educación

Adiós al curso entre ritmos jamaicanos: "El colegio ha sido lo mejor, no quiero irme"

En el colegio Tenerías, que este año ha iniciado su proyecto de tiempos escolares, dan clase 425 alumnos de 30 nacionalidades diferentes. 

Jornada de fin de curso en el colegio Tenerías de Zaragoza.
Jornada de fin de curso en el colegio Tenerías de Zaragoza.
Ruben Losada/FotografiArte

El 'crucero Tenerías' ha entrado este viernes a boxes para volver a zarpar el próximo septiembre. Y lo ha hecho tras disfrutar de un curso lleno de retos, aprendizajes y cambios metodológico, entre los que ha llegado hasta Jamaica. "Al ser un colegio british council, cada año nos adentramos en un país de la Commonwealth y, en esta ocasión, hemos elegido Jamaica", ha detallado la directora del centro Ana Cristina Lahoz, entre los juegos y bailes que habían preparado para despedir el último día del curso.  

Por primera vez, ha detallado, se ha cambiado la tradicional fiesta del agua por una jornada llena de actividades relacionadas con el país jamaicano: "Estamos en medio de un cambio de metodología y de mirada y no veíamos correcto el despilfarro de agua". Así, los alumnos han hecho atletismo, jugado al criquet, bailado dancehall y descubierto quién es Bob Marley o cuántos habitantes hay en Jamaica. "Está en América Central, tiene 2,8 millones de habitantes, hablan inglés y utilizan el dólar", ha resumido Hugo Barba, alumno de 4º de primaria, quien se ha mostrado encantado con al actividad: "Cuanto más descubramos de países, mejor. Me gusta mucho". 

También ha disfrutado jugando al criquet, "un deporte nuevo" al que le gustaría volver a jugar. Y, aunque le ha dado cierta pena despedirse de sus amigos para el resto del verano, se ha mostrado encantado de poder ir a Portaventura y a la playa. "Ya los volveré a ver cuando empiece 5º", ha apuntado con una gran sonrisa. Yassin Kamel, de 3º de primaria, también ha encontrado en el criquet un deporte "muy chulo" y que pretende seguir descubriendo. "Hemos puesto una colchoneta con una pelota encima y había que derribarlo", ha detallado. 

Carmen Ndiaye y su gemela Anna también han jugado al criquet, aunque para ellas lo mejor han sido los bailes. "Me ha encantado cómo se movían las faldas, era muy original", ha detallado Anna, mientras Carmen sujetaba una foto de todo el grupo del día anterior, cuando celebraron la graduación: "Estoy yendo por las clases para que me la firmen". Y así la guardará de recuerdo, puesto que para ella el colegio "ha sido lo mejor". "No quiero irme", ha reconocido. 

Forman parte de los 75 alumnos que este curso acaban primaria y en septiembre iniciarán una nueva etapa en el instituto. Muchos de ellos, como las gemelas Ndiaye, acudirán al Pedro de Luna, muy cercano a su actual centro educativo. "Fue una graduación muy bonita y emotiva. Para mí más, porque fue su tutora en 1º de primaria", ha detallado la directora, quien ha puesto el foco en el trabajo llevado "entre todos" para organizar estas especiales últimas jornadas. 

Un balance "muy positivo"

Y también, el resto del curso. "Trabajamos todo de forma coordinada con los coordinadores de ciclo y los departamentos", ha especificado. Lahoz ha asegurado que el balance es "muy positivo", tanto por ser el primer curso, desde hace tres, en el que no existía ninguna restricción por la pandemia como por la apuesta por el proyecto de tiempos escolares. "Ha sido un reto muy grande, pero la valoración es muy buena", ha especificado. En este sentido, ha apuntado, que además de los talleres planificados, han contado con iniciativas como madrugadores y talleres de tarde (a través del plan corresponsables), la red de extraescolares del ampa y el proyecto PIE, que han ayudado a la conciliación. 

Tras superar la parte organizativa, el centro también se ha embarcado en un cambio metodológico, centrándose en tres ámbitos: social, natural y cultural. "A nivel social estamos en un barrio muy activo, tenemos la historia de la ciudad a la vuelta de la esquina y las riberas del Ebro y del Huerva al lado", ha especificado. Y, entre otras cuestiones, se han centrado en el aprendizaje-servicio. "Hemos participado en la decoración de escaparates del barrio y la decoración estaba basada en el reciclaje", ha ejemplificado. 

La puesta en marcha de la nueva ley educativa, la Lomloe, también ha supuesto para este centro todo un "reto". "Una de las mayores dificultades es la rapidez con la que se implanta y el desconocimiento. Ahí la formación es muy importante", ha explicado Roxana Cañas, jefa de estudios, quien ha destacado que también ha provocado "incertidumbre" y cierto "malestar" entre el profesorado. "Por lo que ha sido muy importante la formación, motivación, aclarar las dudas, estar continuamente buscando soluciones...", ha reconocido. 

También genera inquietud, según ha reconocido la directora, la situación política actual, con unas elecciones recién celebradas en Aragón y las generales a la vuelta a de la esquina: "La educación no es esa isla independiente a la que todo el mundo respeta y en la que nadie se mete". No obstante, ha recalcado que pese a la "incertidumbre general" que supone, en el centro tienen los objetivos "muy claros". Ser un equipo implicado en el barrio, con las familias y en la educación de los niños. 

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