jefa de Información municipal de Zaragoza en HERALDO DE ARAGÓN

El discreto pacto que hizo a Marta Fernández presidenta

Marta Fernández, presidenta de las Cortes de Aragón, durante la entrevista que concedió este viernes a Heraldo de Aragón.
Marta Fernández, presidenta de las Cortes de Aragón, durante la entrevista que concedió este viernes a Heraldo de Aragón.
Oliver Duch

Tan fuerte sopla el cierzo del cambio en Aragón que amenaza con desestabilizar a los arquitectos del futuro Gobierno. El dictamen de las urnas es firme y, con geometría variable o sin ella, la suma clara se consigue por la derecha. Pero, ¿dónde se fijan las líneas rojas? La cesión a Vox de la presidencia de las Cortes deja claro que los de Santiago Abascal no van de farol. El PP acabó facilitándoles la mayor distinción, la que corresponde a la segunda autoridad de la Comunidad. Emulando, ya veremos si con éxito, el modelo balear. Lo hizo en la novena legislatura con la podemista Violeta Barba, desde fuera del Gobierno, Javier Lambán dos años. Y en la anterior Luisa Fernanda Rudi (PP) que, con 30 escaños, dos más que Jorge Azcón, cedió el mando de la Cámara al aragonesista José Ángel Biel, que logró 7, para sellar una coalición que garantizaba la estabilidad.

En la negociación entre las derechas el primer asalto lo gana Vox. Tanto en las formas, cómo se vendió el pacto, como en el fondo, la elección de Marta Fernández, licenciada en Derecho y, hasta que le comunicaron su designación, polemista activista política en unas redes sociales que ha decidido "suspender" para no interferir en su labor institucional.

El dominio del relato es clave en el camino hacia la victoria, que para unos es un legítimo gobierno en solitario y para otros, colarse en él con sus siete diputados. De momento es la extrema derecha la que va ganando. Tras ‘venderse’ a los cuatro vientos la ruptura del acuerdo para la Mesa de las Cortes, con la izquierda sacando cuentas para intentar dar la campanada como los extremeños, Vox disipó desde Madrid cualquier duda sobre el inevitable cambio. Había acuerdo para hacer a Marta Fernández presidenta, aunque desde el PP rechazaron confirmarlo, en un intento de diluir la importancia de un hecho consumado. Perdieron la ocasión de anunciar a bombo y platillo el pacto. La cercanía de las generales en este verano azul incentiva la prudencia y los acuerdos se sellan con discreción, sin luz ni taquígrafos, y con las fotografías justas.

Fue la del jueves pasado una jornada frenética como pocas se recuerdan. Echaban humo los mentideros de la política ficción a pesar de que el hermetismo era (casi) total. Nuevas formas para tiempos nuevos. Donde antes estuvo el PAR, clavico del abanico que decantaba gobiernos a diestra y siniestra, se sitúa ahora Vox, que tira del centro a la extrema derecha. Hasta cuatro diputados, todos del PP, sonaban como presidenciables antes de que se desvelara que era Marta Fernández, que no figuraba en las quinielas, quien se llevó el gato al agua. Se impuso a sus compañeros en Vox Alejandro Nolasco y Santiago Morón, como si estuvieran llamados a desempañar labores en un futuro Gobierno. En menos de dos meses lo sabremos.

Así que la extrema derecha preside ya las Cortes. Ganó relevancia escalando peldaño a peldaño, a medida que la fecha límite se iba acercando. Azcón ofreció de inicio una secretaría; Nolasco reclamó una vicepresidencia y los populares acabaron cediéndoles el control de la Cámara y, con él, el de los plazos de una investidura que Fernández sitúa más allá del 23-J. Reforzó el PP su presencia en la Mesa de las Cortes con Mar Vaquero en la vicepresidencia, diputada experimentada capaz de tutelarla.

Con un 11,26% de los votos en Aragón, la extrema derecha roza el límite del 12% que el popular Alberto Núñez Feijóo fijó para gobernar en coalición. Anticipando, quizá, criterios a aplicar tras el 23-J, por si él mismo se ve en la mismas situación. El acuerdo programático y el de investidura centran ahora la negociación PP-Vox. Con Teruel Existe, dispuesto a abstenerse pese al pacto en la Mesa de las Cortes, y el PAR en riesgo de quedar como convidados de piedra si prospera un gobierno de derechas de coalición. Si los siete de Vox dicen ‘no’ a que Azcón sea presidente, como los 28 de la izquierda, de nada servirá que los turolenses Tomás Guitarte y Alberto Izquierdo apoyen al ganador del 28-M.

Con una sensación de vértigo e ilusión vivió Fernández su primer día como presidenta horas después de recibir la llamada que le ha cambiado la vida. Suspendieron sus tuits políticos, pero se borraron solo en parte. Su discurso es el de Vox. Ni más ni menos. Niega la violencia de género, las vacunas, el cambio climático. No se arrepiente de polemizar como política, pero se quiere contener ahora que es presidenta y disfrutar del cargo. Pide paz, tras haber sembrado discordia cuatro años.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión