Un pasacalles de la Zaragoza de 1790: "Le he dado la mano al mismísimo Goya"

En torno a 300 personas vestidas con indumentaria del finales del XVIII han protagonizado la tercera edición del desfile goyesco, uno de los actos más vistosos del fin de semana.

Francisco de Goya saluda a las cientos de personas que se han seguido el pasacalles goyesco
Francisco de Goya saluda a las cientos de personas que se han seguido el pasacalles goyesco
Guillermo Mestre

Durante cerca de una hora, la plaza del Pilar de Zaragoza y algunas calles aledañas han viajado en el tiempo a la Zaragoza de 1790 de la mano de la tercera edición del pasacalles goyesco, uno de los actos más vistoso y esperado de este fin de semana dedicado al pintor de Fuendetodos. En torno a 300 personas vestidas con indumentaria de finales del siglo XVIII han protagonizado una recepción al genial artista en la que sus creadores, Marian Pueo e Iván Ramos, ambos historiadores, han querido ser los más fieles posible a aquella ciudad en la que había 16 barrios y poco más de 50.000 vecinos.

Un pregonero abre la comitiva anunciando el regreso de Goya a la ciudad, seguido de algunos cabezudos, como el Berrugón y el Morico, y los gigantes de Goya y su mujer, Josefina Bayeu, que fueron incorporados a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos en 2022, además de las figuras de la Negra y el Chino.

Mientras, las Fiestas Goyescas se desarrollan en la Plaza del Pilar con la participación de actores, artistas, colectivos y peñistas de la ciudad
Mientras, las Fiestas Goyescas se desarrollan en la Plaza del Pilar con la participación de actores, artistas, colectivos y peñistas de la ciudad

Tras ellos, una mujer de la época con un quitasol sobre zancos llama la atención en medio del grupo de los hombres del momento, Goya y su amigo Martín Zapater, acompañados de las autoridades, el arzobispo de Zaragoza, Agustín de Lezo y Palomeque y el capitán general de Aragón, Félix O'Neille y O'Neille. "Le he dado la mano al mismísimo Goya", era una de las frases más repetidas a lo largo del recorrido. Aunque en lo de saludar al pueblo, y sobre todo a los más pequeños, los cabezudos le hacían una sana competencia al pintor.

Entre los personajes históricos que se podían ver en el cortejo se encontraban también las condesas de Belchite, Sástago, Fuenclara y Purroy y hasta una platera rica. Interpretados por diez actores, lucían trajes alquilados en la sastrería Cornejo, especializada en vestuario para cine, televisión y teatro. En este siglo XXI, los diseñadores de la iniciativa han apostado por la paridad, cinco hombres y cinco mujeres.

Proyección sobre la fachada del ayuntamiento de Zaragoza en homenaje a la figura de Goya
Proyección sobre la fachada del ayuntamiento de Zaragoza en homenaje a la figura de Goya

Miembros de Interpeñas y la Unión Peñista, junto a la asociación Fernando el Católico y el colectivo de mayores Laín Entralgo, han dado vida a los habitantes de una decena de aquellas parroquias que formaban a finales del siglo XVIII la hoy capital aragonesa: la Magdalena, el Pilar, San Felipe, San Miguel, Santa Cruz, Santa Engracia y La Seo, entre otros. Todos ataviados con elementos indispensables de la indumentaria goyesca como las redecillas y hombreras madroños y las mantillas.

"Nada de lo que llevamos es adquirido. Son prendas que hemos adaptado para participar en este tipo de iniciativas. Los peñistas no somos solo diversión para las fiestas, tenemos una vertiente cultural importante", reivindicaba Belén Ibáñez de la peña Pechín, que lucía un traje de gala regional. Jorge Gracia, de Los Marinos y presidente de la Unión Peñista, iba descalzo para dar más realismo al clérigo que interpretaba: "El barrio de Santa Engracia tenía muchos campos y venimos de laborar con el carro de madera lleno de verduras". El Dance del Rabal cerraba el desfile con su música y sus bailes.

El cortejo, que ha partido de la Fuente de la Hispanidad y ha discurrido por las calles Don Jaime, Espoz y Mina y Alfonso I para regresar a la plaza del Pilar, se ha convertido en una amena clase sobre la sociedad de finales del siglo XVIII en la vivió el célebre pintor. "Es la primera vez que lo veo y me ha impresionado mucho, creo que está muy bien ambientado", decía Blanca Gracia. 

Mientras, José Garcés, que repetía, echaba de menos "más personajes históricos que sí estaban el año pasado, además de que el itinerario era más largo". Este domingo las actividades prosiguen a lo largo de todo el día y el genio de Fuendetodos se despedirá con un salto tecnológico al siglo XXI, el espectáculo inmersivo de gran formato que volverá a proyectarse sobre la fachada del Ayuntamiento, convirtiéndose durante 15 minutos en un enorme lienzo de 1.628 metros cuadrados, donde se plasmará el imaginario de Goya y se repasarán algunos episodios de su vida.

  

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