Día del síndrome de Down: "Tenemos opinión y nos gustaría trabajar en una empresa ordinaria"

Javier Torralba y María Pilar Rey tienen mucho que decir, quieren ser escuchados y entrenan en Zaragoza la liga de debate entre jóvenes con discapacidad intelectual.

Javier Torralba y Mª Pilar Rey este jueves en el centro ocupacional de Fundación Down Zaragoza en el barrio de La Jota
Javier Torralba y Mª Pilar Rey este jueves en el centro ocupacional de Fundación Down Zaragoza en el barrio de La Jota
Toni Galan

Doce equipos de toda España, entre ellos representantes de Zaragoza y Huesca, participarán los próximos días 15 y 16 de junio en Madrid en la segunda liga de debate entre jóvenes con discapacidad intelectual. La iniciativa, bajo el título 'Yo tengo opinión', busca favorecer un cambio de mirada hacia este colectivo, ayudar a poner en valor sus capacidades, desarrollar competencias que les pueden ser muy útiles para encontrar un empleo y que se les escuche. Javier Torralba y María Pilar Rey, de 21 y 25 años, respectivamente, son dos jóvenes de la Fundación Down de Zaragoza que se se entrenan de cara a poder participar en esta competición pionera en el mundo.

Javier tiene experiencia, ya acudió el año pasado y le tocó defender que es preferible comprar en comercios locales en lugar de hacerlo en grandes plataformas 'online'. "Este año tenemos como objetivo llegar a las finales, va a ser difícil porque vamos a ser más", se marca como reto. "Me lo pasé muy bien debatiendo con gente de otros sitios", recuerda. María Pilar está preparándose para ver si es seleccionada para el equipo.

En esta segunda edición, el tema sobre el que van a tener que abordar la posibilidad de comer saludable en nuestros días y les toca convencer de que sí. Este jueves han tenido la oportunidad de probar su persuasión y enfrentarse, dialécticamente hablando, a la vicepresidenta primera y a la consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno aragonés, Mar Vaquero y Carmen Susín, respectivamente. Han demostrado que no solo tienen voz y opinión, sino que es tan válida y saben defenderla como cualquier otro.

Javier y María Pilar coinciden en que a los dos les gusta dar su parecer sobre los temas que les incumben y preocupan, aunque ella siente "un poco de vergüenza" cuando le toca hablar en público. Espera que este entrenamiento le ayude a superarlo y "a pedir ayuda cuando lo necesite". Todos los viernes durante una hora una profesora de oratoria les enseña a hablar en público, gesticular, enfatizar, proyectar la voz..., además de tener que buscar artículos, investigaciones y datos que refrenden su postura.

Los dos también tiene muy claro que les "gustaría trabajar en una empresa ordinaria, normal". A Javier como auxiliar administrativo y María Pilar en un empleo relacionado con el cuidado de las personas mayores, porque, dice, le "encanta" acompañar a su abuela y echarle una mano en todo lo que puede. 

Tienen experiencia a través de los programas experienciales de formación y empleo del Inaem. Javier terminó el pasado febrero uno que le permitió trabajar en el centro cívico Salvador Allende. "Me gustaba hacer todo lo que me pedían, archivar, hacer fotocopias, dar las llaves, atender el teléfono, utilizar el ordenador... Estar con los compañeros era lo mejor", cuenta.

Iniciativas de aprendizaje-servicio

La Fundación Down lleva a cabo varias iniciativas de aprendizaje-servicio, una propuesta educativa que combina la formación y la labor en beneficio de la comunidad. "Son actividades en las que se mueven en entornos y espacios sociales en los que tienen la oportunidad de convivir con personas de diferentes edades, se sienten útiles e incluidos", señala Estefanía López, educadora y coordinadora en la fundación. 

Una "relación muy especial" han establecido con los residentes del centro de mayores de La Jota, al que acuden para llevar a cabo talleres de lo más variopinto, desde entrenamiento cognitivo a yoga y bailes. También tienen en marcha una colaboración con la empresa de inserción social Arropados. Tras varias sesiones teóricas sobre la recogida de ropa, el consumo responsable, el reciclaje..., a partir de ahora y durante tres meses pasarán un día a la semana haciendo prácticas en distintos puestos.

Un día a la semana también van a La Zarola, un espacio culinario en el que se familiarizan con los fogones y la atención a los comensales. Con el instituto Pilar Lorengar tienen en marcha Tolerarte, un proyecto para diseñar junto a alumnos del centro una fachada desde la que se promueva la tolerancia con la discapacidad. Esta convivencia tiene para algunos un gran valor. "Muchos de los que han tenido su educación en un colegio o instituto ordinario han sido víctimas de acoso - concluye esta educadora-. Y aunque no van a olvidar esa dolorosa y traumática experiencia adquieren una visión positiva".

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