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La atención psiquiátrica a niños y jóvenes se demora hasta seis meses y la psicológica, diez

La demanda asistencial en salud mental se dispara y la ratio de profesionales es muy inferior a la media. Los expertos reconocen la necesidad de dar una respuesta rápida y que la patología no se cronifique.

Entrada a la unidad de salud mental infanto-juvenil en el centro de salud Actur Oeste, de Zaragoza.
Entrada a la unidad de salud mental infanto-juvenil en el centro de salud Actur Oeste, de Zaragoza.
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Los problemas de salud mental entre la población, en especial entre los niños y adolescentes, van en aumento, sobre todo a raíz de la pandemia de covid. Pero las ratios de profesionales no crecen al mismo ritmo. De hecho, la falta de recursos se traduce, a su vez, en meses de retraso para recibir atención.

Desde la Consejería de Sanidad reconocen que el tiempo medio de espera para lograr una primera consulta con el psiquiatra en las unidades de salud mental infanto-juvenil oscila entre los tres y los seis meses; y con el psicólogo, de dos a diez. En el caso de las unidades de salud mental de adultos, para conseguir una cita en Psiquiatría pueden llegar a transcurrir entre uno y ocho meses –se priorizan los preferentes en una o dos semanas–; mientras que el acceso a Psicología puede tener una demora de dos a veinte meses. Estas cifras varían según el sector sanitario y la unidad.

Las asociaciones de afectados llevan tiempo reclamando un incremento de las ratios en el sistema público de salud. El objetivo, a medio plazo, sería alcanzar la media de la Unión Europea, que tanto en Psiquiatría como en Psicología ronda los 18 trabajadores por 100.000 habitantes. Un dato que se encuentra muy lejos de la media que se registra en la Comunidad, de 8,9 en el primer colectivo y de 5,5, en el segundo.

Para Manuel Corbera, director general de Salud Mental, las consultas de salud mental, y específicamente las dirigidas a la población infantil y juvenil, requieren más tiempo de atención: "La demanda ha aumentado y los profesionales son pocos. El tiempo que se dedica a los niños es igual ahora que hace 10 años, y entonces no había estas demoras". Y, sin embargo, las ratios no crecen.

¿Cuál sería entonces la solución? "Lo primero, hay que dotar bien esas unidades que tienen que atender a estos pacientes. Y ahí tenemos el desafío de atraer a profesionales, incluso de fuera", señala. Ahí entra también la relación con Educación y con Bienestar Social y Familia "para trabajar en la prevención".

Sobre la mesa está la creación de una residencia de media estancia para menores con trastorno mental grave, un recurso del que ahora carece Aragón y que obliga a derivar a los pacientes a otra región. "Hay que concretar su ubicación y ponerla en marcha cuanto antes. El reto vuelve a ser el de encontrar personal, en este caso no solo de Psiquiatría y Psicología, sino sobre todo de Enfermería, para adaptar esos dispositivos".

Los casos llegan a las unidades de salud mental desde Atención Primaria, desde un servicio de Urgencias o procedentes de otros especialistas. Miguel Martínez Roig, jefe de Psiquiatría del Sector Zaragoza I, indica que "hay un retraso que siempre será mucho mayor del deseable". Y se debe, en gran parte, a la falta de profesionales. "La horquilla de población susceptible de ser atendida en Psicología siempre va a ser mayor que en Psiquiatría, por el tipo de patología, por la organización... Y eso se traduce en largos tiempos de espera".

Como para cualquier otra enfermedad, apunta, "es importante que esos casos se atiendan pronto y que seamos capaces de dar una respuesta rápida. El objetivo sería evitar que la patología se cronifique, porque luego, además, resulta más costoso intervenir".

Una de las prioridades de la Dirección General de Salud Mental es reforzar la atención en salud mental infanto-juvenil a todos los niveles, desde prevención y detección a atención ambulatoria y hospitalización: "Hemos observado que en los últimos años y, sobre todo, durante y tras la pandemia, ha aumentado notablemente la necesidad de atención en este rango de edad, que se ha visto especialmente repercutido". Una opinión que comparte el jefe de Psiquiatría del Sector Zaragoza I: "Fue una de las cosas que más nos llamó la atención tras el confinamiento y las restricciones. Es una preocupación importante".

Un tercio de las consultas en Atención Primaria

Izarbe Galindo, presidenta de la Sociedad Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), reitera la dificultad de acceso a las unidades de salud mental, "a pesar de que muchos pacientes necesitan ese apoyo psicológico", indica. La estimación es que cerca de un tercio de quienes acuden a la consulta de Primaria padece un trastorno de salud mental.

Para Martínez Roig es evidente que han aumentado los casos de quienes requieren atención por otra patología y se detecta que existe "un malestar psicológico". La pandemia disparó los casos, pero, explica, también está aumentando "la capacidad de detección y de expresar esa situación. Tenemos más conciencia de los problemas de salud mental".

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