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Un año del incendio del Moncayo: "Nos fuimos pensando que lo habíamos perdido todo"

Los vecinos recuerdan los momentos de miedo y angustia ante el avance vertiginoso de las llamas, que obligó a evacuar a 1.500 personas y provocó cuantiosos daños.

Estado actual del entorno del Calvario, en el Santuario de la Misericordia de Borja, tras el incendio.
Estado actual del entorno del Calvario, en el Santuario de la Misericordia de Borja, tras el incendio.
Toni Galan

Este domingo se cumple un año del inicio del incendio de Moncayo, que asoló más de 6.000 hectáreas en un perímetro de 50 kilómetros, obligó a evacuar a 1.500 personas y causó cuantiosas pérdidas. Los vecinos recuerdan con emoción aquellos días, que vivieron con angustia, miedo e incertidumbre y que ha dejado una huella en el paisaje y en su memoria difícil de olvidar.

El fuego se declaró sobre las 15.00 en el término de Añón. El 13 de agosto de 2022 fue un día de fuerte viento (con rachas de hasta 80 kilómetros por hora) y altas temperaturas, lo que propició que el incendio se propagara a gran velocidad. Vecinos, voluntarios y servicios de extinción se volcaron en hacer frente a las llamas, que amenazaban con entrar en el Parque Natural del Moncayo y que a última hora de la tarde habían sobrepasado ya la N-122. Fue necesario evacuar a los vecinos de Ambel, Bulbuente, Añón de Moncayo, Alcalá de Moncayo, Vera de Moncayo, El Buste, Trasmoz y Talamantes, además de la pedanía del Santuario de la Misericordia y la Urbanización Cumbres de Moncayo, que se alojaron con familiares y amigos o fueron reubicados en poblaciones cercanas, como Tarazona, Borja, Magallón, Torrellas o Pozuelo.

"Pasó una hora y media hasta que se descontroló el fuego", recuerda el alcalde de Añón, José María Vijuesca. "El viento cambió tres o cuatro veces de dirección. Hubo peligro, caos, mucho miedo, precipitación, ciertos nervios en el desalojo… Fue un día agotador, sin tiempo para descansar, con pocos medios porque no había luz, teléfono, no podíamos comunicarnos", cuenta. Los tendidos de telefonía siguen tumbados desde entonces. Él se quedó en el pueblo junto a otros voluntarios, que se unieron a uno de los camiones de bomberos: "Pudimos evitar que por la noche las llamas entraran en el pueblo". 

Alicia Pérez Zornoza, teniente de alcalde de Añón de Moncayo: "Hubo que desalojar la residencia municipal, con unos 28 ancianos que se trasladaron a la de Borja"
Alicia Pérez Zornoza, teniente de alcalde de Añón de Moncayo.
Alicia Pérez Zornoza, teniente de alcalde de Añón de Moncayo.
Toni Galan

El rastro del fuego se aprecia en una esquina del edificio de las piscinas, tal y como explica la teniente de alcalde, Alicia Pérez Zornoza. Ella había ido esa tarde a Tarazona. A su regreso, ya no le dejaron pasar en la rotonda de acceso. "Hubo que desalojar la residencia municipal, con unos 28 ancianos que se trasladaron a la de Borja. Allí estuvieron también atendiéndoles las trabajadoras de aquí": "Pasamos mucha angustia, impotencia, cada vez que me llama el 112 me asusto". Desde la casa rural Arriazu, en Alcalá de Moncayo, relatan que el fuego quemó los árboles de alrededor. En ese momento, tenían clientes alojados, que regresaron después. El verde comienza a adueñarse poco a poco de un paisaje entonces carbonizado.

Pascual Melero, agricultor y ganadero de Alcalá de Moncayo: "Las consecuencias del incendio continúan"
Pascual Melero, agricultor y ganadero de Alcalá de Moncayo.
Pascual Melero, agricultor y ganadero de Alcalá de Moncayo.
Toni Galán

Pascual Melero, agricultor y ganadero de 60 años de Alcalá de Moncayo, cuenta que en su explotación murieron las 440 ovejas. La nave quedó inservible, con la cubierta calcinada: "Se salvó el almacén de milagro". Ya están con los trabajos de reparación para recuperar la actividad. "La acequia se ha anegado, se quemaron los almendros, olivos… Tendrán que pasar cinco años hasta que estén de nuevo en producción. Las consecuencias del incendio continúan. Tendrían que acercarse los políticos para que vieran la realidad", apunta.

