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La música se alía con los cuidados en la uci del Servet

El equipo de Enfermería ha incorporado este hábito en el día a día de los enfermos, para reducir el estrés, contribuir a aliviar su dolor y favorecer un bienestar general.

Las enfermeras Eva Blasco y Noelia Andrés buscan una emisora de radio en uno de los boxes.
Las enfermeras Eva Blasco y Noelia Andrés buscan una emisora de radio en uno de los boxes.
Toni Galan

Escuchar música reduce el estrés, alivia el dolor, ayuda a regular las emociones y produce un bienestar general. Con el objetivo de mejorar el estado de los pacientes ingresados en una unidad de cuidados intensivos (uci), el personal de Enfermería del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza decidió introducir este hábito en la rutina diaria del servicio, como un paso más de un proyecto de humanización que comenzó en primavera de 2020, al inicio de la pandemia de coronavirus.

El equipo de Enfermería de la uci polivalente del Servet, la primera designada para tratar los casos más graves de coronavirus en este hospital, puso en marcha en pleno confinamiento el proyecto ‘Abrazando corazones’, como una forma de acompañar a los enfermos y a sus familias en los momentos más duros de la enfermedad. Con el objetivo de paliar la soledad que podían sentir los pacientes en esos momentos, les leían las cartas que les enviaban sus seres queridos e incluso descargaban en el ordenador algún audio que les hacían llegar a través de los profesionales sanitarios. Un gran panel con fotografías y textos permite ahora recordar aquellos días. El pasillo de la uci polivalente está decorado además con misivas escritas por los enfermos que pasaron por la unidad o por los familiares de pacientes que fueron tratados por covid durante la crisis sanitaria.

Un mural con fotografías y recuerdos de la pandemia, en el pasillo de la uci polivalente del Servet.
Un mural con fotografías y recuerdos de la pandemia, en el pasillo de la uci polivalente del Servet.
Toni Galan

La emoción vuelve hoy a estar presente al recordar los momentos más dolorosos de la pandemia. En una de las cartas, la familia de un paciente covid fallecido agradece el trabajo del equipo: "El final no ha sido el que todos esperamos, pero queremos que sepáis que, a pesar de la dificultad del reto, habéis ido hasta un poco más allá de lo posible". En otra, reconocen su trabajo y profesionalidad tras pasar el enfermo a planta: "Después de 59 días de lágrimas y esperanza hoy estamos de enhorabuena".

Estilos muy variados

Con esta iniciativa en la cabeza, varias enfermeras decidieron que la música y el entretenimiento forme parte del día a día de los enfermos en la uci, para minimizar así el impacto del proceso de enfermedad. Esta es una de las experiencias que se presentaron en las XXI Jornadas de Trabajo sobre Calidad en Salud, celebradas en junio en Alcañiz.

La comunicación fue defendida por las enfermeras Eva Blasco, Noelia Andrés, Marta Biota, Natalia Becerril y Beatriz López. Dos de ellas, Blasco y Andrés, explican que la música se adapta a cada paciente, dependiendo de sus gustos personales, que conocen a través de ellos o de sus familiares. Entre las peticiones, hay estilos de lo más variados:«Un paciente pidió Mozart, otro escuchar la radio...». Durante la noche se opta por música más relajante, que acompañe el sueño. En ocasiones se les conecta alguna película o programa de televisión en el ordenador, con la ayuda de unos altavoces. Los primeros fueron donados por una tienda zaragozana. "Múltiples estudios avalan la música como método para reducir la ansiedad en enfermos de uci, tanto despiertos como sedados", aseguran: "Puede ser una herramienta que ayude a aumentar el confort de los pacientes y en consecuencia la calidad de los cuidados de Enfermería".

En marzo realizaron un estudio observacional con una encuesta tanto a pacientes, conscientes y orientados, como a familiares para conocer el grado de satisfacción y pertinencia de la musicoterapia en la uci. "Los resultados que arroja el sondeo muestran que la totalidad de las personas consultadas cree pertinente su uso y los beneficios que aporta sobre el bienestar y confort de los enfermos", ponen de manifiesto.

"Lo pasamos mal por las familias, más que por nosotras"

Eva Blasco y Noelia Andrés, enfermeras en la uci del Servet, el hospital más grande de Aragón, recuerdan que cuando se desató la pandemia se reservó el box 11 para acoger a pacientes covid, porque contaba con un sistema de flujo laminar y una antesala que permitía a los profesionales sanitarios cambiarse el epi antes de entrar. La evolución del virus, sin embargo, desbordó las previsiones iniciales. En la primera ola todas las camas de la uci polivalente fueron para covid, y luego se ampliaron a las otras tres unidades.

"Fue muy duro. Lo pasamos mal por las familias, más que por nosotras", explican. Al principio, la única comunicación sobre el estado de los enfermos ingresados era a través de médicos y enfermeros: "Desde Enfermería llevábamos un registro sobre cómo se encontraba el paciente pero también cómo se sentía la familia".

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