¿Cuándo empieza a sentir la necesidad de ayudar?En los años 70 entro en el movimiento de asociaciones de vecinos, en Torrero. Lo hice porque sentía que la vida es más que vivirla para uno mismo. Yo creo que vivimos para los demás. La política también es un servicio, aunque esté mal vista; la acción social, los sindicatos, las ONG, las asociaciones de vecinos... todo es lo mismo, pero enfocado de forma distinta.

Hay gente que no siente ese impulso...A veces la presión de las necesidades ineludibles impide cualquier perspectiva más allá de la lucha por la vida. Además, los mecanismos económicos hacen que la gente no se preocupe más que de más que de consumir. Aún así, hay mucha gente que sí que lo tiene.

¿Qué sería el mundo sin solidaridad?Sería una cosa muy triste, se perdería ese sentido de humanidad. En el mundo, todos somos lo mismo, tenemos un algo común y nos debemos la ayuda los unos a los otros. Eso lo tenemos claro en las familias; en la ciudad también sabemos que tenemos que pagar impuestos para tener agua, recogida de basuras… Pero cuando se pasa a nivel del Estado empezamos con la ingeniería fiscal para pagar menos.

Al que está lejos no lo vemos cercano.El camino es crear una unidad total del planeta, con reparto de cargas y beneficios. Aquí tenemos derecho a sanidad y educación, ¿por qué no en otros países empobrecidos? ¿Por qué no les ayudamos a que las tengan?

La labor del cooperante generalmente suele ser invisible. ¿Cree que está reconocida su figura?No, por supuesto que no lo está. Pero tampoco la figura de la cooperación en general. Cuando se habla de presupuestos, nunca se debate sobre los fondos que se van a dedicar a cooperación. Al final lo que se hace es dar una pequeña limosna. 

¿Dónde quedó esa vieja reivindicación del 0,7%?
Aquello sigue. Lo que decimos es que el 99,3% se dedique a los de aquí, y que se haga de una manera efectiva, para los que más lo necesitan. En Aragón ha habido dos instituciones que alcanzaron el 0,7%: el Ayuntamiento de Jaca y la DPZ. El Ayuntamiento de Teruel lo roza.

Perdón por el trabalenguas, pero ¿qué aporta la cooperación al cooperante?Razón de ser. Sentido de la vida. Si te la reduces la vida a ti mismo, la pierdes, te quedas en tu pequeño yo. Y la vida es relación con los demás, ser sensibles a la realidad del otro.

¿Aragón es solidario?No excesivamente, aunque tratamos de que suba en el ránking de solidaridad.

¿La juventud se incorpora a los movimientos solidarios, o estos corren el riesgo de que se quede como una cosa ‘de mayores’?
El movimiento de ONGs de desarrollo está más rejuvenecido que otros. Tiende a entrar gente joven, aunque nos mantenemos algunos dinosaurios.

¿Hasta que aguanten las fuerzas?Exacto. Es lo que da sentido a la vida.

Además, usted es ciudadano ejemplar de Zaragoza...
Sí, cada reconocimiento es un contrato que obliga a mantener una tensión y dedicación.