Ejea: confunden a unos vecinos cocinando con picante con un escape de gas

El suceso se produjo al mediodía del domingo, en una céntrica calle de la localidad zaragozana.

El edificio donde sucedió la anécdota.
El edificio donde sucedió la anécdota.
Policía de Ejea

El mediodía del sábado dejó una curiosa anécdota en Ejea de los Caballeros. A la hora de la sobremesa (16.02), la policía de barrio de la localidad zaragozana recibió una llamada desde una casa donde una señora sufría un fuerte picor de ojos y garganta.

La vecina del edificio, situado en la calle Isabel la Católica, expresó a los agentes su temor de que se tratara un escape de gas.

Hasta el lugar se desplazó de inmediato una dotación de los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza.

Nada más entrar en el patio de la casa, los efectivos sufrieron parecidos efectos que la persona que llamó, picores y escozor de ojos, lo que les obligó a ponerse el equipo autónomo. 

Llegaron incluso a utilizar el explosímetro, sensor portátil que los bomberos usan para detctar gases, y el resultado dio negativo.

Tras una breve exploración y algunos comentarios de la vecindad, algunas personas que se encontraban en balcones y asomados a ventanas en la calle, indicaron la sustancia irritante podía provenir de una vivienda que estaba cerrada, al parecer, sin nadie en su interior.

Antes de que la Policía o los Bomberos procedieran a forzar la entrada, apareció el inquilino de la misma y abrió con su propia llave.

La sorpresa fue mayúscula al comprobar cuál era el foco del problema: Dos soperas con comida de alto contenido picante que estaba cocinando en ese momento-

Los bomberos procedieron a sacar estos recipientes al balcón y a ventilar la casa antes de retirarse. Todo quedó en un susto.

Capsaicina, responsable del picor

Los picantes alimenticios contienen diversas dosis de capsaicina, cuyo grado de picor se mide por la Escala Scoville. Usualmente la fuente de capsaicina que se utiliza en cocina es el chile, aunque también es frecuente el uso de salsas picantes. La capsaicina puede llegar a irritar los ojos (como sucedió ayer en Ejea) y, en altas concentraciones, también la piel.

La capsaicina se usa también como medicamento, o como gas lacrimógeno. En grandes cantidades puede ser muy tóxica. Los síntomas de envenenamiento son dificultad para respirar, piel azul y convulsiones. Sin embargo, es extremadamente raro el envenenamiento accidental por consumo de chile.

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