Vera de Moncayo homenajea este domingo, coincidiendo con el aniversario y en plenas fiestas patronales, a los vecinos que el 13 de agosto de 2022 "salvaron el pueblo de las llamas" con la inauguración de una estatua con una fuente que ejemplifica el esfuerzo por apagar las llamas. "Aquí se consiguió parar el fuego", recuerda su alcalde, Ángel Bonel: "El fuego nos rodeó, se vivieron momentos de verdadera tensión".

El homenaje comenzará a las 12.00 para reconocer la "valentía y solidaridad" de los vecinos y de todas las personas que colaboraron en las labores de extinción durante el incendio que devastó el municipio el pasado verano. Asimismo, se extenderá un agradecimiento especial a aquellos "generosos ciudadanos" que "abrieron sus puertas y acogieron a quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares". El acto será en el paseo de Vera a Veruela.

A las puertas de Veruela

Las llamas asolaron el restaurante La Corza Blanca, que no ha vuelto a abrir y donde los desperfectos son visibles desde el exterior, y afectaron al Camping Moncayo, al Molino de Berola y a varios chalets de la zona, que se están reparando. Aquel día incluso se temió que el fuego alcanzara el Monasterio de Veruela. Para protegerlo, los vecinos labraron el perímetro con sus tractores y los bomberos rociaron con agua su exterior, en especial las grandes puertas de madera. Se reabrió al público el 17 de agosto. El día del incendio estaba previsto que acogiera un concierto de Duquende y Chicuelo, pero se había suspendido previamente por motivos de salud de uno de los artistas. También se canceló el concierto de Valeria Castro previsto para el 20 de agosto porque, aunque el recinto no sufrió daños, se consideró que no procedía celebrar un evento así tras lo ocurrido. Valeria Castro será la artista que cierre la edición de este año del festival Veruela Verano el próximo 19 de agosto.

El alcalde de Vera recuerda que se quemó la parte de atrás de las piscinas. Estuvieron ayudando durante "dos noches y tres días": "Es valiente el que se queda a luchar por su pueblo, pero también el que lo abandona todo".

Jesús Andía, alcalde de Trasmoz: "Las fiestas habían empezado a las 12.00 y a las 18.00 hubo que evacuar el pueblo"
Jesús Andía, alcalde de Trasmoz.
Jesús Andía, alcalde de Trasmoz.
Toni Galán

En Trasmoz, "las fiestas habían empezado a las 12.00 y a las 18.00 hubo que evacuar el pueblo", recuerda su alcalde, Jesús Andía, bombero de profesión: "Nos quedamos cuatro o cinco vecinos para enseñar los accesos a los servicios de extinción". "Tenía el corazón partido, me debatía entre quedarme en el pueblo y ayudar o haber estado con el traje de bombero". Se inclinó por la primera opción, aunque a los dos días, se reincorporó a su puesto antes de tiempo. En invierno viven entre 50 y 60 personas, pero en verano la población se quintuplica.

Las fiestas tienen este año un significado especial. Y la revista anual que edita la Asociación Cultural El Embrujo de Trasmoz, ‘La Tribuna’, así lo atestigua, con un amplio reportaje fotográfico sobre el incendio. El responsable local muestra una de las imágenes, donde una intensa humareda aparece tras la cochera de una vecina, Puri Fraca, que hoy cumple años. "Era el día del chupinazo, de repente se hizo casi de noche, el humo se acercaba", dice. Fue el momento de salir. "Varios se quedaron a vigilar el pueblo y a hacer cortafuegos con agricultores".

