CORTES DE ARAGÓN

25 años de escuela democrática

Casi doscientos diputados conmemoraron las bodas de plata de la institución.

Ni el mejor adivino hubiera profetizado para el país un éxito como el del Estado de las autonomías". Así resumía sus sentimientos el jurista y primer presidente de las Cortes de Aragón democráticas, Antonio Embid (1983-1987), durante la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de la puesta en funcionamiento del Parlamento autonómico.


A pocos metros de su retrato que cuelga en una de las paredes del palacio de la Aljafería, reconocía que aquel 20 de mayo de 1983 no podía imaginarse este presente. Unos minutos antes, el hemiciclo -tras el pleno extraordinario de conmemoración-, se había convertido en el escenario de la foto histórica de estas bodas de plata, para la que posaron todos los diputados y ex diputados que acudieron. Alrededor de 180 personas. En primera fila, el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, codo con codo con el presidente de las Cortes, Francisco Pina y sus antecesores. Costó unos minutos organizar a sus señorías y la situación provocó algún que otro chiste sobre si el aforo iba a dar de sí para semejante llenazo.


Por sus escaños han pasado 292 diputados, catorce de los cuales han fallecido. Todos merecieron un recuerdo, pero en especial el popular Manuel Giménez Abad, asesinado por la banda terrorista ETA en plena calle. "Desde el 6 de mayo de 2001 somos un diputado más, porque si algo ha impactado fue el cobarde asesinato", dijo en su alocución el portavoz del PAR, Javier Allué.


Solo dos diputados pueden presumir de veteranos desde aquellos inicios: Francisco Pina y el vicepresidente del Ejecutivo autonómico, José Ángel Biel. "Y estoy dispuesto a seguir otros 25 años dando mal", bromeaba José Ángel Biel al preguntarle sobre si esperaba seguir haciendo historia otro cuarto de siglo.


Hubo frases de sobra para tomar nota. En su alocución Francisco Pina parafraseó a los cinco ex presidentes parlamentarios. Subrayó que es el momento de celebrar la "consolidación del autogobierno", la "aportación" al Estado de las autonomías y el "afianzamiento de ese invento extraordinario que es el Parlamento".


Echó mano hasta de las cifras, y confrontó aquel primer presupuesto de 100 millones de pesetas y una plantilla de 16 empleados con los actuales 101 trabajadores. A él le siguieron los distintos portavoces: Adolfo Barrena (IU), Chesús Bernal (CHA), Javier Allué (PAR), Gustavo Alcalde (PP) y Jesús Miguel Franco (PSOE).


Para cerrar esta sesión tan especial, Marcelino Iglesias evocó el "valor de la palabra" para propiciar un "Aragón más habitable". Definió las Cortes como el "reflejo" de una sociedad "abierta y plural que confía en su futuro", y destacó que durante todo este tiempo han perseguido "asegurar la convivencia pacífica" y "garantizar los derechos de todos en un marco de libertad". Vaticinó otros 25 años de "éxito", en la tarea de cultivar un espacio común para valores como "el consenso, el pluralismo y la tolerancia".


El broche final no podía ponerse en otro marco que no fuera el emblemático patio de Santa Isabel. El recuerdo, una réplica en plata en miniatura de la tribuna de aquellos primeros plenos en el Colegio de Abogados. Tras el brindis "por Aragón y su autonomía", la solemnidad dejó paso a un ambiente más relajado. Momento de comentar las ausencias (Santiago Lanzuela y José Marco) y asombrarse de algunas presencias (Emilio Gomáriz). "Saludo a todo el mundo, 'malgré tout", como aseguraba Hipólito Gómez de las Roces.