La cornisa cantábrica, sobre todo Asturias, presenta la tasa de mortalidad más elevada de España, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que señalan que enero y diciembre son los meses con mayor número de fallecimientos en todo el país.

Según la encuesta sobre el "Movimiento natural de la población" del año 2007, publicada recientemente por el INE, en España murieron el año pasado 384.442 personas, lo que se traduce en una tasa de defunción de 8,57 por cada mil habitantes, un índice que ha permanecido prácticamente estable en los últimos 30 años pero que es unas décimas superior al 8,43 registrado en 2006.

En cambio, la tasa de mortalidad es más elevada en las comunidades de la cornisa cantábrica, sobre todo en Asturias, donde se sitúa en el 11,89, y en Galicia, con el 11,05. Castilla y León, con 10,77 muertes por cada mil habitantes; Aragón, con el 10,27, o Cantabria, con el 10,10, son otras de las autonomías que superan la media nacional.

Por el contrario, el índice más bajo está en Canarias, con 6,61 fallecidos por cada 1.000 habitantes, así como en Madrid, con el 6,83, y en Murcia, con el 7,28.

En términos absolutos, Andalucía es la comunidad que registró el año pasado un mayor número de defunciones (algo más de 65.400), por delante de Cataluña (60.525) y de Madrid (41.761). Frente a esos datos están los de La Rioja (2.817 fallecimientos), Navarra (5.235) y Cantabria (5.729).

Los meses del invierno son los que tienen una mayor mortalidad, especialmente enero (38.592 en toda España, más del diez por ciento del total), diciembre (35.746), febrero (34.198) y marzo (33.990).