El María Zambrano de Zaragoza iniciará las clases con un muro perimetral y un plan de evacuación

Los informes aseguran que la barrera retendría incluso el doble de agua que la que cayó el 6 de julio. La DGA no descarta nuevas medidas a futuro y el Ayuntamiento actuará también en el barranco.

Reunión de la consejera de Educación, Ciencia y Universidades, Claudia Pérez Forniés, con representantes del ampa Claros del Bosque y el equipo directivo del CEIP María Zambrano
Reunión de la consejera de Educación, Ciencia y Universidades, Claudia Pérez Forniés, con representantes del ampa Claros del Bosque y el equipo directivo del CEIP María Zambrano
Francisco Jiménez

Los niños del María Zambrano retomarán las clases con las "máximas garantías de seguridad". Es el mensaje que quiso transmitir este martes la consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Claudia Pérez Forniés, que se reunió con miembros de la Ampa y el equipo directivo acompañada del concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano, para darles a conocer las medidas implementadas por ambas instituciones para garantizar que los 452 alumnos del centro, que se vio gravemente afectado por la tormenta torrencial sufrida en la capital el pasado 6 de julio, puedan volver a las aulas el 7 de septiembre con normalidad.

Los informes encargados concluyen que el muro perimetral de refuerzo que ya está terminando de construir la DGA sería suficiente para contener no solo una tromba de agua como la que cayó aquel día, sino incluso una del doble de magnitud. La barrera, que medirá 1,20 metros y rodeará todo el centro tanto en la parte de Infantil como en la de Primaria, está incluida en las obras de rehabilitación que se están ejecutando y que suponen una inversión de 1,1 millones de euros.

Las instalaciones, como recordó la consejera, no se vieron afectadas de forma estructural, pero sí que se produjeron importantes daños materiales. Ha habido, por ejemplo, que acondicionar las ventanas, el vallado exterior y los patios y reponer el material informático. Este martes se comenzó a colocar el nuevo mobiliario y Pérez Forniés aseguró que para el día 7 el centro se encontrará en "perfecto" estado, "como si no hubiera pasado nada". De hecho, el equipo docente se incorporará ya el viernes a sus puestos de trabajo y también estarán a tiempo los aularios de Primaria, 9 de los 18 que se habilitarán en total.

Paralelamente a los trabajos, el Ejecutivo autonómico está elaborando un plan de evacuación que igualmente la consejera garantizó que estará concluido cuando empiece el curso y el Ayuntamiento zaragozano está preparando una serie de obras a acometer en el entorno. Poco se habló este martes sin embargo del posible traslado del centro a un nuevo emplazamiento. Pérez Forniés dijo que no se descarta tomar a futuro nuevas medidas pero evitó referirse directamente a este asunto, muy reivindicado por las familias, a quienes no obstante pidió tranquilidad. "Tienen que entrar con toda la seguridad, se la hemos proporcionado a base de informes", declaró.

23 alumnos irán a otro centro

No han sido suficiente, aún así, esos estudios para evitar que 23 niños (un 5% del alumnado) abandonen el centro, ya que sus padres han solicitado el traslado a uno nuevo. En algunos casos, explicó la consejera, incluso a colegios que no les corresponden por área, pero se les ha concedido siempre que hubiera plazas disponibles.

El concejal de Urbanismo, por su parte, ahondó en las actuaciones a acometer por parte del Ayuntamiento, que se harán en coordinación con la DGA y con la Confederación Hirdrográfica del Ebro (CHE), como la instalación de sensores de monitorización en el barranco de la Muerte, que se encuentra justo tras el centro escolar y es por donde bajó el agua que lo acabó anegando, y que permitirían activar el plan de emergencias con antelación en caso de que fuera necesario.

También informó el edil de que se contempla prolongar el muro por la calle de Giovanni Batista para que proteja también las instalaciones de la Policía Local ubicadas junto al colegio, así como abrir un canal perimetral entre esta barrera y el barranco que ayudaría a retener el agua si se produjera otra vez una gran avenida, "reduciendo en gran medida los calados aguas arriba". Los informes sugieren, asimismo, crear una "estación meteorológica en la cuenca, agua arriba de la Z-40, con sistemas de aviso por intensidades de precipitación".

El estudio aclara además, como concretó Víctor Serrano, que estas medidas son únicamente una primera fase de actuación y que "no disminuyen el riesgo de inundación" en el Tercer Cinturón. Para ello se requiere, añaden, "de un estudio más avanzado" y una solución coordinada con la CHE.

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