periodo 2014-2020, mientras no ha tardado ni dos semanas en volcarse con las comunidades levantinas, Cataluña y Andalucía para hacer «cuestión de Estado», tal y como él mismo dijo, que Europa financie al completo el Corredor Mediterráneo.

A estas alturas, el recién designado portavoz del Gobierno central ni siquiera ha tenido unas palabras de aliento o de apoyo para las reivindicaciones aragonesas, tras conocerse la propuesta de la Comisión de dejar fuera la Travesía Central, al reducir a diez los treinta proyectos que iban a contar con financiación comunitaria.

Un hecho que confirma que el ministro de Fomento estaba al tanto y de acuerdo con la propuesta de la UE y que no le ha importado dejar en evidencia a su compañero de partido, el secretario de Organización y hasta hoy presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y al secretario de Estado, el oscense Víctor Morlán, presente en la reunión de ayer.

Aún contrasta más la actitud de Blanco, cuando en la reunión con los consejeros de Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía, les prometió empezar a licitar con urgencia tramos del corredor mediterráneo en tan solo dos meses. Es decir que las obras saldrán a a concurso en septiembre.

Asimismo, el titular de Fomento reiteró que en ese mes defenderá ante la Comisión la declaración del corredor como infraestructura básica o prioritaria de la UE.