Niños que no saben de la guerra ni van a funerales: ¿cuándo hablarles de las tragedias de la vida?

La guerra de Israel y Gaza, el conflicto de Ucrania o la muerte y la enfermedad generan miedo e inquietud en los niños pero, sobre todo, preguntas que hay que saber responder.

Un niño viendo la televisión
Un niño viendo la televisión
Pixabay

Acaba de terminar Todos los Santos y por el cementerio apenas habrá pasado algún niño acompañando a su familia a visitar a sus difuntos. Muchos padres no lo consideran un lugar apropiado para los menores. En su lugar, estaban todos disfrazados, celebrando Halloween en sus ciudades.

Los progenitores también intentan esquivar el acudir con sus vástagos a un funeral para evitarles un mal trago o para que no sufran de más. Sin embargo, no les parece traumático que vayan por la calle vestidos de muertos. ¿Es bueno proteger a los niños de las tragedias de la vida? ¿Cuándo hablar con ellos de la guerra, la muerte y la enfermedad?

Hay muchos padres que no llevan a los niños al cementerio o al funeral de un familiar, pero la muerte es algo natural y, si el niño quiere, debemos darle la posibilidad de despedirse de esa persona”, apunta Ana Notivoli, psicóloga del Centro Materno Infantil Rosales. “Cuanto más queremos ocultarles o evitarles, más incertidumbre les creamos. Hay que abordar estos temas con naturalidad y que esa conversación les sirva de desahogo”, explica.

"Cuanto más queremos evitarles, más incertidumbre les creamos. Hay que abordarlo con naturalidad"

“Acabamos de pasar Halloween y muchos padres han disfrazado a los niños de muertos, pero luego no quieren que sus hijos vayan al funeral o al cementerio a despedir a un ser querido. Creo que es peor que un adulto disfrazado de zombi les dé un susto”, asegura la psicóloga. “He tenido en consulta niños con ataques de ansiedad por eso. ¿Es más traumático ir al funeral del abuelo?”, se pregunta Notivoli.

“La muerte forma parte de la vida”, dice, por su parte, Izarbe Galindo, presidenta de la Sociedad Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc). “El niño tiene que aprender que está allí y que puede ocurrir pero hay que adaptar las explicaciones a la edad del menor”, explica. “Ir al tanatorio dependerá de si el niño quiere o no y hay que respetar su decisión”, afirma Galindo. 

Los expertos aconsejan dialogar al máximo con ellos para eliminarles la ansiedad y el miedo.

“Y nunca hay que mentirles. Si hay que hablarles de la muerte, debemos acompañarles, explicarles atendiendo a su edad y madurez, atender a todas las dudas y preocupaciones, y evitar generar tabús y miedos”, señala la presidenta de Samfyc. “Son cosas a las que se tendrán que enfrentar tarde o temprano y cuantas más herramientas les demos ahora, mejor lo van a hacer. Si se lo ocultamos o les ponemos tabús, de mayores tendrán problemas”, asegura la doctora.

Con la verdad por delante

La guerra de Israel y Gaza, con sus imágenes terribles que vemos en los informativos y en los periódicos, el conflicto de Ucrania, las muertes de niños pequeños o las largas enfermedades son también temas de los que los padres intentan hablar cuando no hay niños delante. Sin embargo, siempre se escapa algún comentario o ven alguna imagen sensible de manera accidental. ¿Cómo actuar si preguntan sobre el tema, si tienen miedo por lo que han visto o si les crea ansiedad?

A los niños tenemos que contarles siempre la verdad”, dice la psicopedagoga Camino Felices. “Si preguntan sobre un suceso o algo que han visto en las noticias no hay que mentirles ni evitarlo, sino contárselo, pero adaptado a su edad cronológica y de desarrollo”, matiza Felices. “Si es un niño más pequeño se le darán pocos detalles y es bueno preguntarle primero a él qué es lo que sabe del tema o lo que quiere saber”, continúa.

"Si preguntan sobre estos temas no hay que evitarlos, sino hablar con ellos de acuerdo a su edad"

Ante las noticias de guerras por ejemplo, “el miedo lo produce el desconocimiento, el no saber qué puede pasar. Si le explicas que aquí no puede ocurrir, no tendrá miedo. En cambio, si lo evitas, el niño puede tener miedos, inquietud e inseguridad”, enumera la psicopedagoga. “Lo mejor es buscar un momento de tranquilidad y calma para abordar el tema sin prisas. Preguntarle siempre qué sabe él y desarrollarlo en función de su edad y de su madurez emocional”, añade.

No evitar la conversación pero tampoco exponerlos

“Las imágenes que pueden ver en un informativo o en una exposición fotográfica sobre algún tema sensible les impactan más, se les quedan en la retina y pueden generar miedos”, asevera la psicopedagoga Olga Lázaro. Para anticiparnos, “hay que empezar a hablar de estos temas con ellos poco a poco, adaptando nuestro discurso a algo que puedan entender porque hasta los 12 años son muy inmaduros y no saben racionalizar”, asegura.

No hay que sobreprotegerlos pero tampoco exponerlos a temas, imágenes o estímulos para los que no están preparados. No pueden entenderlo y se quedan con la impresión que les generan las imágenes que han visto”, señala Lázaro.

Los niños no deberían estar expuestos a los informativos hasta que no tuvieran una edad suficiente para saber qué es lo que pasa”, dice, por su parte Izarbe Galindo. Pero sobre todo, “los niños pequeños no deberían estar expuestos a las imágenes gráficas que sacan los telediarios porque no van a entenderlas y solamente les van a generar preocupación y miedo. No se me ocurriría enseñarle a un niño de 6 años las fotos o los vídeos de los bombardeos de Gaza o las imágenes de los niños muertos en la guerra. Eso es una aberración”, sentencia Galindo.

"No se me ocurriría enseñarle a un niño de 6 años las fotos de los bombardeos de Gaza, es una aberración"

Sin embargo, “si preguntan sobre algún tema sensible no hay que sortearlo, siempre hay que hablar de lo que les preocupa. Evitarlos no lleva a ningún sitio”, asegura la presidenta de Samfyc. “Y no es lo mismo que lo pregunte un niño de 4 años al que le tenemos que dar una explicación muy sencilla y sin entrar en detalles escabrosos, que si es más mayor, de 10 o 12 años donde puedes entrar en temas más profundos”, afirma.

A partir de los 8 años ya comienzan a darse cuenta de lo que pasa en su entorno y pueden preguntarnos sobre determinadas situaciones. pero debemos ser capaces de adaptar el discurso”, añade Ana Notivoli. "No es lanzarlos al todo vale y contarles las cosas con todo lujo de detalles. Se les puede dar la información pero teniendo en cuenta su edad y su madurez emocional”, concluye Notivoli.

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