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Manuel Giménez Larraz, ante el juicio por el asesinato de su padre a manos de ETA: "El mejor amparo es que se haga justicia"
El juicio por el asesinato de Giménez Abad, en 2001, se retoma en la Audiencia Nacional con la declaración de su hijo menor, que presenció el atentado, y de varios agentes.
La segunda jornada del juicio por el asesinato a manos de ETA del presidente del PP-Aragón, Manuel Giménez Abad, se retoma este martes con la declaración de varios agentes de policía en calidad de testigos, pero sobre todo, con la del hijo menor del político aragonés, Borja, que presenció el ataque.
"Mucha expectativa de ver si por fin se identifica a los asesinos de mi padre y por otro lado con el innegable dolor de recordar unos momentos que no nos gustaría tener que recordar y que pasaron hace 22 años", ha dicho Manuel Giménez Larraz, a la puerta de los juzgados.
El hijo mayor del político aragonés asesinado en Zaragoza por ETA ha manifestado en declaraciones a los medios que confía en la justicia y ha recalcado que "el mejor amparo es que se haga" esta.
"Quienes creemos profundamente en la democracia y sus valores hemos renunciado a la venganza como forma de reparación, hemos desterrado el odio. A cambio reclamamos el amparo del estado de derecho", ha aseverado a su llegada a los juzgados, donde testifica este martes su hermano Borja.
Azcón, sobre el juicio: "Merece una sentencia justa"
22 años después del asesinato de Manuel Giménez Abad, el presidente del PP en Aragón, Jorge Azcón, ha recalcado que "por fin" se celebra el juicio para que los asesinos del político aragonés "estén donde les corresponde, en la cárcel".
"Despues de 22 años de espera, la familia, la sociedad aragonesa y la española se merece que un asesinato que conmocionó a la sociedad por fin tenga una sentencia justa y los asesinos de Giménez Abad acaben con sus huesos durante muchos años en la cárcel", ha afirmado.
Al igual que los hijos del político asesinado por ETA, ha dicho que confía "absolutamente" en la Justicia, y que son "días para volver a expresar apoyo a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y al sistema judicial de este país".
"Estoy convencido de que las pruebas y las declaraciones de los testigos serán mas que suficientes para que tengan la condena que se merecen", ha sentenciado Azcón, que ha llegado a la Audiencia Nacional acompañado de Ana Alós, secretaria general del PP-Aragón, y Ruth Bravo, delegada de Víctimas del Terrorismo del Ayuntamiento de Zaragoza.
Juicio en la Audiencia Nacional
El testimonio de Borja Jiménez, hijo menor del político aragonés asesinado en 2001, y el del resto de personas que han reconocido a los acusados, Mikel Carrera Sarobe, alias ‘Ata’, y Miren Itxaso Zaldua, ‘Sahatsa’, serán claves para convencer al tribunal de su autoría. La acusación pide para ellos 30 años de cárcel.
El 6 de mayo de 2001, dos etarras se encontraban al acecho debajo del andamio de una vivienda en obras en la calle de Cortes de Aragón de Zaragoza. Al llegar a esa altura, Manuel Giménez Abad fue atacado por la espalda (presuntamente por Mikel Carrera) con tres disparos fatales. Falleció delante de su hijo, que no pudo hacer nada, mientras el autor y una mujer que le daba apoyo (ahora identificada como Itxaso Zaldúa) huían.
La clave del juicio que se desarrolla esta semana en la Audiencia Nacional será la declaración de los testigos presenciales del atentado, que comenzará hoy con la del hijo menor del entonces líder del PP-Aragón, Borja Giménez, y seguirá mañana con el resto. Defensa y acusación trataron ya ayer de influir en la relevancia de dichas pruebas.
Uno de los agentes señaló que Zaldua fue identificada por un testigo gracias a una fotografía de DNI, y el otro reconoció que fue descrita como «rolliza». El abogado de la acusada, por contra, presentó numerosas fotos, en diferentes momentos de su vida, en las que siempre aparecía con constitución delgada.
Los acusados negaron este lunes su participación en los hechos. 'Ata' sí reconoció haber sido miembro del comando Basajaun, al que se le atribuye la autoría del ataque, pero dijo que aquel día se encontraba en una fiesta popular del País Vasco y que no conoció a su presunta cómplice, 'Sahatsa', hasta años después en la clandestinidad de Francia.
Ella ni siquiera asume haber participado en comando alguno, aunque sí en labores de logística. Su coartada pasa haber pasado aquel día con las amigas en el cine y haber escuchado el "duro" ataque por la radio del coche.
La Policía, sin embargo, situó a ambos al frente del comando gracias a la documentación hallada en manos de varios dirigentes de ETA arrestados en el pasado, y que pusieron en la pista a los investigadores para concluir, junto a la identificación de los testigos, que ellos dos fueron los autores materiales del asesinato.
