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Más de 9.500 pacientes han requerido desde marzo atención en las consultas de apoyo

De las 774 agendas extra que ya se han abierto, 573 de ellas (el 74%) se concentran en Zaragoza. Los médicos cuestionan la eficacia de la medida para aliviar las demoras, que varían entre centros.

Fotos de la apertura del nuevo Centro de Salud del Barrio Jesús de Zaragoza
Imagen de archivo de la apertura del centro de salud del barrio Jesús de Zaragoza
Guillermo Mestre

Aragón puso en marcha hace poco más de un mes y medio la reorganización de la Atención Primaria, que pasa por limitar las agendas a 35 pacientes para los médicos de Familia (28 en Pediatría) y establecer consultas de apoyo, también conocidas como de rebosamiento, si se superan los tres días laborables de demora entre todo el equipo. Durante este tiempo se han abierto ya 774 agendas extra, que han llegado a 9.517 pacientes: 8.857 en Medicina de Familia, 388 en Pediatría y 272 en Enfermería. Esta medida entró en vigor el pasado 1 de marzo para paliar las demoras en los centros de salud de la Comunidad, que es muy variable: en algunos el plazo para conseguir cita llega a dos semanas, mientras que en otros se da en el mismo día. Los médicos cuestionan su eficacia y reconocen que en algunos casos no consigue aliviar las listas de espera.

De las 774 agendas de refuerzo que se han puesto en marcha desde que se dio la posibilidad de implantar la medida, 573 (que representa el 74% del total) se han abierto en Zaragoza –286 en el Sector III; 211, en el Sector II; y 76, en el Sector I–. En Huesca han sido 88; en Barbastro, 63; en Alcañiz, 47; y en Teruel, 3. Fuentes de la Consejería de Sanidad detallan que en lo que va del mes de abril se han habilitado 281 consultas de apoyo (273 de Medicina de Familia, 5 de Enfermería y 3 de Pediatría), que han atendido en global a 3.365 personas.

Los profesionales reconocen que el acuerdo se está implantando de forma progresiva, ya que hay centros que tienen las agendas muy definidas pero en otros que adolecen de carencias de profesionales la organización interna está resultando más complicada. Para el presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, Javier García Tirado, "la percepción es que la efectividad está siendo limitada, muy irregular en dependencia del centro" y "no está resolviendo el problema en conjunto: en unos centros está funcionando y en otros no". Por ello, asegura, el objetivo de reducir las demoras no se ha alcanzado aún en muchos casos.

El esperado centro de salud del barrio de Jesús de Zaragoza abrió sus puertas hace un mes, y lo hizo con las nuevas pautas acordadas para Atención Primaria. Su coordinador, Javier Gómez, reconoce que "los acuerdos han venido bien para organizar desde el principio las agendas y la demanda". Por el momento, "el centro está funcionando bien". Han abierto consultas de apoyo para "dar asistencia a pacientes indemorables" si hay retrasos en las citas. En La Jota, recuerda, se llegaba a atender una media de 56 pacientes al día por médico. En el barrio de Jesús cumplen los criterios para abrir agenda extra: "Ya tenemos entre 10 y 15 días de media de lista de espera cada uno".

Desde el centro de salud Arrabal, por su parte, indican que se va notando "poco a poco" una menor saturación, aunque "todavía hay mucha demora". Una de las facultativas del equipo de Primaria relata: "La mayoría de los ocho que nos hemos quedado en Arrabal estamos intentando hacer consultas de apoyo diarias para reducir demanda".

Escaso impacto en Urgencias

Rafael Marrón, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) en Aragón y y jefe de unidad del servicio de Urgencias del Servet, reconoce que las medidas adoptadas para Primaria no han tenido un reflejo en estos servicios hospitalarios: "Las personas que acuden con patologías menores se siguen quejando de la dificultad de acceder a su médico de Familia".

Aunque la cifra de atenciones en las Urgencias son menores que el año pasado "la afluencia sigue siendo altísima". El lunes, dijo, en el Servet se registraron cerca de 100 pacientes en una hora. "La mayoría son niveles bajos de urgencia y acuden al no conseguir cita en su centro de salud. Las medidas que se estén adoptando en Atención Primaria no están teniendo ningún impacto en los servicios de Urgencias", resume.

En este sentido, Javier Marzo, director de Atención Primaria y Hospitales del Servicio Aragonés de Salud, reconocía la semana pasada que "la presión sobre los servicios de Urgencias en las últimas cinco semanas ha bajado" en los principales hospitales de Zaragoza. "La afluencia a las Urgencias hospitalarias no es un problema de comunicación entre niveles, el paciente que acude a Urgencias va por miles de motivos, y la falta accesibilidad a los centros de salud puede ser solo uno de ellos" y, además, las patologías que se podrían atender en Primaria "no suponen un volumen importante del total de urgencias".

"El sistema necesita una transformación mucho más profunda"
Eva Trillo, coordinadora del centro de salud de Belchite, en su consulta.
Eva Trillo, coordinadora del centro de salud de Belchite, en su consulta.
HA

La realidad de la Atención Primaria en Aragón es muy compleja y difiere mucho del ámbito territorial. Los problemas del área urbana, donde se concentran las mayores demoras, son muy distintos a los del medio rural, donde pesa más el déficit de facultativos, el envejecimiento de la población o la dispersión de los consultorios. Para la doctora Eva Trillo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria en Aragón (Semergen) y coordinadora del centro de salud de Belchite, las medidas acordadas "eran necesarias" pero "el sistema necesita una transformación mucho más profunda". "Hacen falta más cambios y abordar una remodelación del sistema, porque esto va a empeorar", vaticina.

"Hay que hacer muchas cosas", asegura: "Siempre reivindicamos que necesitamos una gerencia única en Atención Primaria". Pero las dificultades a las que se enfrenta este ámbito asistencial van más allá: "Y la pandemia ha puesto en el punto de mira un sistema sanitario ya de por sí muy debilitado".

En los centros rurales, explica, no preocupan las listas de espera, porque los cupos de cada profesional son más reducidos que en los municipios con más población, lo cual favorece la accesibilidad. "Pero tenemos una falta de médicos tremenda, y esto es la punta del iceberg". Tanto es así, relata, que para cubrir libranzas de guardia, bajas laborales, permisos o vacaciones no hay sustitutos, por lo que el resto de personal debe doblar para ofrecer la asistencia: "Aquí nos cubrimos entre nosotros. Ahora hay un incentivo económico y nos estamos organizando siempre y cuando el servicio esté garantizado".

En su opinión, "los centros son dinámicos, no son estáticos" y hay que ir resolviendo los imprevistos cuando se presentan: "Con el personal tan justo que tenemos, y ante una eventualidad, siempre estamos un poco expectantes en el mundo rural. La plantilla es tan limitada que no podemos prever acciones porque no tenemos sustitutos, y al final tambalea toda la organización del centro".

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