María Comín: "La inteligencia artificial es un valor añadido en el aula"

Nacida en Madrid en 1977, trabaja desde Microsoft España para apoyar la transformación de los centros educativos a través de las tecnologías, apostando por la accesibilidad, la inclusión y el pensamiento crítico.

María Comín, directora de Enseñanza K12 de Microsoft España.
María Comín, directora de Enseñanza K12 de Microsoft España.
Oliver Duch

Ha venido a Zaragoza para hablar de la inteligencia artificial en el aula, ¿esto es una declaración de intenciones o se trata ya de una realidad en educación?Creo que nos encontramos ya en esta realidad. Si me hubieras hecho la misma pregunta hace un año, sí que hubiera dicho que era una declaración de intenciones, había mucha reticencia y mucho miedo. Hemos pasado ya esa etapa, ahora hay mucho interés y se está utilizando y trabajando tanto en primaria, como en secundaria y en las universidades.

Su ponencia lleva por título ‘¿Quién tiene el control en la revolución de la IA en el aula?’, ¿por qué?
Es un titular para abrir debate y conversación entre los docentes, a los que va dirigida mi ponencia. Pretendo que pierdan el miedo a utilizar la inteligencia artificial. Hace unos años hubo otra serie de novedades en el aula, como internet, que también nos asustaron y a las que nos supimos adaptar. El objetivo es que se sientan lo suficientemente empoderados como para seguir controlando todo lo que pasa en el aula. La inteligencia artificial viene a dar un valor añadido a lo que ellos ya hacen. 

¿Podría poner algún ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede ser una oportunidad para la formación?
Tenemos un montón de ejemplos. Con las instrucciones de los docentes se pueden hacer adaptaciones y mejoras curriculares, preguntas adaptadas a cada situación, se puede preparar un día de clase y aprender a dar ‘feedback’ positivo y constructivo de lo que se hace de forma muy sencilla. Es una ventaja para grupos heterogéneos, como los que pueden darse en la escuela rural, por ejemplo, con lo cual la inteligencia artificial permite adaptar un tema transversal a diferentes niveles.

Entonces ¿podemos desmontar esa idea de que la inteligencia artificial puede ayudar a los estudiantes a hacer sus trabajos sin esfuerzo?
Sí, hay que desmontarlo y explorar cada herramienta. Lo que hay que buscar es qué tipo de inteligencia artificial se puede utilizar en el aula con seguridad, con privacidad. Es interesante trabajar sobre cómo ayudar a nuestros estudiantes, y a nuestros hijos, a tener esa capacidad de construir mensajes y de saber cómo pedir las cosas y cómo evitar que alguien las haga por ti. Si no van a saber trabajar con inteligencia artificial, no van a poder aportar valor a la sociedad en unos años. 

¿Como madres y padres también tenemos una responsabilidad a este respecto?
Totalmente. Tenemos que ponernos las pilas y aprender con ellos. De hecho, según unos estudios de Microsoft, los que más están usando su herramienta en las empresas son personas a partir de 45 y 50 años. Sin embargo, los jóvenes no tanto. Yo también la uso con mi hijo pequeño, hacemos ejercicios de escritura o dibujo y luego le hago pensar: ¿cómo crees que lo ha creado?, ¿cómo crees que podrías mejorarlo?, ¿por qué no ha hecho esto que tú le has dicho?

Ligada al mundo de las tecnologías y la educación, ¿es de las que piensa que no hace falta tomar apuntes con boli y papel?
Yo creo que hay que combinar todo lo que a cada persona le ofrezca mejor rendimiento. Todo aprendizaje tiene que ir de la mano, no va a sustituir una cosa a la otra. La tecnología tiene que acompañar y dar valor al proceso educativo. 

Lo hace más accesible, además.
Claro, la tecnología permite el acceso a personas con diferentes capacidades, de diferente idioma o diferente ubicación para que puedan acceder a las mejores oportunidades de aprendizaje. Las personas son importantes, pero la tecnología ayuda a que el esfuerzo se reduzca y se les pueda dar una inclusión plena.

¿Su trayectoria ha estado más ligada a las tecnologías o a la educación?, ¿qué le gusta más?
Realmente soy financiera de profesión y de ese modo entré en Microsoft. La cultura de una empresa americana permite seguir aprendiendo y desarrollándote, lo que favoreció mi paso a la tecnología. Y con la educación tengo un vínculo muy fuerte, como madre de dos hijos, uno con necesidades educativas especiales. La tecnología ha estado siempre en mi vida, sobre todo para mejorar su desarrollo, su autonomía, su independencia, hasta el punto de que vi la oportunidad y me puse del lado de la educación. Y cuando vi cómo la tecnología cambia las vidas de tantos niños y tantos docentes, me enamoré.

Forma parte de Mujeres Líderes de Educación, ¿a qué se dedica esta asociación?
Sobre todo, a dar voz y visibilizar el papel y el talento de tantas mujeres dedicadas a la educación. Ya somos más de un centenar en toda España. Es nacional, pero se creó en Aragón.

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