Cerca de 5.000 tocadores de los municipios del Consorcio Nacional de los Pueblos del Tambor y el Bombo han abarrotado durante todo este fin de semana las calles de Andorra en las trigésimo séptimas Jornadas de Exaltación que vuelven este año a Aragón después de celebrarse el año pasado en la localidad albaceteña de Tobarra. La gala inaugural del viernes y los desfiles del sábado pusieron ambiente previo al plato fuerte del encuentro, la recreación de la rompida de la hora andorrana en la medianoche de este domingo.

Así que esos miles de depositarios de la tradición del toque del tambor y el bombo llenaron por completo la Plaza del Regallo, punto de inicio de una larga madrugada en la que las calles de la villa minera vivieron el intercambio de redobles, estilos y, sobre todo, sentimientos. Son estas Jornadas punto de encuentro de grupos procedentes de 22 localidades de cinco autonomías; entre todas estas ciudades engloban cerca de 250.000 habitantes, y se constituyen en un Consorcio que deposita esta tradición, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La climatología ha respetado el buen desarrollo de la concentración, de tal manera que no ha habido que suspender ni reorientar ninguna de las actividades, y se ha podido mantener el ambiente callejero, con barras y stands al aire libre, para asegurar la celebración y la fiesta en todo el fin de semana. Autobuses fletados desde todas las villas bajoaragonesas han ayudado a que los andorranos se hayan visto acompañados para recibir a los visitantes procedentes del resto de España; la jornada de este domingo es día de regreso, para algunos con cientos de kilómetros de camino pendiente.

La particularidad de esta edición de las Jornadas de Exaltación estriba en que están sirviendo también para que se renueve la junta directiva de este Consorcio. El cordobés Antonio Mesa deja su sitio al murciano Paco Pastor, con el objetivo de mantener la pujanza de esta tradición con la mayor unidad posible. Acompañará a Pastor en la junta, como vicepresidente, el andorrano Fernando Galve, y el próximo reto, llevar las Jornadas a Moratalla (Murcia) el año que viene para que vuelvan, en 2026, a Aragón, a La Puebla de Híjar.

Las villas tradicionales de la Semana Santa del Bajo Aragón histórico forman parte fundamental de esta tradición a nivel nacional. Se ven acompañadas por la propia capital de provincia, junto a cabeceras zaragozanas importantes como Fuentes de Ebro y Alagón. Con todas ellas, representantes de importantes núcleos del Levante y Murcia, como Alzira, Alcora, Mula y Jumilla, y ciudades de tradición en Albacete y Córdoba: Hellín, Tobarra y Baena. Y para el encuentro de este fin de semana han contado todos ellos con la visita de hermanamiento de tocadores de las Cuencas Mineras: Alloza, Ariño, Berge y Muniesa.