OCIO

Alianzas en la cumbre

La unión de cinco estaciones de esquí aragonesas en una misma sociedad ha impulsado su competitividad .

Varios esquiadores y 'surferos', ayer, en la estación de Formigal, junto al telesilla de Batallero.
Alianzas en la cumbre
ARAMON

No es cierta la leyenda que asegura que el idioma inuktitut que emplean los esquimales tiene muchas palabras para nombrar la nieve. En Aragón, también a la nieve se la denomina 'nieu' o 'neu', pero Aramón es casi un sinónimo de todas ellas. Este grupo empresarial, el primero de España en turismo de nieve y montaña, representa un modelo innovador en la gestión de un sector estratégico de la Comunidad.


Las cinco estaciones que forman Aramón abarcan la mayor superficie esquiable de España, casi 270 kilómetros (el 20% del total español). Tres de ellas están situadas en el Pirineo oscense (Formigal, Panticosa y Cerler) y dos en el Sistema Ibérico de Teruel (Javalambre y Valdelinares). Desde su creación en 2002, la cuota de mercado del conjunto de estaciones se ha ido elevando de un 12% a casi un 24%, hasta 1.270.000 esquiadores durante la pasada temporada.


La gestación del grupo, que está participado al 50% por el Gobierno aragonés e Ibercaja, resultó relativamente sencilla porque ambas instituciones participaban ya en todas las estaciones. Cada una de ellas mantiene una sociedad autónoma en la que existen accionistas minoritarios pero no hubiera sido fácil su desarrollo de manera separada, al margen de una marca reforzada y una gestión comunes. En los últimos cinco años, Aramón ha invertido casi 160 millones de euros en sus instalaciones.


La clave de la planificación


Francisco Bono, presidente de Aramón, destaca entre los fundamentos del grupo el desarrollo de los territorios donde se ubican las estaciones y por otro la necesidad de que sea una actividad sostenible económicamente. La planificación y la claridad de objetivos es otra de las claves en la actividad del grupo. Bono añade además la serenidad que los propietario mantuvieron en los momentos difíciles durante los primeros pasos de Aramón.


Las alternativas de desarrollo en zonas de tanto valor medioambiental como las del Pirineo son, sin embargo, objeto de controversia. De ahí la contestación que sobre todo desde algunos grupos ecologistas, ha marcado parte de su gestión. El presidente de Aramón precisa que la apariencia de las obras en ese entorno resulta agresivo a la vista pero que una vez terminada la intervención, cuando se revegeta la zona, el paisaje se recupera en gran parte. "Hay un blanco muy fácil, que es Aramón -señala Bono-, pero la contestación es muy minoritaria". El presidente del grupo dice que son los primeros interesados en el respeto al medio ambiente y reconoce que no le agrada todo lo que se ha hecho en nombre del progreso en algunos núcleos del Pirineo.


En general, la actividad de las estaciones es muy bien recibida por los habitantes, que cuentan así con alternativas de desarrollo. Las comarcas donde hay una estación han crecido de forma importante en población. Se calcula que se generan 13.000 empleos netos al año.


En cualquier caso, España es un país con una cultura de mar y playa, a diferencia de muchos países europeos, en los que en verano es la montaña el lugar de ocio por antonomasia. Uno de los puntos fuertes que vende Aramón es precisamente el de esquiar bajo el sol, con menos kilómetros de pistas que en otros lugares, pero sin grandes masificaciones. Y con unos alrededores en los que es posible disfrutar, por ejemplo, de buena cocina y de joyas del arte románico. Todo ello con una atención muy cuidada por parte de los empleados.


Aunque queda mucho mercado nacional susceptible de ser captado, Aramón trabaja ya para atraer esquiadores británicos, franceses y portugueses. Una estrategia muy vinculada con las buenas comunicaciones. En este sentido, los vuelos desde Huesca y Zaragoza, ejes ferroviarios como la Travesía Central Pirenaica o la mejora de las carreteras, son fundamentales.