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Erasmus, una puerta abierta al mundo rural

Cerca de 300 jóvenes han formado parte en los últimos años del Erasmus Rural, una iniciativa con la que se trata de fomentar la apuesta de este coletivo por desarrollar su trabajo en los pueblos.

En Berbegal se encuentra la sede de Savia Ibérica, empresa que ha participado en el programa de Erasmus Rural.
En Berbegal se encuentra la sede de Savia Íbera, empresa que ha participado en el programa de Erasmus Rural.
H.A.

"Es una experiencia totalmente gratificante, que yo recomendaría a todos los estudiantes porque abre la mente a nuevos horizontes, sobre todo cuando vives en la ciudad y no conoces la realidad de los pueblos que nos rodean. Una experiencia que ha hecho que no descarte la opción de trabajar, en un futuro, en el medio rural". De esta manera explica María Eugenia Expósito, estudiante de Marquetin, de la Universidad de Zaragoza, lo que supuso para ella formar parte del proyecto Erasmus Rural de la Diputación de Zaragoza y la Universidad de Zaragoza, que le permitió hacer prácticas en Savia Íbera, una destilería de plantas aromáticas ubicada en Berbegal. 

Como ella, cerca de 300 estudiantes o recién graduados, de titulaciones de lo más diversas, han participado en este proyecto que, de forma pionera, pusieron en marcha la DPZ y la UZ hace seis ediciones y que se ha replicado en otros muchos rincones de España.

Una cifra que incluye a los estudiantes y recién graduados que se sumaron a las iniciativas que, de forma similar, se están llevando a cabo con la Diputación de Huesca y la Diputación de Teruel desde hace ya tres años.

El objetivo es visibilizar el medio rural, aportarle valor y atraer nuevos habitantes. Hacer que los jóvenes puedan percibir la calidad de vida de los pueblos y darse cuenta de que en ellos también es posible desarrollar una carrera profesional en un lugar alejado de las grandes ciudades.

Dependiendo de a quiénes van dirigidos, los programas se denominan Desafío, para los estudiantes de la UZ sin vinculación con el territorio; Pre Arraigo, para estudiantes de la Universidad de Zaragoza con vinculación con el territorio; y Programa Arraigo, encaminado a titulados de la Universidad de Zaragoza con vinculación con el territorio.

El programa pretende que los jóvenes puedan percibir la calidad de vida de los pueblos y darse cuenta de que en ellos también es posible desarrollar una carrera profesional en un lugar alejado de las grandes ciudades.

En el convenio entre la DPZ y la UZ, en la edición del año pasado, participaron 28 estudiantes en el programa Desafío y 18 recién graduados en Arraigo. Jóvenes de diferentes titulaciones como ciencias ambientales, terapia ocupacional o veterinaria que desarrollaron sus conocimientos en empresas, instituciones y asociaciones de municipios como Cubel, Mainar, Aniñón, Alpartir, Bulbuente, Velilla de Ebro, Gelsa o Muel.

En la Diputación de Teruel, en esta tercera edición, se recibieron 114 solicitudes por parte de estudiantes y recién titulados, y 45 de entidades interesadas. De los 20 universitarios seleccionados este año, 18 son estudiantes de grado o máster y 2 son posgraduados. En el caso de Huesca, este año hay diez personas en el programa Desafío, siete en Pre-Arraigo y una en Arraigo.

En cuanto a su financiación, la DPH ha destinado, al igual que la DPT, un total de 30.000 euros, mientras que la cantidad presupuestada por la DPZ es de 100.000 euros.

Reequilibrio territorial

La finalidad de estos erasmus rurales, que dependiendo de las tres provincias, se denominan de diferentes maneras, según a quiénes van dirigidos, tienen como objetivo contribuir al reequilibrio territorial y permitir que los jóvenes puedan conocer el medio rural más a fondo y plantearse su desarrollo profesional en él.

