La reacción de las decenas de miles de personas que ayer se echaron a las calles para participar en los numerosos actos festivos con motivo del Día de Aragón refleja la pujanza y el sentimiento compartido de una sociedad que vibra con sus símbolos y tradiciones

Desde la presencia masiva en los distintos enclaves donde se desarrolló el Día del Libro, hasta la celebraciones en el Cerro de San Jorge en Huesca y el Vencimiento del Dragón en Alcañiz, las tres provincias aragonesas se reivindicaron con idéntico acento y sensibilidad en un San Jorge multitudinario. Ese mismo espíritu de reconocimiento de la identidad aragonesa a través de las diferentes manifestaciones afloró en el acto institucional en el Palacio de la Aljafería, donde se entregaron los premios Aragón (revista Turia), Medalla de las Cortes (Ara Malikian) y las medallas al Mérito Deportivo ( Casademont femenino) y Profesional (Alicia Asín, de Libelium). Todos los galardonados, dentro de sus diferentes actividades, atesoran la búsqueda de la excelencia y el desarrollo de un sentido especial a la hora de proyectar sus actuaciones que refuerzan la propia marca Aragón. Un ramillete de merecidos reconocimientos que sirvieron como base para los discursos institucionales.

En su última intervención como presidente de las Cortes en un Día de Aragón ante su próxima retirada política, Javier Sada quiso reivindicar la importancia de la cogobernanza y del autogobierno, una idea similar a la que tejió el presidente de la DGA, Javier Lambán, quien puso énfasis en el consenso entre partidos de izquierda y derecha y en el imprescindible servicio de Aragón "a la causa de España". Un mensaje que, pese al perfil institucional, tampoco pudo disociarse de las próximas citas electorales autonómica y municipal. Será entonces cuando los partidos deberán demostrar ese anunciado perfil pactista en beneficio de la Comunidad.