Aragón expone en ARCO su talento más innovador

Sin presencia de galerías aragonesas, los artistas invitados reivindican la calidad y el esfuerzo de los creadores locales en la mayor feria de arte contemporáneo del país.

Alejada de las polémicas que han marcado su pasado, y con un claro aroma feminista a las puertas del 8-M, ARCO ha abierto sus puertas en el recinto ferial de Ifema en Madrid con 206 galerías, ninguna de ellas aragonesa. En este vasto bazar del arte contemporáneo, los pocos pero consolidados artistas de la Comunidad que presentan obra en esta edición reivindican la calidad, el talento y el esfuerzo local.

“En Aragón no hay un entramado cultural que lo haga bien, no hay plataformas que apoyen a los artistas emergentes”, lamenta Antonio Fernández Alvira. El artista plástico oscense desembarca en ARCO con las cinco primeras piezas de un nuevo proyecto, denominado ‘Palpitar como cuerpo’, que sigue la estela de sus dos anteriores trabajos. “Continúo con la exploración formal de relaciones entre la gestualidad y el material, entre la arquitectura y el cuerpo”, explica.

El creador aragonés se desliza “feliz” entre los pasillos siempre imponentes de Arco. “Salir de una ciudad pequeña como es Huesca y poder llegar aquí siempre es un orgullo”, reconoce, aunque reitera las trabas que muchos jóvenes artistas se encuentran en la Comunidad. “Hay un problema de vertebración del territorio, no se hace caso a Teruel ni a Huesca, pese a que hay mucha materia prima, muchos creadores, comisarios, pensadores, escritores...”, reflexiona.

“Se da por sentado que los artistas de Aragón nos tenemos que ir”, lamenta en una visión compartida por el zaragozano Enrique Radigales, que a tan solo dos pasillos de distancia expone de la mano de la galería The Goma. “Si alguien va a una exposición con un artista de cada comunidad autónoma, aunque le guste el aragonés, se dará cuenta de que viene de una región pobre culturalmente y pensará, ¿por qué voy a invertir mi dinero en un artista que no tiene ningún apoyo institucional?”, analiza. De igual modo, denuncia las “pérdidas” culturales más recientes, como la de la programación de Etopía, en la capital aragonesa. “Durante muchos años ha sido el centro de arte con más proyección internacional de todo Aragón”, advierte.

El Gobierno de Aragón, no obstante, ha reforzado este año su presencia en la feria, así como en Just Mad e Hybrid (ambas del 7 al 10 de marzo) y Art Madrid (del 6 al 10, como Arco). El director general de Cultura, Pedro Olloqui, visitará este jueves el recinto de Ifema al tiempo que difundirá el trabajo que se realiza en el museo Pablo Serrano. La DGA quiere introducir este centro aragonés en el comité de selección de ARCO. Además, mañana se celebrará una mesa redonda (17.30, sala Foro del pabellón 9 de Ifema) en la que participarán Olloqui, Julio Ramón, Eva María Alquézar, María Luisa Grau, Begoña Echegoyen y los artistas Rafael Navarro y Sylvia Pennings.

Innovación

Radigales, uno de los creadores más innovadores de la Comunidad, vuelve a hacer gala en Arco de su inquietud artística con la propuesta elegida para presentar al público nacional e internacional. “Es una pieza de una serie de pinturas desarticuladas, que tienen mucho más que ver con la intuición y con una forma de trabajo que atiende sobre todo al instante, a la forma de hacer”, describe. “Son pinturas que se pintan desde atrás, desde el envés, y por lo tanto no hay mucho control sobre la ejecución. No hay mucha virtud, no hay mucho clasicismo en el sentido de saber pintar de una manera académica o formal”, añade.

También ha vuelto a la feria, tras varios años de ausencia y un buen historial de exposiciones y alguna polémica, el pintor francés adoptado por Zaragoza Yann Leto. Lo hace bajo el paraguas de la galería mexicana Karen Huber y con dos obras, ‘The Light’ y ‘Charo´s dressing room’, que combinan homenajes a los grandes artistas clásicos con su habitual técnica colorida e improvisada. “Es una feria que le tengo mucho cariño”, comenta ilusionado en la primera jornada de puertas abiertas.

Un hueco para los clásicos

Además de ellos tres, Arco acoge propuestas de artistas aragoneses como Lara Almarcegui, Jorge Fuenbuena, Néstor Sanmiguel o José Manuel Broto, sin olvidar a clásicos como Antonio Saura o Pablo Gargallo. En el espacio de la galería Fernández-Braso apuestan por dos de ellos.

“Presentamos dos obras de Broto, una pintura de gran formato que debe ser de las últimas que ha hecho, y un papel”, relata el galerista Manuel Fernández-Braso, que describe al pintor zaragozano como “un histórico de la pintura y de la abstracción que no puede faltar en Arco”. Y en la misma sala de exposiciones, otro referente de la Comunidad asoma entre la mirada curiosa de los asistentes.

“Tenemos un autorretrato de Saura del año 60, que es una obra muy de ese año, muy oscura, muy tétrica”, comenta. “Es una obra muy extraña, que genera como cierta desasosiego, y cierta angustia, como la obra de Saura, y que de alguna forma también tiene esos puntos de conexión con Broto, en el amor a la pintura, en el amor a la pincelada para que, de alguna forma, protagonice el sentido final del cuadro”, resume.

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