Con el fin de facilitarles este acercamiento, las diferentes diputaciones, con su ayuda económica, contribuyen a financiar gastos de alojamiento, manutención y desplazamientos durante el periodo de prácticas, que pueden solicitarse en la web del servicio Universa.

Pioneras en esta iniciativa, que posteriormente ha sido replicada en toda España, fueron la Universidad de Zaragoza y la Diputación de Zaragoza, gracias a su Cátedra DPZ de Despoblación y Creatividad. "El Erasmus Rural es el mejor ejemplo de que para revitalizar nuestros pueblos sobre todo hacen falta buenas ideas y proyectos innovadores, no todo es dinero y grandes infraestructuras. Ahora el reto es conseguir que todas esas prácticas en empresas, instituciones y asociaciones de nuestro medio rural se traduzcan en más contrataciones", explica Juan Antonio Sánchez Quero, presidente de la Diputación de Zaragoza, quien asegura que "poco a poco lo vamos consiguiendo, pero, en cualquier caso, todo lo que hemos logrado hasta ahora ya es un éxito que redunda, por supuesto, en los estudiantes y en sus empleadores, pero también en la autoestima de las gentes de nuestros pueblos".

"El Erasmus Rural es el mejor ejemplo de que para revitalizar nuestros pueblos sobre todo hacen falta buenas ideas y proyectos innovadores, no todo es dinero y grandes infraestructuras"

En el caso de la provincia de Huesca, los programas Desafío Huesca y Arraigo Huesca gestionaron en 2022 un total de 22 prácticas formativas en poblaciones de ocho comarcas de la provincia altoaragonesa. El balance realizado por los estudiantes que probaron esta modalidad de prácticas rurales fue muy satisfactorio, y pudieron llevarlas a cabo en ayuntamientos, empresas y entidades públicas.

Asentamiento poblacional

"En la DPH tenemos muy claro que el asentamiento poblacional es uno de los grandes desafíos para un territorio como el nuestro. Facilitar en la medida de nuestras posibilidades que jóvenes universitarios conozcan el Alto Aragón y residan en nuestros pueblos durante un tiempo solo puede ser sinónimo de repercusión positiva, porque no solo comprueban en primera persona que en los pueblos hay empleo, sino que, además, estas pequeñas y medianas localidades les acogen con los brazos abiertos", explica José Cebollero, delegado de las áreas de Desarrollo, Iniciativas Territoriales y Programas Europeos de la DPH.

Una opinión compartida por Joaquín Juste, presidente de la Diputación Provincial de Teruel, quien recuerda que el programa de Erasmus Rural es estratégico por varias razones. Entre otras para demostrar a los estudiantes que "el medio rural turolense es un lugar ideal para vivir y trabajar. Mostramos en primera persona las potencialidades que tienen nuestros municipios para los jóvenes que buscan encauzar su futuro profesional y también damos la posibilidad a las empresas y entidades de nuestra provincia a formar y tener acceso a personas muy preparadas para los retos del presente y del futuro", explica.

María Eugenia, durante sus prácticas.
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"Me hubiera gustado alargar mi estancia un poco más"

