PLAN DE RESIDUOS

Aragón concentra el 86% de sus basuras en ocho grandes vertederos supracomarcales

El 14% restante va a otras 10 instalaciones que cerrarán a corto plazo. Huesca es la única agrupación que tiene consorciado el servicio de recogida, y no se ha logrado el objetivo de reducir la producción.

El plan impulsado por la DGA para ordenar la gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) en los 731 municipios de Aragón va dando sus frutos, aunque muy lentamente. Diez años después de su puesta en marcha, el 86% de las basuras generadas en la comunidad se depositan en alguno de los ocho grandes vertederos supracomarcales construidos para absorber todos los RSU de su agrupación.


El 14% restante se almacena en alguno de los otros 10 vertederos que todavía siguen en servicio y que se irán sellando conforme se colmaten. En 1998, en Aragón funcionaban unas 500 instalaciones de este tipo, la mayoría de forma ilegal. Hoy, solo quedan 18.


No obstante, todavía falta mucho por hacer, ya que, de las ocho agrupaciones en las que se divide el territorio aragonés, solo una -la de Huesca- tiene consorciada la recogida de los residuos urbanos. Los municipios que forman parte de las otras siete zonas de gestión prestan ese servicio por su cuenta o a través de una mancomunidad, lo que encarece los costes y produce situaciones de ineficacia e ineficiencia -como denunció el Tribunal de Cuentas en un informe basado en datos del año 2004-.


Además, el propio Departamento de Medio Ambiente reconoce que no se ha cumplido el objetivo marcado en 2005 de reducir en un 6% la producción de residuos urbanos, un intento en el que están fracasando no solo todas las comunidades, sino todos los países desarrollados.


El modelo. La estrategia aragonesa en materia de basuras domésticas la marca el Plan de Gestión Integral de los Residuos de Aragón (GIRA), un programa que entró en vigor hace cuatro años y cuya vigencia termina el próximo 31 de diciembre. No obstante, el GIRA siguió la línea emprendida por el Plan de Ordenación de la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos aprobado en 1998.


El programa impulsado hace una década dividió Aragón en ocho agrupaciones que engloban varias comarcas cada una. El objetivo era lograr una gestión común que permitiera sellar casi todos los vertederos existentes y centralizar tanto la recogida de basuras como su depósito en una única instalación. Dada la gran dispersión geográfica de la comunidad, para minimizar los gastos de transporte también se consideró conveniente crear varias estaciones de transferencia intermedias en las que almacenar y compactar los RSU.


El GIRA 2005-2008 asumió ese modelo de gestión actualizándolo y marcándose diversos objetivos que se han alcanzado de forma desigual. A la hora de hacer balance, Medio Ambiente recuerda que la competencia en residuos es de los ayuntamientos y las comarcas. Lo que intenta el Departamento que dirige Alfredo Boné es tirar de ellos asesorándoles en todo lo necesario y aportando financiación para las infraestructuras.


Las agrupaciones. Hasta la entrada en vigor del GIRA, la única agrupación que se había constituido para gestionar sus residuos fue la de Huesca (2001). Durante los cuatro años de vigencia del plan actual se han creado otros cinco consorcios (Calatayud, Alcañiz, Teruel, Fraga y Ejea) y una empresa pública (Barbastro). La agrupación de Zaragoza no se ha creado formalmente, aunque la DGA destaca que diversos convenios con el Ayuntamiento de la capital permiten que esta zona funcione igual que las otras.


Medio Ambiente da por implantado el sistema de gestión zonificada y recuerda que, conforme se vayan cerrando los vertederos municipales y mancomunados, Aragón se acercará al objetivo de llevar el 100 por 100 de sus basuras a los ocho depósitos supracomarcales. No obstante, la Consejería admite que, ahora que ya hay una gestión común de los vertederos, las agrupaciones deben trabajar para extender el servicio agrupado a la recogida y el transporte de basuras, la otra tarea para la que fueron creadas.


Infraestructuras. En el periodo 2005-2008 el Gobierno de Aragón ha ejecutado casi todas las infraestructuras básicas previstas en el GIRA: se han terminado de construir los vertederos de Alcañiz y Barbastro, se han acondicionado los de Fraga, Ejea, Calatayud y Teruel y se han creado tres estaciones de transferencia -las de Puente la Reina, Aínsa y Borja-. Según Medio Ambiente, una cuarta, la de Sariñena, no se ha hecho por voluntad de su comarca.


En cuanto a las infraestructuras que permiten la recogida selectiva y el reciclaje, se ha construido la planta de envases de Huesca, que junto a la del ecovertedero de Zaragoza dará servicio a toda la comunidad.


En el capítulo de actuaciones pendientes está la red de puntos limpios, que debe dotar de al menos una instalación de este tipo a cada comarca -se han hecho algunos, pero hacen falta al menos otros 29-. Tampoco se ha construido ninguna planta de tratamiento de materia orgánica, ya que, siempre según Medio Ambiente, actualmente no son viables. En el GIRA se proponía hacer de cinco a siete equipamientos de compostaje, aunque también recomendaba ver cómo funcionaban los dos primeros -el del ecovertedero de Zaragoza y el de Barbastro- antes de hacer otros.


Sellado. El GIRA 2005-2008 preveía sellar 49 vertederos de los que se ya se han tapado 36, 7 están en fase de sellado y otros 6 tienen proyecto de sellado elaborado. El único en el que no se ha hecho nada es el de Fabara. La DGA recuerda que estas actuaciones han tenido que hacerse de forma coordinada con la entrada en servicio de los vertederos supracomarcales y las estaciones de transferencia.


Reducción del volumen de residuos. Basándose en el principio de prevención, el plan de gestión de los RSU que ahora termina se proponía reducir la generación de basura. El reto era que en el 2007 el volumen generado estuviera en los niveles del 2000, pero los datos de la DGA indican que la cantidad total ha subido año tras año. La tendencia solo se rompió precisamente en el 2007, cuando se produjo una disminución respecto al ejercicio anterior -563.724 toneladas frente a 613.985- que puede achacarse a una mejora en los hábitos de los ciudadanos, pero también al aumento del volumen de residuos reciclados y a la mayor exactitud de los sistemas de cálculo e información de los vertederos -otro de los aspectos en los que el GIRA ha avanzado-.