¿Cómo se consigue la excelencia en el aula?Es una especie de fórmula mágica difícil de definir. Tiene que ver con las personas, docentes y estudiantes, y con suscitar el interés, despertar las preguntas que fascinan… Con buenos profesores puedes descubrir buenos alumnos casi en cualquier parte. El secreto está en que cada profesor aporte lo que le es propio.

¿Y usted se considera una docente excelente?Eso hay que preguntarlo a los estudiantes (risas). Lo que sí puedo decir es que disfruto mucho en el aula. Me lo paso muy bien.

¿Sigue dando clases?Sí, mantengo unas poquitas. Y mi intención es seguir. Primero porque lo necesito y luego porque creo que es muy importante que los que estamos en puestos de gestión tengamos contacto directo con los estudiantes: cómo piensan, cómo aprenden… Así que sí, me voy a agarrar a la docencia todo lo que pueda.

¿Cómo ve a las nuevas generaciones de universitarios?Tenemos grandes alumnos. No comparto esas visiones negativas de los jóvenes. Tenemos que saber que han nacido con una pantalla en la mano, tienen unas habilidades de comunicación y de relación que nosotros no teníamos y también una fragilidad y vulnerabilidad. Lo bonito es que seamos capaces de comprender a nuestros estudiantes y junto con ellos descubrir cuál es el camino para avanzar en el conocimiento.

Es la primera rectora de la Universidad de Navarra. ¿Ha sido un camino duro?En general, cuando uno quiere ser profesor universitario no ansía ser rector. A lo que aspira es a ser catedrático. Digamos que esto es algo que me ha salido al encuentro, pero indudablemente es una responsabilidad y un bonito reto.

Ha roto un techo de cristal.Es verdad que hay sesgos en la sociedad. En todos los ámbitos. Son sesgos muchas veces involuntarios. Dicho esto, también soy partidaria de prestar atención al fenómeno del talento de las mujeres.

¿Cómo lo hacen en la Universidad de Navarra?En la Facultad de Ciencias, tenemos una iniciativa que se llama Women for Science and Technology, que aspira a visibilizar el papel de la mujer en la ciencia. Les ofrecemos poder contactar con investigadoras y catedráticas para que les ayuden en su sueño de desarrollarse plenamente desde el punto de vista profesional.

¿Qué objetivos tiene para los próximos años de la Universidad?Si tuviese que mencionar un proyecto estrella sería el nuevo edificio, que se llamará Bioma, de biodiversidad y medioambiente. Está fundamentado sobre dos pilares: un instituto de investigación, que evalúa el impacto de la acción humana sobre el medioambiente, y un museo de ciencias, que combinará la historia natural con el museo de ciencias interactivo.

Muchos aragoneses se han formado en su universidad.Por proximidad y por cariño tenemos una conexión estrechísima. Son muchos los antiguos alumnos. Para nosotros siempre venir a Zaragoza es venir a casa.

Recientemente se reunió con la rectora de la Universidad San Jorge, Berta Sáez. ¿Cómo fue?Muy entrañable porque es antigua alumna. Las universidades, siendo cada una distinta, tenemos muchos proyectos compartidos.

¿Afecta la ‘compra’ de investigadores por parte de Arabia Saudí para escalar en los ránquines?A esto le doy bastantes vueltas. Como toda tarea humana, la ciencia también puede estar manipulada y someterse a intereses partidistas o económicos. Y ahí los que hacemos ciencia tenemos que ser conscientes de que hay que hacer una ciencia buena y para eso tiene que ser libre, responsable y que no mire por un canuto.

¿Y la nueva Ley de Universidades?Hay algunos aspectos positivos como el exigir calidad a las universidades. No es bueno que se llame universidad a cualquier iniciativa, debe haber una dedicación importante a la investigación.