El vicepresidente aragonés, José Ángel Biel, sentenció ayer que la línea internacional de Canfranc está «igual» que hace treinta años porque «nunca se ha tomado como una cuestión de Estado». Tras la celebración del Consejo de Gobierno, Biel se mostró pesimista sobre las posibilidades de lograr la reapertura, exigida por los partidos y agentes sociales, ya que las aspiraciones se topan ahora también con la competencia del corredor mediterráneo. «Cada día lo veo más difícil y complicado", dijo.

El líder aragonesista consideró que la solución es «difícil» por mucho que el Consejo Regional de Aquitania haya dado un paso significativo con la modernización integral del tramo Pau-Olorón, reabierto al tráfico el pasado lunes tras medio año de obras y una inversión de más de 30 millones de euros. A su juicio, se han dado «muy pocos pasos» para permeabilizar los Pirineos por Aragón desde la instauración de la democracia, algo que se puede complicar ahora con el impulso que está cogiendo el corredor mediterráneo: «Si este tiene una mayor velocidad de crucero, hoy es más difícil que hace un año reabrir el Canfranc. Y no veo que nadie tome las medidas pertinentes».

Biel recordó que la movilización aragonesa por el paso internacional comenzaron tras su cierre en 1970 tras un descarrilamiento en Estanguet y que la situación, 41 años después, apenas ha cambiado. «Nunca se ha tomado como una cuestión de Estado, por lo que la solución es difícil», dijo antes de concluir que España perdió «la oportunidad» cuando tenía veto en la Unión Europea. «Hay una serie de momentos clave en la conformación de Europa donde la participación española era vital, su voto era decisivo y absolutamente determinante. Si no fuimos capaces de negociar nuestro voto a cambio de otras cuestiones, hemos perdido una oportunidad que no sé si volveremos a tener», sentenció.

La postura demostrada ayer por Chunta fue más reivindicativa, ya que exigió la recuperación de los proyectos para la modernización del tramo español y reclamó a España y Francia que pongan una fecha para la reapertura. Además, su diputado Bizén Fuster aseveró que este paso es una «condición sine qua non» para la Travesía Central del Pirineo (TCP), algo que plantearán en los parlamentos aragonés y europeo.

Fuster lamentó especialmente la postura del PSOE, que paralizó la renovación de la línea fiando todo a la TCP. «Durante años nos hemos quejado de los franceses y ahora, cuando están avanzando, el Gobierno central mira hacia otro lado y encarga más estudios, mientras el aragonés anda despistado y centrado en la Travesía pese a ser una obra a largo plazo», dijo.

A la proposición no de ley plantada el lunes por el PP se sumó ayer una intepeIgelación de la formación nacionalista al consejero de Obras Públicas, Alfonso Vicente, sobre las acciones previstas por la DGA en relación con el Canfranc y la TCP. Fuster compareció junto al responsable de Asuntos Europeos de CHA, Miguel Martínez Tomey, quien anunció que pedirán, por medio de la Alianza Libre Europea, en la Eurocámara que la Comisión aporte datos y una declaración de intenciones y responsabilidades para «conseguir que los dos gobiernos se coordinen y modernicen la conexión entre Zaragoza y Pau».

Por su parte, la Coordinadora para la Reapertura del Ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco) remitió ayer una carta a la consejera de Presidencia, la socialista Eva Almunia, en la que le recuerda que han reclamado hasta en 17 ocasiones en Francia la reapertura de la línea, además de otras tres ocasiones en España frente a las autoridades galas. Su portavoz, Benjamín Casanova, quiso aclarar así a la candidata socialista su implicación después de que el lunes reclamara públicamente a Crefco que instara a Francia a reabrir el tramo de Olorón a Canfranc.