Muy contenta y totalmente integrada en un pueblo "pequeño y muy tranquilo, en el que me acogieron de maravilla". Así se sintió la joven zaragozana María Eugenia Expósito, estudiante de Márquetin de la Universidad de Zaragoza, durante sus prácticas profesionales para universitarios en el medio rural que la Diputación de Huesca y la Universidad de Zaragoza pusieron en marcha en la provincia altoaragonesa hace ya tres ediciones.
A lo largo de un intenso mes, María Eugenia realizó diferentes trabajos en Savia Íbera, una destilería artesana especializada en aromaterapia ibérica, ubicada en la localidad oscense de Berbegal, situada en la comarca Somontano de Barbastro, con un censo que ronda los 340 habitantes.
"Me decidí por esta empresa porque fue una de las que más me llamó la atención. Hice un análisis de todas las opciones y esta era la que mas le cuadraba. Además, me apetecía mucho disfrutar de la experiencia de vivir en un pueblo pequeño. Fue una aventura muy enriquecedora porque hice un montón de cosas. Al ser una empresa pequeña, mi compañera (cuya formación estaba relacionada con el medioambiente) y yo, hicimos un montón de cosas, desde etiquetar hasta ayudar con los destilados. Y en el caso de mi especialidad, el márquetin, pude desarrollar intensamente mi trabajo en la estrategia de redes sociales. Además, ayudé a renovar el catálogo 'on line' y recuerdo con especial ilusión la campaña que hice con motivo de la festividad de San Lorenzo. Fueron días muy intensos, porque la empresa es muy pequeña y sus responsables, a pesar de que tienen una carga de trabajo enorme, porque se encargan de todo, se volcaron con nosotras y nos pusieron las cosas muy fáciles", explica.
Tan contenta estuvo y tan a gusto se sintió que María Eugenia asegura que "me habría gustado alargar mi estancia un poco más y haberme quedado otro mes. Yo fui a Berbegal sin saber mu bien lo que me iba a encontrar y la experiencia fue totalmente positiva y recomendable. Sigo manteniendo relación con ellos y no descarto, en algún momento, desarrollar mi profesión en un lugar fuera de la ciudad".
María Eugenia asegura que esta experiencia como beneficiaria de una beca del programa Erasmus Rural es clave para abrir la mente de "todas aquellas personas que piensan que no hay vida laboral si te vas de la ciudad", indica.
En su caso tiene claro que hay formaciones, como la suya, en las que es más fácil encontrar salida en las grandes urbes, pero eso podría cambiar si "todos pusiéramos de nuestra mano. Ojalá fuera diferente y pudiéramos desarrollar nuestro trabajo en cualquier lugar".
Mientras concluye sus estudios, (solo le quedan las asignaturas optativas para terminar sus estudios)María Eugenia Expósito sigue pensando en su futuro y no descarta buscar empleo en el mundo rural, en un futuro más o menos próximo.

Víctor Pinis, en la sede de Esteban Espuña.
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"Es muy enriquecedor volver a recuperar tus raíces"

"Una de las claves más importantes de este programa pasa porque la gente abra la mente y sea consciente de que existe la posibilidad de poder desarrollar tu formación en entornos rurales, porque la ciudad no lo es todo. En los municipios más pequeños hay empresas muy importantes, donde se trabaja muy bien, en un entorno maravilloso".
A sus veinte años, Víctor Piris García se muestra encantado de las prácticas universitarias que está realizando en la empresa Esteban Espuña, de Utrillas, su localidad natal, dentro del programa Desafío Arraigo Teruel 2023.
Él es uno de los veinte jóvenes que este año forman parte de la tercera edición de este programa, financiado por la Diputación de Teruel e impulsado por la Universidad de Zaragoza. En los días que lleva haciendo prácticas, Víctor ha podido poner en práctica muchos de los conocimientos adquiridos en la universidad, donde se encuentra matriculado en cuarto curso en el grado de Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
"Empecé el día 15 de junio y la experiencia está siendo muy gratificante. A lo largo de estas semanas, me han encargado hacer algunos registros y también realizar algunos análisis rutinarios de alimentos. Además, en el tiempo que tengo entre un encargo y otro aprovecho para informarme sobre otros temas relacionados con los departamentos tecnológicos o de higiene de los alimentos", explica Víctor, quien insiste en que "opté a esta iniciativa porque quería conocer otro punto de vista de mi formación, que no fuera tan teórico. Y quise hacerlo en un entorno laboral real, porque te proporciona puntos de vista diferentes a la formación académica".
Entre todas las opciones que tenía para elegir destino a la hora de realizar sus prácticas, Víctor se decantó por una empresa instalada en su localidad natal. "Cuando opté al proyecto estuve barajando la posibilidad de elegir diferentes lugares pero finalmente pensé en hacer las prácticas en Utrillas porque en casa se está como en ningún sitio. Desde hace años estoy fuera, estudiando y formándome, y cuando vi que tenía la oportunidad de aplicar lo aprendido en una empresa de mi pueblo, no lo dudé. Es muy enriquecedor volver y recuperar tus raíces, porque la gente que nacemos y crecemos en un pueblo, estamos obligados a dejarlo todo si queremos recibir una formación universitaria o de grado superior. Volver a retomar el contacto con el hogar y la familia merece mucho la pena», añade.
Pero lo más importante para Víctor es poder aportar su granito de arena en la empresa donde está. "Terminé la EVAU en el año de la pandemia y aunque al principio quería enfocar mi formación a la rama de la salud, ahora estoy encantado de cursar esta carrera, encaminada al sector agroalimentario. Es una formación relativamente nueva, que no todo el mundo conoce y me gusta mucho. Para mí ha sido todo un descubrimiento".

