La extrema sequía obliga a diseñar planes de ahorro de agua en Zaragoza y Huesca

La reducción de riegos, primera de una serie de actuaciones en las que priman las recomendaciones.

Mucho calor en Zaragoza y lluvias tímidas en la Comunidad. Zaragoza (en la foto) vivió ayer otra jornada de calor, sin precipitaciones. En muchos puntos de la Comunidad, sí que hubo lluvias aunque de forma tímidas. Arguis, en Huesca, marcó la mayor acumulación con 20 litros. Hoy se esperan tormentas en el Pirineo y la Ibérica turolense.
Mucho calor en Zaragoza y lluvias tímidas en la Comunidad. Zaragoza (en la foto) vivió ayer otra jornada de calor, sin precipitaciones. En muchos puntos de la Comunidad, sí que hubo lluvias aunque de forma tímidas. Arguis, en Huesca, marcó la mayor acumulación con 20 litros. Hoy se esperan tormentas en el Pirineo y la Ibérica turolense.
José Miguel Marco

La prolongada sequía, unida a las escasas reservas de agua disponibles y las inusuales temperaturas que se están registrando desde hace semanas en Aragón están causando estragos en el campo, con pérdidas económicas millonarias para agricultores y ganaderos, y están obligando a ayuntamientos de las provincias de Zaragoza y Huesca a diseñar planes de ahorro de agua con medidas que antes solo se adoptaban en verano.

Aunque en la cuenca del Ebro el escenario se ha complicado mucho y ya son cinco las zonas de emergencia, tal y como declaró el pasado jueves la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), las restricciones dictadas por los ayuntamientos aragoneses hasta ahora han sido muy pocas. Los de Huesca capital y Aínsa han sido los más explícitos, con la decisión de reducir de cinco a tres días el riego de las zonas verdes en el primer caso y con la prohibición de llenar las piscinas privadas con agua de la red de abastecimiento en el segundo. El consistorio de Zaragoza, por su parte, ha elaborado un plan de contingencia que contempla cuatro escenarios con medidas de aplicación progresiva en función de la severidad de la situación y ha lanzado una campaña de sensibilización para reducir el consumo de agua.

«De momento no se ha activado el plan de contingencia», apuntan desde el Ayuntamiento de la capital aragonesa, donde internamente se está trabajando para prepararse ante un posible agravamiento de la situación, siendo conscientes de que las expectativas a día de hoy «no son halagüeñas». «El abastecimiento de agua está garantizado y estamos ahora en la fase de recomendaciones, ejecutando ya medidas estructurales de ahorro», recalcan. La concejal de Infraestructuras del Consistorio, Patricia Cavero, recordó hace unos días que la ciudad «cuenta con un sistema de abastecimiento robusto», ya que recibe agua de Yesa, del Canal Imperial y si fuera necesario del Ebro, pero que el escenario actual les ha obligado a diseñar un plan con cuatro estadios: alerta, emergencia por sequía severa, emergencia por sequía grave y emergencia por sequía extrema.

Las medidas que contempla llevar adelante el Ayuntamiento de Zaragoza incluyen la posible reducción de la presión de la red de abastecimiento –«no en todas las zonas es igual, depende de cómo estén implantadas las redes, si hay telegestión o no», recuerdan–, prohibir el riego de zonas verdes manteniendo solo la supervivencia de árboles de carácter especial o incluso impedir el llenado de piscinas, aunque en este caso –recalcan– solo afectaría a las que no tengan sistemas de recirculación.

Sobre las piscinas, desde el Consistorio recuerdan que Protección Civil cuenta con ellas como un elemento para combatir el calor, de ahí que se intente garantizar el funcionamiento de las públicas durante el verano.

En Huesca capital, su alcalde, Luis Felipe, emitió un bando el pasado martes en el que, tras recordar que «vivimos un periodo muy complicado», decía que había que poner en marcha medidas de ahorro de agua y que su ayuntamiento sería el primero en llevar algunas a la práctica, como el llenado de las piscinas durante la noche, con el fin de mantener la presión necesaria en las conducciones de agua en los momentos de mayor consumo, y la limitación del riego de las zonas verdes urbanas a tres días en lugar de cinco.

Otros ayuntamientos de Zaragoza y Huesca (en Teruel la situación es menos compleja) han ido adoptando también medidas de ahorro y han insistido en plantear recomendaciones a sus vecinos, actuaciones solicitadas por la propia Confederación Hidrográfica del Ebro. «El verano puede ser complicado en algunas zonas», advirtió días atrás este organismo, que reconoce que «la preocupación social está incrementándose». El pasado jueves, tras ampliar el número de zonas de emergencia, la CHE constató el incremento de peticiones de ayudas de agricultores para hacer frente a sus pérdidas económicas y reconoció que los usos recreativos dependientes de embalses «afrontan una campaña muy problemática, incluyendo la suspensión de actividades, mientras que la producción hidroeléctrica se está viendo muy mermada».

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