El curso político echa a andar en Aragón a la pata coja. El nuevo Ejecutivo autonómico, liderado por Jorge Azcón, verá condicionados sus primeros meses de vida por la inestabilidad política nacional, donde los dos grandes partidos se disputan todavía la presidencia del país. Hasta que no se despeje el nombre del futuro inquilino de la Moncloa, la Comunidad no solo puede sufrir el retraso en la ejecución de inversiones pendientes, también se verá obligada a diseñar las cuentas de 2024 a ciegas. Pero sobre todo, los partidos deberán mirar con lupa los posibles agravios que se den en los acuerdos que intentan alcanzar PP y PSOE con territorios vecinos –y en muchos aspectos, rivales– como Cataluña o el País Vasco, en el juego de las investiduras desatado tras el 23-J.

El bloqueo, además, no será corto. El calendario previsto por conservadores y progresistas podría demorar la constitución del Gobierno central bien entrado el otoño, con una posible, aunque todavía incierta, prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de este 2023, en los que Aragón obtuvo 547 millones de euros. No se descarta tampoco la repetición electoral. Mientras, ni acción parlamentaria relevante en el Congreso y el Senado, ni nuevos proyectos e inversiones más allá de la ejecución rutinaria de las cuentas en vigor.

De momento, la pelota está en el tejado del PP, que busca una investidura que los propios conservadores dan por perdida. El rumbo trazado por el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, le ha llevado a buscar apoyos en sus socios naturales, Vox, pero también en partidos periféricos como el PNV o incluso Junts. Azcón ya dio por "prácticamente imposible" el acuerdo con la formación del fugado Carles Puigdemont, y rechazó cualquier concesión que genere "desigualdad" entre los españoles.

El lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, fue un paso más allá con una propuesta de revisión constitucional que Aragón rechaza de plano por crear, como dijo Azcón, "comunidades de primera y de segunda". El modelo territorial, financiación incluida, se sitúa así en el centro del debate político en estos primeros compases de mandato tras la doble cita con las urnas.

Pedro Navarro, diputado del PP por Zaragoza, descarta posibles agravios por la vía conservadora, y ve el riesgo en la bancada de enfrente. "Pedro Sánchez ha ignorado a Aragón estos últimos cinco años, en los que ha estado en manos de separatistas vascos y catalanes. Ahora será aún peor", augura. A su juicio, el PSOE se va a adentrar en una "subasta" que "en nada va a beneficiar" a la Comunidad, tanto en materia de financiación como de atracción de proyectos e inversiones.

En las filas progresistas ofrecen una visión bien distinta. "En ningún caso las negociaciones de Pedro Sánchez perjudicarán a Aragón, la mayor prueba son los años que ha gobernado el PSOE, en los que la Comunidad ha sido bien tratada presupuestariamente", argumenta la diputada socialista Susana Sumelzo, que defiende que "la Moncloa ha sido muy receptiva con las necesidades de los aragoneses".

Proyectos e inversiones

Si la investidura de Feijóo, fijada para el día 26, fracasa, se pondrá en marcha el reloj socialista. Hasta entonces, el PSOE aprovechará este mes para negociar y encarrilar un pacto de gobierno que inevitablemente deberá incluir concesiones a Cataluña y País Vasco. Algunas de ellas podrían impactar en los intereses de Aragón, ya sea en materia de financiación, recursos hídricos o proyectos como los Juegos Olímpicos de invierno de 2030 o 2034.

De igual modo, será importante ver si el pacto de gobierno lleva implícito un acuerdo exprés para los Presupuestos Generales del Estado de 2024. De no ser así, Aragón y el resto de comunidades deberán diseñar los suyos sin conocer las entregas a cuenta ni el objetivo de déficit.

El diputado de Sumar Aragón, Jorge Pueyo, acusa al PP de provocar esta situación. "Cuando no tiene opciones de conformar mayorías nos hace perder el tiempo innecesariamente con propuestas inútiles y abocadas al fracaso", lamenta. La consecuencia es "el doble retraso en la aprobación de los presupuestos, tanto en España como en Aragón, que afectará a las inversiones previstas para nuestro territorio como a la puesta en marcha de nuevos proyectos", lamenta.

Por su parte, el diputado de Vox por la provincia de Zaragoza, Pedro Fernández, cree que "España está viviendo una situación de extrema gravedad" porque, a su juicio, con el PSOE "hay un riesgo evidente" de que se conforme un "gobierno de destrucción nacional". "Aragón siempre ha sido muro de contención frente al separatismo catalán y vasco, y lo vamos a seguir siendo", concluye.