¿Cuáles son los objetivos de este encuentro? ¿Qué asuntos se han abordado?El principal tema de este congreso es la relación entre economía y agricultura. En esta edición nos hemos centrado en aspectos que aluden no solo a la producción, también lo hemos hecho con la cadena alimentaria, la relación entre los diferentes sectores productivos como pueden ser la transformación, la energía, el consumo… Es un ámbito muy amplio.

¿En qué aspectos de este ámbito tan amplio se debe poner el foco?Uno de los principales aspectos es la seguridad alimentaria, que es una de nuestras mayores preocupaciones ya que está afectada por dos fenómenos: uno de ellos es el cambio climático, que está cambiando los escenarios de producción y el comportamiento de las personas, que se están viendo obligadas a emigrar, a dejar sus países… El otro hecho que impacta sobre la seguridad alimentaria es la crisis humanitaria. Los conflictos están aumentando en zonas como África central, y esto afecta los sistemas alimentarios.

¿Cuáles pueden ser las soluciones para estos problemas?Desde el punto de vista del Mediterráneo, una podría ser ayudar a comunidades de mujeres y a las generaciones más jóvenes a ser más fuertes para que traten de quedarse en sus propios países y mantener allí su actividad. Si son capaces de esto, podrán desarrollar herramientas para afrontar el impacto del cambio climático, al mismo tiempo que, a través de la producción agraria, pueden ayudar a mantener su sistema social y podrán evitar tener que emigrar.

¿Qué debe cambiar en la producción agraria?Es necesario trabajar en la innovación. Hay mucho que hacer en esta área, que es extremadamente importante. Hay que trabajar en la implantación de nuevas tecnologías y herramientas para mejorar el uso del agua, el manejo de los suelos, para poder ser más compatibles con la naturaleza. Otro ámbito importante es el de la economía circular, donde se está abriendo un amplio campo de nuevas profesiones. Y, en tercer lugar, hay que invertir aún más para que la gente joven se incorpore al campo, de forma directa o indirecta. Hay nuevos perfiles profesionales, nuevas ‘start-ups’ que nos están ayudando a interpretar el momento de transición por el que atraviesa el sector.

¿La falta de relevo generacional es también un problema en el área mediterránea?Es un problema generalizado, porque casi nadie quiere trabajar en el campo. Tenemos que tratar de evitar que cada vez más gente deje sus trabajos en el sector agrario y esto se hace apoyándoles para que su labor sea sostenible en sus propios países. Nadie quiere dejar su país si no tienen que hacerlo, así que ayudar a estas comunidades a mantener su ‘status’ puede ser algo muy relevante también desde el punto de vista de la economía, y para eso la tecnología juega un papel esencial. También para fortalecer las relaciones entre el sector productivo, las instituciones públicas y el resto de agentes del sector.

¿Estos sectores están realmente implicados?Nosotros tratamos con nuestro trabajo de implicar a todos los agentes del sector, desde cada individuo hasta las autoridades nacionales. Uno de los aspectos que va a cambiar es la relación entre el sector privado y el sector público. En algunos casos, el primero no tiene claras sus necesidades y no podemos ayudarles a encontrar soluciones que pueden incluso beneficiar al territorio. La investigación científica, donde se encuentra el Ciheam, puede impulsar la mediación entre los dos sectores.

Además de esta labor de mediación ¿de qué otras formas puede contribuir el Ciheam a mejorar esta situación?El Ciheam es la única institución dedicada específicamente a trabajar en la agricultura del arco mediterráneo. Tenemos tres pilares principales: el primero es la educación. Ofrecemos una amplia gama de postgrados, másteres, cursos de formación especializados y avanzados sobre materias específicas, e incluso cursos ‘a medida’. El segundo aspecto es la investigación científica y para ello contamos con investigadores, científicos y colaboradores de primer nivel; y el tercer pilar es el de los programas de colaboración para desarrollar proyectos en los diversos países, que pueden estar subvencionados por la Unión Europea, por organismos de cooperación e incluso por agentes externos al Ciheam. Llevamos a cabo estos programas contando con la gente del territorio y ayudándoles a encontrar las mejores soluciones que, a su vez, se puedan llevar a la práctica de la manera más sencilla.

La guerra de Ucrania ha puesto en dificultades al sector agrario en Europa ¿Cómo se analiza esta situación desde el Ciheam?Nuestra organización está compuesta por seis países de la Unión Europea y por siete países externos, por lo que nuestras visiones de este conflicto son diversas. Pero todos estamos de acuerdo en que cada vez hay más dificultades. No obstante, una institución como el Ciheam es capaz de aglutinar a personas de diversas culturas y trabajamos para extender este modelo, que es una de nuestras principales fortalezas.