Laura Ciriano, arquitecta: "La ciudad del futuro incluye vegetación, pero no cualquiera"

La arquitecta zaragozana es consultora de Logistik City Green Life, proyecto con la primera Pre-Certificación de Urbanismo nivel platino de España.

La arquitecta Laura Ciriano, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
La arquitecta Laura Ciriano, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Laura Ciriano Lambán (Zaragoza, 1994) ha sido consultora de Logistik City Green Life, proyecto con la primera Pre-Certificación de Urbanismo nivel platino de España realizado por la empresa Zero Consulting.

Ha participado en el primer proyecto que ha obtenido la Pre-Certificación de Urbanismo con nivel Platino en España. ¿Cómo lo explicaría a alguien ajeno al tema?
Es precioso porque es tan nuevo que nadie sabe de qué hablas. La sostenibilidad en la construcción se evalúa con sellos, de momento privados porque tienen más madurez. Hasta ahora se han orientado a edificios y cuando se ha intentado aplicar medidas sostenibles a las ciudades ha sido difícil, porque las urbes ya están consolidadas. Sin embargo, se están haciendo nuevos desarrollos urbanos y surge la duda de cómo se hacen. Por ejemplo, después de la pandemia, necesito aire y no quiero cruzarme una ciudad en metro durante 40 minutos para ir a trabajar. Con este sello, el nivel más alto conseguido en España, todo el equipo ha logrado aplicar criterios de sostenibilidad a un nuevo desarrollo urbano.

¿En qué consiste el proyecto?
Es un polígono industrial, pero no como nos los imaginamos. Le hemos dado una vuelta y se ha demostrado que se pueden hacer desarrollos industriales agradables. En un terreno muy amplio se han ejecutado evaluaciones de diferente índole, no solo medioambientales, también arqueológicas, hídricas, hidrológicas... Dentro de todas, una de las que más me gusta es el inventario de arbolado.

¿Cómo es el resultado?
Se trata de un precioso parque que conecta las zonas verdes de Valdemoro (Madrid) con el espacio natural Bolitas del Airón. De esta forma se recupera el antiguo arroyo, se protegen ruinas y se ofrece un lugar para hacer ejercicio. Esto se une a una serie de criterios que deberán cumplir los edificios que se emplacen allí.

¿Es posible algo similar en Aragón?
Sin ninguna duda. Muchas de las exigencias de sostenibilidad ya están integradas en las comunidades y municipalidades.

La pregunta del millón: ¿cómo serán las ciudades dentro unos años?
Ojalá lo supiera. Hasta que no volvamos al verde, no vamos a recuperar las ciudades. El modelo de ciudad del futuro incluye vegetación, pero no cualquiera. Basta ya de plantar lo que ornamentalmente parezca bonito. Tenemos que buscar una vegetación que forme parte de nuestra cultura y entorno, por lo que hay que recuperar especies autóctonas y con bajas necesidades hídricas. Las calles con árboles son más agradables para caminar, generan más sombra o, entre otros asuntos, disminuyen la isla de calor urbana.

Además de vegetación, ¿cómo es la urbe de sus sueños?
Que sea sostenible. ¿Qué implica también además de plantas? Que se valore el acceso a los servicios, a un transporte público de calidad o la gestión del agua.

Se habla de ‘ciudades inteligentes’, ‘edificios verdes’... ¿eso ya lo estudió en la universidad?
La sostenibilidad existía para la Arquitectura, pero cuando yo estudié no se le daba la importancia que merece. Que un desarrollo sea sostenible es básico y ahora también existe la voluntad de las administraciones.

Más allá de lo que diga la RAE, ¿cómo definiría ‘sostenibilidad’?
Es lo que nos permite mantener o mejorar nuestra calidad de vida, tendiéndole una mano al medioambiente sin agotar sus recursos naturales; es evolucionar y reinventarse. Pero ahora ya vamos con un poco de retraso.

Dejando la sostenibilidad a un lado, las ciudades también generan emociones, ¿eso se tiene en cuenta en un proyecto?
Sí, pero la palabra técnica es ‘confort’, porque si dices ‘emoción’ tristemente nadie te tiene en cuenta. Se valora lo térmico, acústico, la calidad del aire... en Zaragoza tenemos suerte gracias al cierzo.

Por cierto, ¿cuál es su rincón favorito de la capital aragonesa?
El Parque del Agua, me hace ver hasta dónde se puede llegar, con sus cosas buenas y malas. A veces, lo tomo como referencia, al final todos volvemos a casa con la cabeza.

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