¿Qué son las unidades de convivencia de las residencias de mayores de Aragón?

El modelo de cuidados de los centros de mayores avanza hacia espacios más hogareños con estancias comunes y horarios flexibles en los que los usuarios se sientan como en casa.

La residencia de mayores Romareda de Zaragoza estrena su unidad de convivencia
Una de las estancias comunes de la unidad de convivencia de la residencia Romareda de Zaragoza
Heraldo.es

El presente y el futuro de las residencias de mayores son las unidades de convivencia, un modelo de atención por el cual sus usuarios tienen una mayor autonomía y libertad en un espacio controlado para que se sientan como en su casa. Del cambio de filosofía de los cuidados en los centros residenciales hacia la atención centrada en la persona se viene hablando desde antes de la pandemia de coronavirus, pero la crisis sanitaria marcó un duro paréntesis.

Las unidades de convivencia son módulos para que vivan entre 10 y 15 personas (se huye de los grandes centros), en su mayoría en situación de dependencia y con características y capacidades diversas. Son cuidados por profesionales que se intenta que sean siempre los mismos y que tengan la menor rotación posible para que la rutina se parezca más a la de quien está en su propia casa.

Estas dependencias incluyen estancias comunes (cocina, comedor, sala de estar) en las que comen juntos si quieren y hacen talleres y actividades, además de las habitaciones privadas, en su mayoría individuales y algunas dobles, en caso de parejas, que cada uno decora y adapta a sus gustos y su historia personal. 

En un escenario perfecto, estas instalaciones contarían con recintos al aire libre (jardines o terrazas) y con una permeabilidad tal, que permitiera que los familiares acudieran cuando quisieran y que los propios mayores pudieran estar también en contacto con el exterior con la máxima libertad. 

Más allá del tamaño de estos espacios y sus características arquitectónicas, el objetivo es que en este lugar los mayores reciban una atención más personalizada, puedan continuar su proyecto de vida y cuenten con un profesional de referencia que les conozca, sepa lo que quieren hacer y tenga en cuenta sus opiniones y decisiones. 

De hecho, en este modelo de cuidados basado en la persona se persigue que cada residente elabore una historia de vida y una hoja de ruta en la que se plasmen sus capacidades y se marquen nuevos retos. La eliminación de las sujeciones físicas y químicas y de la polifarmacia son otros dos objetivos para los que se trabaja. 

Las nueve residencias de mayores de gestión directa del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) contarán en 2025 con unidades de convivencia que, en la mayoría de los casos, se compatibilizarán con las plazas ordinarias. El sector privado también está apostando por estos espacios más hogareños. La Asociación Aragonesa para la Dependencia (Arade) ha publicado una guía para ayudar a los centros de día y las residencias a que cada vez más los usuarios se sientan en ellas como en su hogar. 

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