¿Qué análisis hace del año 2023?

La incertidumbre ha tenido un año más un papel protagonista. La subida del IPC, el aumento del salario mínimo y la necesidad de ofrecer mejores condiciones laborales en un mercado cada vez más competitivo y en el que falta mano de obra cualificada han sido algunos de los elementos claves que han marcado el devenir de la economía. A nivel más local y sectorial, el año ha estado marcado por la firma del nuevo convenio de Industria, Tecnología y los Servicios del Metal de Zaragoza, además de por la constitución de la comisión negociadora del convenio colectivo para la actividad del Comercio del Metal de la provincia. Todo ello sin olvidar las inundaciones de julio y el posterior trabajo de la FEMZ para ayudar a las numerosas empresas afectadas que, una vez más, lograron luchar contra las adversidades y cumplir con sus objetivos.

¿Cuál es la principal asignatura pendiente de las empresas del metal?

La necesidad de mejorar la formación de los trabajadores en el sector y de fomentar la atracción de nuevo talento. Las empresas están invirtiendo en formación profesional para su personal, pero se necesita la colaboración de las instituciones para capacitar a más personas que puedan acceder a los empleos de calidad y estables que proporcionan nuestras empresas. Tenemos graves problemas para conseguir mano de obra cualificada que cubra las necesidades que estamos teniendo en la transición digital, industrial y ambiental en la que estamos inmersos.

¿En qué medida les han afectado acontecimientos como la inflación o guerras como la de Ucrania?

Las empresas han tenido que soportar una ‘tormenta perfecta’ en forma de incremento de los costes energéticos, de subidas y escasez de materias primas, crisis de suministro o de encarecimiento de costes logísticos, además del incremento de los costes de la financiación, de los combustibles y de una inflación generalizada. Todo ello sin olvidar los problemas geopolíticos derivados de los conflictos bélicos.

Como señalaba, han participado en la firma del convenio para la provincia de Zaragoza, que afectó a 70.000 trabajadores. ¿Hay paz social y estabilidad en el sector?

La firma del convenio demostró la responsabilidad de las partes ante un proceso muy complicado, consecuencia del anterior convenio. El actual acuerdo nos garantiza seguridad, estabilidad y certidumbre para los próximos cuatro años, tanto para el sector como para Aragón, donde actuamos como tractor del tejido económico. La negociación colectiva es fundamental para articular un escenario de futuro de consolidación del ecosistema entero.

¿Qué cree que va a pasar próximamente con la economía? ¿Resistirá mejor el país sus posibles vaivenes?

El tejido productivo ha demostrado con creces su resiliencia. Sin duda, 2024 traerá nuevos retos que se sumarán a aquellos con los que ya venimos batallando en los últimos años, vinculados principalmente a la digitalización y la sostenibilidad. Confío en que la fortaleza de nuestras empresas y la profesionalidad de sus equipos humanos permitirán afrontar esos posibles vaivenes con éxito. Espero también que el país mantenga su credibilidad institucional, política y jurídica, necesaria para facilitar el crecimiento de la economía y la llegada de nuevas inversiones.

¿Qué espera de 2024?

Espero que traiga nuevos avances en el desarrollo de programas para atraer a jóvenes a la industria y en la promoción de programas específicos entre las mujeres para hacer más atractivas las disciplinas que dan acceso a empleos industriales. Me gustaría también que fuera el año de la elaboración de una ley específica de industria que coordine el sector de forma homogénea en todas las comunidades autónomas, contemplando sus particularidades, aprovechando sus potencialidades y facilitando el desarrollo de su actividad. En particular, respecto al sector de la automoción en Aragón, sería deseable terminar de materializar la confirmación de la inversión por parte de Stellantis en la tan deseada fábrica de baterías, que conseguiría anclar para futuras décadas una industria tan importante para nuestra Comunidad, capaz de aportar directa e indirectamente una contribución al PIB de alrededor de un 10%.