Santa Águeda en Zaragoza: "Venimos por devoción, por costumbre y a pedir salud"

La iglesia del Portillo permanece abierta este lunes hasta las nueve de la noche de forma ininterrumpida. 

Fotos de la celebración de Santa Águeda
Fotos de la celebración de Santa Águeda
José Miguel Marco

La niebla que se ha apoderado de Zaragoza durante buena parte de la mañana y el frío matinal no animan a hacer fila a la intemperie ni corrillos en la calle, pero cuando se trata de venerar a Santa Águeda, en la iglesia del Portillo, la devoción se impone. A las bajas temperaturas, especialmente a primera hora de la mañana, se ha sumado un lunes laboral que también ha restado afluencia a la espera de que más gente se acerque por la tarde.

No solo mujeres, cada vez se suman más hombres, se han acercado a venerar la reliquia que se conserva en la capital aragonesa desde tiempos de Carlos V: un trocito de cráneo de la mártir que se expone un recipiente de plata. Desde la covid ya no se puede besar por lo que hay que contemplarla desde la distancia. La entrada al templo se completa con una visita al retablo de la santa, que este año luce como nunca gracias a la restauración y limpieza que llevaron a cabo hace ahora un año los cofrades de Oración del Huerto. Las cámaras de los móviles enfocaban hacia la imagen.

"A primera hora han venido menos personas que otros años, tanto por el tiempo como por ser lunes, pero en cuanto la niebla ha levantado la gente se ha animado más. También se ve que cada vez hay más señores, antes venían siempre como acompañantes, pero ahora algunos acuden por su cuenta", comentan Mª Paz Bona y Mª Pilar Tena, dos voluntarias que recogían donativos junto a la reliquia y repartían estampas de Santa Águeda. "Es importante el dinero que se recauda porque va sobre todo al servicio de duchas y lavandería para personas sin hogar y a la residencia de mayores", comentan.

Al final de la jornada pueden llegar a pasar por la iglesia del Portillo unas 4.000 personas. "Sobre todo venimos por devoción, por costumbre y a pedir salud, porque si la tienes, tienes de todo", coincidían Alicia Vicente, Luisa Rodas y Pilar Clavería a la puerta del templo. Ya habían cumplido con el ritual y esperaban a unas amigas más para provechar y "tomar un café todas juntas, porque con esta temperatura es lo que más apetece y mejor nos va a sentar".

Fotos de la celebración de Santa Águeda
Fotos de la celebración de Santa Águeda
José Miguel Marco

A los más jóvenes se les esperaba por la tarde, porque para ellos la obligación (en la mayoría de los casos profesional) es antes que la devoción. "Yo he podido acudir porque estoy de baja maternal, sino med habría resultado más complicado. Soy profesora y no creo que pueda volver otro año a no ser que coincida en fiesta", señalaba Rosario Fernández, que acudió con el carrito con su bebé a acompañar a su madre.

Lazos blancos contra el cáncer y el dulce tradicional

Quienes no faltan a esta cita con Santa Águeda desde hace más de veinte años son las voluntarias de la Asociación de Mujeres Aragonesas de Cáncer Genital y de Mama (Amac-Gema) que ofrecen sus característicos lacitos blancos con el fin de recaudar fondos para la investigación contra esta enfermedad.  "Vengo desde hace años siempre con mucha ilusión. A mí me ayudaron y me dieron un gramo de esperanza y es una forma de hacer lo mismo por alguien que lo pueda necesitar. Nos encontramos con mujeres que notas que simplemente necesitan hablar y expresar ese miedo que no quieren transmitir a sus familias, pero que sí entendemos las que hemos pasado por lo mismo", comentaba Lourdes Andreu, que lleva 24 años operada.

Otra estampa típica de la jornada es la de las mesas de dulces instaladas en torno a la estatua de Agustina de Aragón que ya estuvieron el domingo con el postre obligado para este lunes: una 'tetica' de Santa Águeda. Esta costumbre arrancó en 1998.  Estos bollos, recubiertos en la parte superior por una capa de chocolate rematada con una guinda, se rellenan normalmente de nata y trufa, pero en las pastelerías se pueden encontrar variaciones para todos los gustos. 

En el Portillo el dulce que impera es el más tradicional. "Tenemos productos de dos hornos artesanos de Torres de Berrellén y de Alagón, y no solo hay tetas de Santa Águeda, sino también madalenas, rosquillas, roscones, torta de manteca, españoletas...", enumeraba Begoña Beitia, responsable de uno de los siete puestos. La rosquillas "huecas" de San Blas ya se habían agotado a primera hora de la mañana. La conmemoración del martirio de Águeda de Catania, que vivió en el siglo III, marca también, recordaba Beitia, el final de un trío de fechas que hacen las delicias de los lamineros: San Valero rosconero, las rosquillas de San Blas y las 'teticas' de Santa Águeda.

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