Por
  • Marisa Navas

César Alierta, líder transformador y hombre honesto

César Alierta, presidente de Telefónica, en una conferencia promovida por el Colegio Mayor Miraflores en Ibercaja de Zaragoza, en 2011
César Alierta, en una conferencia promovida por el Colegio Mayor Miraflores en Ibercaja de Zaragoza, en 2011
José Miguel Marco

La figura de César Alierta, que nos dejó ese miércoles a los 78 años en Zaragoza, es imprescindible para entender la evolución económica y social de la España de finales del pasado siglo y comienzos del actual. Su liderazgo transformador y cercano, su inteligencia, valentía y visión global, heredada de sus progenitores, le convirtieron en un referente empresarial dentro y fuera de nuestras fronteras.

Fueron sus padres -Juana Izuel, una universitaria, titulación poco habitual para las mujeres en esos tiempos, y Cesáreo Alierta, alcalde de Zaragoza y presidente del Real Zaragoza en los años 50 del siglo XX- quienes vislumbraron las capacidades intelectuales y el espíritu curioso de su cuarto hijo, y le animaron a estudiar un máster en Bussiness Administration por la Columbia University de Nueva York, tras acabar su formación de Derecho en la Universidad de Zaragoza.

Y con este bagaje, no muy común en la España de los 70, apareció César en Madrid para ingresar en el Banco Urquijo y fundar después una sociedad de valores, Beta Capital, líder en su segmento.

"Su liderazgo transformador y cercano, su inteligencia, valentía y visión global, heredada de sus progenitores, le convirtieron en un referente empresarial dentro y fuera de nuestras fronteras"

En 1996 accedió a la presidencia de Tabacalera y con él llegó la revolución a una sociedad adormilada por unos ingresos recurrentes pero en decadencia. Él segregó la actividad de logística, reformó el mapa industrial de la empresa y finalmente buscó incrementar el tamaño con una de las primeras fusiones trasnacionales registradas en Europa: Altadis.

En julio del año 2000, y tras años como consejero de la empresa, fue nombrado presidente de Telefónica, una empresa líder en España y Latinoamérica que Alierta convirtió en global. Y lo hizo favoreciendo la presencia de la compañía en Europa, con la mayor operación de compra de activos registrada hasta ese momento en España: la adquisición de O2 en octubre de 2005.

Bajo su mandato, Telefónica se alzó al liderazgo del sector en Europa y se convirtió en una de las 5 mayores compañías del mundo; la primera por número de clientes exceptuando las sociedades chinas. En esos años de expansión geográfica, Alierta llevó el nombre de España a las mayores cuotas de liderazgo internacional, pero no perdió de vista sus orígenes y su Zaragoza natal. Dejó la compañía tras el fallecimiento de su mujer, Ana Cristina Placer, su referente, su brújula, su compañera de vida. Ana confiaba más que él mismo en sus capacidades y amaba su entusiasmo vital.

"César era un hombre profundamente generoso y empático con la situación de los menos favorecidos"

En las últimas horas, han sido muchos los mensajes que ha recibido su excelente familia, a cuyo sentimiento me uno con profundo dolor. Mensajes de pesar, mensajes de admiración y mensajes de agradecimiento. Porque más allá de elevar el apellido Alierta a las mayores cotas de popularidad, César era un hombre profundamente generoso y empático con la situación de los menos favorecidos.

Supo captar, como nadie, las preocupaciones del Papa Francisco y creó Profuturo, con Telefónica y La Caixa. A esta tarea de universalizar la educación a través de las nuevas tecnologías dedicó los últimos años de su vida, y él decía que era la labor de la que se sentía más orgulloso.

César, simplemente César, quien no quería que le llamaran presidente; quien huía de los halagos y buscaba la crítica con tesón; quien te ganaba con una pregunta de curioso o con una risa sonora y contagiosa … César, que grande y qué necesario. Hoy, muchos no concebimos un mundo sin César Alierta, no sólo por lo que dio, lo que aprendimos de él o lo que transformó nuestro destino. No sólo por egoísmo, sino por lo esencial de tener hombres honestos en este mundo.

*Marisa Navas es presidenta de 'La Información'

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