LA CRÓNICA

Almunia, ¿de regreso a Aragón?

La casi segura candidata del PSOE podría venir en julio a la DGA si es de las afectadas por la crisis de gobierno que planea Zapatero.

La situación económica, política e institucional, así como la tormenta interna que sacude a todo el socialismo español, ha echado por tierra todas las previsiones y planes sobre la proclamación de candidatos y las estrategias sobre lanzamientos y diseños de la futura campaña electoral. Eva Almunia no es ajena a este contexto que afecta a muchos de los candidatos, aunque en su caso el viaje de ida y vuelta entre Zaragoza y Madrid, que inició en abril de 2008 (con Mercedes Cabrera como ministra de Educación), puede adelantarse precisamente a finales de julio de este año, ocho meses antes de lo previsto. Siempre y cuando se confirme que José Luis Rodríguez Zapatero realizará una profunda crisis de gobierno el próximo mes, tras el debate sobre el estado de la Nación, con la supresión de varios ministerios y de bastantes altos cargos.


Una de las afectadas podría ser Eva Almunia, dado que su sintonía con el ministro Ángel Gabilondo, a juicio de varios compañeros suyos, es bastante menor que la que tenía con Cabrera y ya ha habido más de una discrepancia entre la secretaria de Estado y el titular de Educación.


El asunto no es tan sencillo, porque hay también una guerra interna de partido. Mientras Almunia cuenta con el respaldo total de la secretaria de Organización, Leire Pajín, y de buena parte de la ejecutiva federal, Gabilondo tiene a su favor a José Blanco y cuenta con apoyos en determinados círculos culturales del partido y de la sociedad madrileña. O sea, la cara y la cruz pese a que estén en la misma moneda.


Además, tal y como están las cosas ahora mismo a todos los niveles, Marcelino Iglesias tendrá mucho que decir sobre qué va a pasar con Eva Almunia en julio. Por él pasará cualquier planteamiento, les guste mucho o poco a determinados dirigentes federales y regionales.


Es cierto que hay pulsos por todos los lados, aunque algunos aseguran que hay una especie de pacto interno y que se ha avanzado notablemente en las relaciones entre Aragón y Ferraz, tras los desencuentros que protagonizaron en público la semana pasada el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente Iglesias en la cumbre europea de Transportes que tuvo lugar en Zaragoza.


Algo tendrá que ver también el almuerzo en la intimidad que compartieron hace una semana, en un conocido restaurante de la capital aragonesa, la secretaria de Estado Eva Almunia y el presidente de la DPZ y secretario general del PSOE-Zaragoza, Javier Lambán.


Pasado mañana se podrá comprobar hasta qué punto han afinado todos la sintonía. En Daroca, durante la celebración de la Fiesta de la Rosa, y en presencia de José Blanco y de Marcelino Iglesias, entre otros, Javier Lambán tendrá un gesto claro y rotundo, si se cumplen las previsiones, hacia Eva Almunia. Será casi una puesta de largo, aunque nada sea oficial hasta el otoño.


Luego faltará saber cómo se producirá el regreso de Almunia a Aragón. Así de primeras, parece complicado que Iglesias tenga margen de maniobra para mover la DGA de repente sin un acuerdo cerrado con un PAR que no está por la labor. Y quedaría un tanto extraño que la secretaria de Estado llegara como de paso a la Delegación del Gobierno en Aragón. Queda mejor que si tienen que mover piezas lo hagan ya y no esperar a última hora.


La estrategia inicial era muy distinta. Almunia desde el Ministerio tiene protagonismo en Aragón con el mínimo desgaste. Si viene a un cargo público entra en el guión que reciba críticas y ataques de la oposición. Por eso Iglesias preferiría que siga en Madrid. De momento.