Los pueblos curiosos de Aragón que ponen música a tu vida

Muchos artistas han puesto a la tierra aragonesa en el mapa nacional o internacional. Desde Antón García Abril a Eduardo del Pueyo o Pilar Bayona, pasando por Bunbury, Amaral o Violadores del Verso, entre muchos otros.

Pasear por las calles de este pueblo de Huesca es descubrir infinidad de encantadores rincones
Pasear por las calles de Graus es descubrir infinidad de encantadores rincones
Aránzazu Navarro

Aragón es tierra de buena música en todos los estilos, y no faltan estrellas que hayan puesto a la tierra aragonesa en el mapa nacional o internacional gracias al eco y calidad de sus composiciones. Desde Antón García Abril a Eduardo del Pueyo o Pilar Bayona, pasando por Bunbury, Amaral, Santiago Auserón y Violadores del Verso, entre muchos otros. Por tener, tiene hasta localidades cuyos nombres son totalmente musicales.

En el criterio de selección se mezcla la broma con la evidencia de que son nombres presentes en canciones, incluso títulos de composiciones que significaron y siguen significando mucho para millones de personas.

En alguno de esos pueblos se habla acerca de este asunto e incluso se ha llegado a aprovechar como recurso turístico: otros lo llevan con humor, aunque no guste a todo el mundo, y en el tercer caso quizá no haya mucha conciencia sobre este parecido muy razonable.

Alpartir: el beso y la flor

En Alpartir no falta el humor ni tampoco el don de la oportunidad. Las primeras palabras en el estribillo de la famosa canción de Nino Bravo ‘Un beso y una flor’ son “al partir”: una broma que lleva medio siglo vigente en este pueblo, y que se extiende a sus vecinos y visitantes. Bravo murió a los 28 años de edad en 1973 debido a un accidente de coche: solamente un año antes se había lanzado esta canción compuesta por José Luis Armenteros y Pablo Herrero.

Alpartir tiene como logo promocional un trabajo del artista local David Monreal, que aparece en sus folletos turísticos y enlaces web oficiales. Además, está plasmado físicamente en el centro del pueblo. Se trata de un beso, representado por unos labios, y una flor.

Conexión brasileña en la Ribagorza

Graus, en el corazón de la Ribagorza, es una villa famosa por su gigantesco cristo sobre la colina, la longaniza, el interesante festival Nocte, un monasterio budista muy cercano (Panillo) y el extraordinario entorno natural del que goza. Además del tema del Cristo que podría recordar al de Río de Janeiro salvando las distancias, Graus tiene otra conexión con Brasil, el cine y la música: su propio nombre.

Graus quiere decir “grados” en portugués. En 1955 se hizo un documental muy conocido en Brasil llamado ‘Río 40 graus’, que cuenta las historias de cinco vendedores de cacahuetes en un domingo veraniego de Río de Janeiro. En 1992, el segundo disco de la rapera más famosa del país, Fernanda Abreu, contenía una canción llamada exactamente igual, que recuerda ese ambiente descrito en la película y lo llena de historias y sensaciones de la calle. Una canción que ha aguantado muy bien el paso del tiempo en Brasil: su autora, que ya ha superado los 60 años de edad, sigue activa profesionalmente.

Duncan Dhu y un pueblo de Teruel

En Ojos Negros hay cultura minera, escenarios de cine y paisajes impresionantes. Su conexión musical empieza por el propio nombre de la localidad: cualquiera con más de 40 años de edad ha escuchado alguna vez en España ‘Esos ojos negros’, canción del grupo donostiarra Duncan Dhu.

Fue uno de los grandes éxitos del grupo que lideraron Mikel Erentxun y Diego Vasallo en los 80 y 90. La compuso Vasallo y apareció en el disco ‘Canciones’ (1986), el segundo del grupo. Es un tema de amor, casi una balada, aunque tiene ritmo de fiesta y se puede seguir con palmas o taconeando en el suelo.

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