Propagación a gran velocidad

El fuego se propagaba a una velocidad vertiginosa y por la tarde cruzó la carretera N-122. Los residentes en el Santuario de la Misericordia de Borja fueron los últimos en regresar a sus casas. Lo hicieron cuando se pudo restablecer el suministro eléctrico. El fuego se quedó a las puertas de las viviendas, e incluso provocó daños en jardines. El presidente de la asociación de vecinos de la pedanía, Alfonso Rivera, recuerda los momentos de tristeza y tensión que vivieron: "Cuando nos fuimos pensamos que lo habíamos perdido todo, fue un milagro". El entorno quedó arrasado por el fuego. Los trabajos se centran desde hace unas semanas en retirar los árboles quemados. Tal día como hoy de 2022 se encontraban en plenas fiestas, y mucha gente estaba en la plaza donde se encuentra la iglesia que alberga el conocido eccehomo. Cuando se dio el aviso de iniciar el desalojo, se avisó por megafonía. "Nadie pensaba que el incendio iba a saltar la nacional, pero cuando cruzó, con un viento tan fuerte, enseguida lo tuvimos encima", relata: "La gran pérdida ha sido el patrimonio vegetal de la zona".

José Ángel Villalba, alcalde de El Buste: "Junto a otros vecinos pasé casa por casa para comprobar que no quedara nadie"
José Ángel Villalba, alcalde de El Buste.
José Ángel Villalba, alcalde de El Buste.
Toni Galán

El Buste se encontraba en el primer día de sus fiestas patronales cuando se desató el incendio. En el momento del desalojo todo el pueblo estaba viendo las vacas. El alcalde, José Ángel Villalba, recuerda que ya no se podía pasar por la carretera hacia Borja, así que los vecinos fueron por la de Tarazona. Él, junto a otras dos personas, pasó casa por casa para comprobar que no quedara nadie.

En torno a 24 agricultores del pueblo y de Tarazona sacaron sus tractores para labrar alrededor del pueblo, cuenta. Uno de ellos fue Ismael Mañero, junto a su hijo Iker. Llegaron bomberos de Tudela y La Rioja y en torno a la medianoche, efectivos de la UME. «Los que nos quedamos pudimos enseñarles el terreno, porque si no lo conoces es complicado, y más de noche», resume: «No dormimos en tres días».

El 10 de septiembre, un mes después del incendio, el Ayuntamiento organizó una comida e invitó a quienes colaboraron esos días. Un vecino regaló una placa que se ha instalado en la entrada al pueblo, junto al teleclub. En ella se puede leer: «En agradecimiento a todas aquellas personas que han ayudado a apagar este infierno (...) y a mantener nuestro pueblo en pie». 

Seis municipios afectados recibirán las ayudas de la DPZ

Las ayudas de la Diputación Provincial de Zaragoza por el incendio del Moncayo ya están aprobadas. El presidente, el socialista Juan Antonio Sánchez Quero, firmó los decretos de concesión el pasado 18 de junio y, tras ser notificadas, ya fueron aceptadas por los ayuntamientos beneficiarios. Fuentes de la institución aseguran que solo falta el pago, que se efectuará en los próximos días.

Son seis las ayudas tramitadas por el procedimiento de concesión directa, que en total suman 563.729 euros y que cubren el 100% de los daños sufridos en bienes e infraestructuras municipales, tal y como se comprometió el presidente. Desde la institución provincial reconocen que, respecto a las afecciones en infraestructuras municipales, y según los informes del servicio de Recursos Agrarios, Vías e Infraestructuras, la localidad más afectada fue Vera de Moncayo, que sufrió daños por valor de 321.587 euros, seguida de Borja (95.950 euros), Alcalá de Moncayo (71.664), El Buste (39.747), Añón de Moncayo (31.193) y Ambel (3.588 euros).

Estas ayudas se suman a las convocadas por la DGA para los agricultores y ganaderos afectados por los grandes incendios que sufrió el territorio aragonés el pasado verano y para daños en montes de titularidad municipal. En este último caso, el Consistorio de Borja ha recibido la comunicación temporal y la cuantía asciende a 292.485 euros. Según explica su alcalde, Eduardo Arilla, han sacado a licitación la leña quemada por el fuego, por la que reciben 460.000 euros: «El Ayuntamiento ha decidido que todo ese dinero se va a reinvertir en el monte». Además, otros 250.000 euros del Fondo de Mejoras procedente de la aportación de un 15% de los ingresos de los parques eólicos actuales, que están ubicados en monte de utilidad pública, se destinan también a la zona del incendio.

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