Las relaciones entre PSOE y PAR en la DGA no pasan por su mejor momento. Y ya nadie lo esconde. A tres meses de las elecciones la laureada estabilidad institucional de estos 12 años parece estar a punto de saltar por los aires. Al menos, a tenor de los cruces de declaraciones que socialistas -en boca de la candidata a la DGA, Eva Almunia- y aragonesistas -a través del presidente José Ángel Biel- han intercambiado en los últimos días.

Ayer fue Almunia. La candidata socialista no tuvo reparos en recriminarle a su compañero de gobierno que utilice las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Gobierno (en las que se enumeran los acuerdos adoptados por el Ejecutivo) para lanzar sus mensajes electorales en su doble condición de vicepresidente y portavoz de la DGA y presidente del PAR. «No entiendo que una rueda de prensa del Gobierno se convierta en una rueda de prensa del PAR, porque para eso hay otros lugares y otros foros», advirtió Almunia, quien aprovecha algunos de sus actos institucionales para hacer campaña e incluso para enviar recados a su socio. Sin ir más lejos, a principios de este mes en una visita como consejera de Presidencia a Mora de Rubielos retó al propio Biel a pactar un gobierno con quien «quiere adelgazar el Estado autonómico», en referencia al PP.

Ayer, el 'pique' provenía de unas declaraciones de Biel -en respuesta a una pregunta de un periodista- sobre la Travesía Central. El vicepresidente advirtió de que «a veces parecemos una cuadrilla de ingenuos», al pensar que se que se pueda llevar a cabo la TCP. «Aunque en campaña se diga que igual hasta se abre de aquí a Navidad», ironizó en referencia a los últimos anuncios de la parte socialista del Gobierno. Este mensaje cuestionando al socio sentó mal y ayer Almunia se preguntó si Biel considera «prioritario» este proyecto.

Vicepresidencia no responde

Desde vicepresidencia no se quiso hacer ningún tipo de declaración al respecto. Solo el portavoz del PAR en las Cortes, Javier Allué, invitó a la candidata socialista a «repensar sus palabras» y a «mirarse en su espejo». «Biel contesta a lo que se le pregunta», justificó. Pero a última hora de la mañana el lío continuó a propósito del anuncio de Biel, a espaldas del PSOE, de un posible recurso de inconstitucionalidad al decreto de las cajas. Evidenciaba así la fractura que existe entre las dos partes del Gobierno, aunque fuentes socialistas señalaban a Biel como uno de los «puntos de fricción».

No en vano, en los últimos meses no ha perdido ocasión para marcar distancias públicamente con su socio, especialmente en todos aquellos asuntos que tienen que ver con las relaciones con el Gobierno central y el Estatuto. Pero también ha buscado cierta confrontación con otros planteamientos como la ley de capitalidad, que inicialmente se iba a presentar como un proyecto conjunto de Gobierno. O la campaña publicitaria que ha impulsado en el último mes en la que vende proyectos del Ejecutivo autonómico como propios del PAR.

Parece que solo la intervención del presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, podría estar sujetando una cuerda a punto de romperse en el Pignatelli.

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