Las tormentas disparan las reservas en algunos embalses tras meses de sequía

Barasona y Lanuza están cerca del máximo de su capacidad, pero las grandes presas, como Yesa, Mediano o Canelles siguen lejos del promedio. 

Piragüismo en el pantano de Lanuza
El pantano de Lanuza está al 97% de su capacidad
L. Valero

Los embalses de la cuenca del Ebro siguen estando por debajo de la reserva habitual en esta época del año, pero las últimas lluvias han permitido que, después de semanas de pérdidas, la tendencia sea ascendente por primera vez en mucho tiempo. En los últimos siete días han ganado 97 hectómetros cúbicos hasta sumar 4.039, situándose a un 50,7% de su capacidad, aún lejos del 80% del promedio de los últimos cinco años.

Los grandes pantanos del Pirineo tienen todavía mucho espacio por llenar, ya que partían de un volumen mínimo al inicio de la primavera. En estos meses la demanda ha sido muy elevada debido a la campaña de riego y las aportaciones, mínimas. Así, Yesa se mantiene al 56% y Mediano, al 29%, mientras que Canelles, el caso más extremo, sigue sin pasar del 15%.

Sin embargo, algunas piezas fundamentales de la cuenca han recuperado volumen. El ejemplo más significativo es Barasona, en el río Ésera, que hace un mes se situaba al 48% y el martes estaba cerca de su capacidad máxima, al 98%. O El Grado, al 91%, aunque esta presa se explota conjuntamente con Mediano.

Lo mismo ocurre con las obras hidráulicas de la cabecera del Gállego, que han recogido las intensas precipitaciones de los últimos días. Lanuza se encuentra al 97%.

Durante el pasado fin de semana, el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Ebro registró precipitaciones importantes en prácticamente toda la cuenca, con acumulaciones promedio de entre 20 y 30 litros por metro cuadrado, aunque en algunas cuencas, como el Aragón, Gállego, Ara, Cinca y Ésera se superaron los 50 litros, llegando incluso a alcanzarse los 100  localmente en puntos del Alhama, los Arbas o el Aragón.

Esto ha tenido una traslación en los ríos. Según la CHE, en general se observan en casi toda la cuenca caudales superiores a los que circulaban en abril y primera mitad de mayo, "lo que está permitiendo que poco a poco algunos embalses estén aumentando sus reservas y que otros desciendan a menor velocidad de lo inicialmente esperado".

Las lluvias continuaron el martes. De hecho había una alerta de la Aemet por riesgo importante de tormentas en la Ribera del Ebro y el Bajo Aragón, con la posibilidad de lluvias intensas, hasta 20 l/m² en una hora. En el Pirineo se incrementaba a 40 l/m² y con peligro de granizo. 

La CHE ha alertado durante los últimos días ante las crecidas súbitas en barrancos y cauces menores en la mayor parte de la cuenca. De hecho, ayer murió un joven francés de 28 años que practicaba barranquismo en la sierra de Guara. Había quedado atrapado en un sifón debido a la fuerte corriente.

Se espera que hasta este miércoles se mantenga la misma situación, pudiendo alcanzar intensidades localmente fuertes, que se distribuirán irregularmente y que dejarán en promedio entre 5 y 20 l/m², aunque localmente se podrían superar ampliamente estas cantidades, explicó el organismo de cuenca. 

Este miércoles se mantiene el riesgo, para dar paso a un cambio importante de tiempo el jueves y viernes.

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