Bruselas respalda la futura línea eléctrica a Francia a través del Pirineo aragonés

La construcción de una línea de suministro eléctrico que conecte España y Francia a través del Pirineo aragonés está más cerca de ser una realidad tras recibir el respaldo de la Comisión Europea. La infraestructura, acordada por ambos países para aumentar la capacidad de interconexión, ha sido incluida por Bruselas en el listado de proyectos de interés común (PCI, por sus siglas en inglés), lo que abre la puerta a recibir financiación pública con carácter prioritario. Su coste asciende a 1.170 millones y su puesta en servicio está prevista para 2030.

Europa se ha propuesto acelerar la transformación energética del continente, empujada por las consecuencias de la guerra en Ucrania, el despliegue de las renovables y las políticas de medioambientales contra los combustibles fósiles. Para ello será necesario renovar la red actual de distribución –se calcula que el 40% de la infraestructura tiene más de 40 años– y duplicar la capacidad de interconexión con nuevas líneas.

Con este fin, la UEestá dispuesta a destinar 584.000 millones de euros en los próximos años, de los que una parte podrían llegar a Aragón, una de las regiones más necesitadas de este tipo de inversiones ante el acelerado despliegue de renovables y la instalación de industrias de alto consumo, como los nuevos centros de datos.

De ahí la importancia de ‘colar’ proyectos en el listado de interés común. Esta semana, Bruselas ha actualizado la relación de obras que podrán acceder a financiación prioritaria para mejorar las redes eléctricas –además de disfrutar de tramitaciones administrativas y ambientales más ágiles–, y ahí aparecen ocho proyectos españoles. La principal novedad es la inclusión del corredor para transportar hidrógeno verde desde Portugal hasta Alemania, pasando por España (a través del valle del Ebro) y Francia. Esta propuesta incluye el hidroducto que unirá Barcelona y Marsella con el llamado H2Med, bajo el mar Mediterráneo.

Al margen de este proyecto, se contemplan tres conexiones eléctricas entre España y Francia. Una de ellas, la que discurre por el Golfo de Vizcaya, se encuentra en un avanzado estado de tramitación, con el objetivo de iniciar las obras en 2024. Sumará 90 kilómetros terrestres y 280 submarinos para ampliar la capacidad de distribución en 2.200 MW.

Las otras dos atravesarán el Pirineo –una por Navarra y la otra por Aragón–, y aunque su horizonte de puesta en marcha es 2030, los gobiernos de España y Francia acordaron el año pasado acelerar su diseño y construcción. Contarán para ello con fondos europeos.

En el caso aragonés, el planteamiento inicial es unir Ejea de los Caballeros con la localidad gala de Marsillón. El trazado de la línea eléctrica discurriría por Aragón a lo largo de 150 kilómetros, y salvaría los Pirineos con un túnel para reducir el impacto ambiental y evitar los obstáculos que frenaron otros intentos en el pasado.

Del 3% al 15% antes de 2030

Junto con la línea navarra, supondría un aumento considerable de la capacidad de transporte energético entre España y Francia, al pasar de los 5.000 MW que se alcanzarán con la conexión vasca, a los 8.000 MW. En la actualidad, esa cifra se mantiene en los 2.800 MW que se activaron con la conexión subterránea entre Santa Llogaia, cerca de Figueras (Gerona), con Baixas, próximo a Perpiñán. Esta línea de 64,5 kilómetros tuvo un coste de 700 millones y es el ejemplo a seguir para las nuevas infraestructuras.

«El grado de interconexión eléctrica de España con Francia es inferior al 3% de la capacidad de producción eléctrica instalada en España, y queda muy por debajo de los objetivos de la Unión de la Energía: 10% de la capacidad instalada de producción eléctrica para todos los Estados miembros en el horizonte del año 2020 y 15% en 2030, por lo que será necesario seguir desarrollando nuevas interconexiones», señala el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que se encuentra en fase de actualización.