La conclusión del desdoblamiento de la N-232 hasta Navarra se demorará al verano de 2025

La nueva calzada entre Mallén y Cortes estará lista en verano para desviar el tráfico y poder así actuar en los 4,5 kilómetros de carretera.

Imagen del tramo de la N-232 junto al nuevo trazado de la A-68, en el acceso al municipio de Mallén. toni galán
Imagen del tramo de la N-232 junto al nuevo trazado de la A-68, en el acceso al municipio de Mallén. toni galán
Toni Galan

Los 4,5 kilómetros que restan para concluir el desdoblamiento de la carretera de Logroño (N-232) en la provincia de Zaragoza tendrá que esperar más de un año. Las incidencias y reprogramaciones se han seguido acumulando y las obras del tramo final entre Mallén y el límite provincial con Navarra avanzan muy lentamente, por lo que al ritmo actual se podría demorar su apertura hasta el verano de 2025, según apuntan a este diario los propios implicados en la actuación.

La última previsión oficial del Ministerio de Transportes apuntaba a su puesta en servicio en la primavera del año pasado, pero los trabajos se llegaron a parar durante meses, se tramitó un tercer modificado del proyecto y una de las dos contratistas, la andaluza Sando, renunció, dejando el tajo en manos de la catalana Copisa.

El problema de fondo es notorio y ha lastrado la conclusión de la autovía A-68 en la provincia de Zaragoza desde un principio. En plena sequía de contrataciones públicas, la Unión Temporal de Empresas (UTE) hizo en 2016 una agresiva oferta económica para llevarse el contrato de los últimos 14,5 kilómetros, de Gallur a Navarra. Para imponerse, hizo una rebaja del 40% sobre el precio de licitación de la obra para desbancar a las 30 empresas restantes con las que competían. Es decir, asumió la construcción por 50 de los 82 millones de euros fijados como precio de licitación por la Dirección General de Carreteras. Ya esto se ha sumado el alza de los precios, por lo que las pérdidas son todavía más abultadas.

Copisa ha buscado las subcontratistas más económicas para minimizar el agujero y la dotación de máquinas y operarios es muy reducida. Aunque ha trasladado que su voluntad pasa por terminar la autovía antes de que finalice el ejercicio, será imposible cumplir esta meta salvo que el ritmo cambiara radicalmente, lo que implicaría un sustancial refuerzo de medios. "Mucho tendrían que cambiar las cosas para concluir el tramo antes del verano de 2025", añaden las citadas fuentes implicadas.

Los primeros diez kilómetros, entre los enlaces de Gallur Este y Mallén Este, se abrieron en septiembre de 2022 con más de un año de retraso, tras acumular todos los esfuerzos constructivos en este sector ante los problemas que acumulaba la UTE adjudicataria.

En el Ministerio de Transportes no quieren dar ahora una fecha de conclusión para los 4,5 kilómetros que faltan entre Mallén y Cortes de Navarra para cumplir finalmente con uno de las reivindicaciones históricas de Aragón. "Por la envergadura y complejidad de esta clase de obras aún requerirán de tiempo para completar su finalización", se limitan a señalar fuentes oficiales de la Dirección General de Carreteras.

En la actualidad, se encuentran prácticamente terminadas las estructuras de la calzada derecha, sentido Navarra. De igual modo, también se ha podido completar la explanación del futuro trazado, salvo aquellas partes en las que la carretera existente se solapa con la futura autovía, según detallaron.

El cronograma de trabajo establece que "en los próximos meses" se continúe con la ejecución de las capas de firme de la calzada derecha con el objetivo de que pueda desviarse el tráfico, que circulará en doble sentido. Si no hay nuevos imprevistos, esta operación se acometerá a lo largo del próximo verano, de modo que se liberará la carretera convencional para acometer los trabajos restantes para su adecuación como la calzada izquierda de la A-68.

Hasta el momento se llevan ejecutados algo más de 42 millones de euros del presupuesto de las obras y se continúa avanzando "con normalidad en los trabajos". La factura final tendrán poco que ver con los 50 millones de la adjudicación, ya que los dos modificados aprobados lo encarecieron en 9,32.

El primero de ellos se aprobó a principios de 2021 con un importe adicional de 4,86 millones para "subsanar las dificultades técnicas surgidas durante las primeras etapas de la construcción". En este paquete se incluyó la revisión de los sistemas de contención y de los servicios afectados, el replanteamiento de las soluciones para compatibilizar el tráfico y las obras. Además, se incluyó la carga y transporte de residuos peligrosos detectados durante la construcción, un ajuste parcial del trazado y otro en el enlace Mallén oeste para resolver la "problemática geotécnica existente en la zona".

Las complicaciones no acabaron aquí y obligaron a tramitar un segundo modificado, aprobado por el Consejo de Ministros en la primavera de 2022 por una cuantía de 4,46 millones. En este caso, para afrontar obras complementarias en la N-122, actuaciones de control de asientos en las estructuras del enlace Mallén este, encauzamientos en drenajes y la mejora de las condiciones de seguridad en el paso inferior que une el casco urbano del citado municipio con su zona industrial.

Nueva pasarela en Mallén

También se ha debido incorporar varias obras que no estaban previstas, como un centro de transformación para reponer un servicio afectado y una pasarela peatonal, a solicitud del Ayuntamiento de Mallén, para dar continuidad a un ramal del Camino de Santiago.

Del mismo modo, se ha suprimido la construcción del segundo enlace que estaba previsto en Mallén, el Oeste, y a cambio se ha decidido completar el semienlace inicialmente previsto en Cortes de Navarra para que tenga plena funcionalidad.

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