Mar Sánchez es estudiante de veterinaria.
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"En este trabajo me encantaría poder aportar mi creatividad"

España es uno de los países de la Unión Europea que presenta un mayor consumo de huevo per cápita y también es uno de los grandes consumidores de carne de pollo. De hecho, según los últimos datos del informe ‘La alimentación mes a mes’ publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación’, durante 2022, se consumieron un total de 385 millones de kilos de huevos en los hogares españoles, lo que equivale a más de 131 huevos por persona.
Una cifra que permite vislumbrar que el sector avícola seguirá creciendo en los próximos años. Y este es el argumento que ha servido de revulsivo para que Mar Sánchez, estudiante de 22 años de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, haya elegido como destino de sus prácticas de Erasmus Rural, la Granja San Miguel, ubicada en la localidad de Villarreal de Huerva, donde va a poner en práctica todos los conocimientos adquiridos a lo largo de estos años de formación.
"Acabo de terminar cuarto de Veterinaria y en este tiempo me he dado cuenta del interés que despierta en mí el mundo de la avicultura. Durante mi estancia en la granja me gustaría aprender un poco más de las ponedoras y adquirir experiencia profesional, algo que se agradece mucho cuando terminas los estudios y te tienes que enfrentar al mundo laboral. Las prácticas asientan los conocimientos y te permiten descubrir y poner en práctica todo lo que has aprendido en las aulas", explica la futura veterinaria.
Mar no tiene pueblo y para ella formar parte de la sexta edición del proyecto Erasmus Rural de la Diputación de Zaragoza y la Universidad de Zaragoza es toda una experiencia y un reto al que se está enfrentando con mucha ilusión y muchas ganas.
Mar llegó a la Granja San Miguel hace unos días y comparte experiencia con otras tres veterinarias. Su jornada laboral arranca a las 8.00 y finaliza a las 16.00, aunque el horario se adapta a las necesidades que demandan estas instalaciones, donde está poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en la carrera.
"Mi estancia en la granja me está sirviendo para aprender muchísimo y observar con mis propios ojos lo que es el mundo laboral. Recomiendo a todo el mundo realizar el Erasmus Rural durante su carrera universitaria porque es una oportunidad muy buena para expandir tus conocimientos, ganar experiencia y ver la realidad que hay fuera de la universidad", asegura la joven, quien asegura que "en este trabajo me encantaría poder aportar mi creatividad en todo lo que me encarguen hacer".
Durante su estancia, Mar Sánchez está viviendo en el albergue de Romanos, situado a muy pocos kilómetros de su lugar de trabajo. Allí comparte habitación con una estudiante de fisioterapia que también está disfrutando de la beca de Erasmus Rural, y trabaja en la residencia de la tercera edad de la localidad.
"Estamos muy bien. Romanos es un lugar muy pequeño, pero acogedor", asegura la joven, que en esta granja ha podido hacer realidad su sueño de trabajar en el sector avícola, algo que no es muy frecuente entre los graduados en Veterinaria, aunque Marta asegura que se trata "de un sector muy novedoso que cada vez va a ir más".

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