Aragón es la sexta autonomía en empleo verde pese a ser la segunda potencia eólica

El crecimiento exponencial que ha vivido Aragón en energía renovable no se ha traducido en una eclosión de su empleo verde. Aunque en los últimos años se ha multiplicado el número de molinos hasta el punto de afianzarse como la segunda potencia eólica del país, solo superada por Castilla y León, el número de puestos de trabajo directos no han cumplido las expectativas generadas y se limita a 1.225 en este sector de las renovables. Esto le sitúa en sexta posición, porque la mano de obra se sigue concentrando en aquellos territorios que acumulan las industrias y las propias sedes de las grandes empresas del sector.

El País Vasco y Navarra son el contrapunto, ya que la suma de sus parques instalados es, comparativamente, testimonial, pero duplican en fuerza laboral a la que tiene Aragón. Y aún es más radical la situación si se tiene en cuenta a Madrid, que sin ni siquiera disponer de instalaciones en sus montes, dispone de más empleo.

Esta realidad sale a relucir en el último estudio macroeconómico anual del impacto del sector eólico, relativo a 2022, presentado hace unos días por la Asociación Empresarial Eólica. El documento incide en que el sector cuenta con 18.278 empleos directos y otros 20.737 indirectos, lo que supone un 14% más respecto al ejercicio previo.

Potencia eólica instalada en megavatios 

El subsector más importante sigue siendo, con mucha diferencia, el industrial, ya que los fabricantes de equipos y componentes contaban con 8.174 profesionales, el 45% del empleo directo. La segunda actividad más relevante es la de los promotores y productores, con 5.216 puestos de trabajo, que crecen al haber un mayor número de parques construidos y en desarrollo. Y la aportación se completa con las empresas de servicios complementarios (2.611 empleos) y la industria eólica marina (2.277). Desde la Asociación Empresarial Eólica se destaca que la contribución al PIB nacional alcanza el 0,5%, "cifra similar a la del sector del vino o del calzado".

Este crecimiento de mano de obra viene acompañado de la citada expansión de aerogeneradores por todo el territorio, que suman 1.640 megavatios adicionales, "cifra que se encuentra entre las tres mejores de los últimos diez años".

La España vaciada es el emplazamiento donde se expande esta tecnología con una creciente oposición social a la ocupación de sus paisajes, pero el desarrollo del empleo no le va a la zaga. Así, mientras las cuatro autonomías que encabezan la capacidad eólica del país –Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Galicia– concentran más del 67% de toda la potencia instalada, solo se benefician del 45% del empleo directo del sector, tal y como reflejan los gráficos del estudio encargado a la consultora Deloitte. Es decir, hay un diferencial de 22 puntos.

Eso sí, Galicia se diferencia del resto de territorios despoblados porque cuenta con industria eólica, lo que sumado al propio empleo generado en el mantenimiento y seguimiento de los parques, hace que esté a la cabeza en empleo directo con 3.760.

Por contra, Aragón no solo es la sexta autonomía en fuerza laboral en el sector eólico, sino que tiene la segunda ratio más baja de empleo por megavatio: se queda en un 0,25%, solo empeorado por Castilla-La Mancha y La Rioja, con un 0,20%. Por contra, el País Vasco casi alcanza 18 trabajadores por megavatio, ya que con su industria llega a los 2.722 profesionales directos y solo cuenta con 153 megavatios instalados.

Empleo directo del sector eólico

El estudio incorpora un apartado específico sobre la aportación de la energía eólica a la economía de la España rural. Y analiza que la renta media por persona en 17 de las 26 provincias con una potencia eólica mayor a 400 MW es mayor en aquellos municipios que albergan molinos. Esto ocurre en la de Teruel, aunque no en la de Zaragoza.

La Asociación Empresarial Eólica destaca a este diario que las cinco provincias con mayor desarrollo de parques (Zaragoza, Cuenca, Valladolid, Teruel y Lugo) tienen un desempleo mucho menor que la media nacional y han logrado desacelerar la pérdida de despoblación entre 2019 y 2022 en un 63% respecto a los cuatro años anteriores.

Mientras tanto, el gerente del Clúster de la Energía de Aragón (Clenar), Francisco Javier Valenzuela, reconoce que el empleo por mantenimiento de las instalaciones es limitado, por lo que la Comunidad tiene que centrar sus esfuerzos en sacar partido a su "materia prima", porque se llega tarde a intentar atraer la fabricación de componentes.

Valenzuela subraya que tener un abultado excedente de producción eléctrica y que sea renovable debe ser una "palanca de competitividad" para que las empresas se instalen en Aragón con una oferta de energía barata y verde, sumada a la garantía de suministro. "Debe ser un incentivo por la producción de cercanía y tendría que autorizarse a los polígonos la contratación conjunta para reducir el coste en un 30%", defiende.