especial elecciones: Los votantes 

Julio Sampériz, agricultor: "Las elecciones no van a ponernos en nuestro sitio, sino que será la sequía"

En Aragón hay unos 37.000 aragoneses perceptores de la PAC por la agricultura y ganadería. Julio Sampériz preside la comunidad de regantes de Lalueza, en Monegros.

El agricultor Julio Sampériz, presidente de la Comunidad de Regantes de Lalueza, en un campo de cebada en su localidad de Monegros.
El agricultor Julio Sampériz, presidente de la Comunidad de Regantes de Lalueza, en un campo de cebada en su localidad de Monegros.
Patricia Puértolas

Julio Sampériz, un agricultor de 53 años que preside la comunidad de regantes de Lalueza (son 280 propietarios), reconoce que la falta de agua por la sequía, que sufren desde hace dos años, les está dejando contra las cuerdas porque tienen préstamos para la modernización del regadío y “los bancos no entienden de esas carencias”. “Los pagos de los préstamos te llegan igual y la mitad de tu tierra se queda sin cultivar. Con lo que bajan las producciones, las cuentas bancarias también”, lamenta.

Ante la respuesta urgente anunciada por el Gobierno para aprobar un rescate para los agricultores, con ayudas directas y acelerar las obras hidráulicas, el monegrino señala que “en las elecciones todos prometen muchas cosas”, pero en la realidad se ha demostrado que “la modernización de los regadíos no es suficiente”.

A pesar de su esfuerzo de poner “riegos por aspersión” en las comunidades de regantes para ese ahorro, Sampériz destaca que “el problema principal es que no tenemos suficiente capacidad de agua para repartirla a todos”. “Cuando hay sequía y tenemos que repartir, tocamos a un solo sorbo de lo que tenemos. En realidad, tienen que abrirse los ojos y darse cuenta de que necesitamos capacidad de agua”, señala.

El agricultor reconoce que “lo de los embalses, está mal visto”, pero cuando se va el agua de los ríos al mar solo piensan en lo que bien que les vendría tenerla “guardada para el consumo agrícola”. “La sociedad debe entender que la agricultura genera los alimentos que comemos todos los días”, agrega. “Por eso vendría bien para los animales de las granjas y a las personas que tenemos el riesgo de quedarnos sin agua hasta en el grifo”.

Crecimiento de granjas 

La situación actual para los agricultores, admite Sampériz, ha sido vivir “la ampliación de los regadíos” y “más animales del porcino”, pero “el vaso de agua sigue siendo el mismo”. Ante esta coyuntura que llega en pleno cambio climático del siglo XXI, cree que “el esfuerzo que han pedido a los regantes con la modernización se ha hecho” y las nuevas granjas son “modernas” al economizar el consumo del agua, pero cree que necesitan guardarla “cuando hay muchas lluvias” y disponerla años de penuria como éste.

Sampériz calcula que de cada diez años van a vivir “dos o tres con esta sequía”. “El cambio climatológico se está notando en los cultivos y ya cambiamos las fechas de las siembras. El calor extremo del año pasado afectó al maíz en la polinización y hay que adelantarlas para que no les afecte”, advierte. “Pero nos encontramos que los cultivos se hacen mucho más rápido, pero no producen tanto”.

El agricultor enumera que entre sus cultivos hay “maíz, girasol, alfalfa y hasta coliflores”. “La alfalfa es de gran calidad en los Monegros, pero este año apenas hay este año porque ese agua se guarda para salvar la cebada o el maíz”, señala.

Reacción de los políticos 

Ante la situación extrema en la que viven, el monegrino cree que “los políticos deberían abrir los ojos” y darse cuenta de que todos los países pujantes del mundo “miman sus sectores primarios” porque debe ser “pujante”. Por eso, menciona la situación que vivieron durante la pandemia (desde marzo de 2020), cuando no dejaron parar a la agricultura porque “sin cereal ni grano no hay pan”.

El presidente de la comunidad de regantes de Lalueza confiesa que, para las próximas elecciones, unos cuantos agricultores han montado la Asociación Municipal Independiente de Lalueza (Amil), en una lista que incluye a gente “de todos los colores” (izquierda, derecha, centro e independientes) porque creen que es “la mejor manera de defenderse” a ellos mismos. Es una reacción agrícola porque tiene claro que “los políticos prometen en las elecciones hasta los recrecimientos, pero después nadie hace nada”.

Las elecciones no va a ponernos en nuestro sitio sino que será la sequía tan terrible que estamos sufriendo, al ver que no hay capacidad de agua”, confiesa. “Los cultivos de secano ya están perdidos y no se va a cosechar. Este mes de mayo tiene que llover mucho para que nos aumenten el cupo de Riegos del Altoaragón y se llene el embalse de Mediano, que es el que nos salva a todos y casi está prácticamente vacío”, calcula. De hecho, cree que si no se llena, cosecharán las cebadas y “se parará todo”.

Al comprobar los precios de la cesta de la compra, Sampériz señala que la gente cree que “si no hay tomates aquí, vendrán de otro país”, pero ignoran que se mantiene ese precio porque “salen en España” ya que si lo traen desde fuera “puede triplicarse”.

Tenemos la sensación de ser los últimos de Filipinas en este negocio porque tenemos que vender nuestro producto al precio que nos lo quieren comprar al buscar una rentabilidad, pero luego tenemos que comprar los insumos al precio que nos quieren vender”, compara. De hecho, señala que el año pasado se vendieron los cereales “muy caros, como nunca”, pero cree que le falta estabilidad a este mercado porque entonces “los insumos se triplicaron, como la gasolina y el consumo energético, que pasó en Aragón de pagar 400.000 euros a 1.600.000 de luz”. “Solo se pudo pagar con los precios de los cereales”, precisa esa situación complicada, “pero si el precio hubiera quedado bajo, aquí no hubiera quedado ni el tato”.

El sentido de la PAC 

Los tractoristas y agricultores de Ejea se manifestaron esta semana y reclamaron que la PAC (Política Agrícola Común, como Europa apoya a los agricultores) “llega tarde” (se paga en diciembre), pero el agricultor de Lalueza cree que “no debería de existir”. “Solo queremos ganarnos la vida honradamente y tener un margen comercial, como todo el mundo, y así no sería necesaria la PAC”, incide. “Tan pronto produces a los límites de perder dinero o con pérdidas, o bien ponen el cereal altísimo y luego te cobran los insumos al triple”. Por eso, Sampériz cree que viven en un riesgo continuo y por eso, “viven en un sinvivir”.

Al compararse con los agricultores protegidos en Francia, el monegrino cree que “la sociedad española no los entiende o están mal vistos” porque son los que consumen “el agua”, pero defiende que “es para los alimentos que come la gente y los animales”. Por eso enumera que en su zona de Monegros se producen guisantes, maíz de palomitas o no transgénico, coliflor, cereal, trigo para hacer el pan o cebada con el pienso que comen los cerdos o los corderos. “Vienen los franceses aquí y hacen la trazabilidad de los maíces para que no se contaminen con los transgénicos”, detalla.

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